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El
genocidio del pueblo armenio bien merecía una película honesta y con hondura
dramática como esta coproducción entre USA, España y Portugal, un muy bien narrado filme histórico que si bien se escora demasiado
al melodrama más convencional en ningún momento pierde la compostura que se le
presupone a una buena película y cumple con creces su misión de ilustrar y
denunciar una injusticia histórica. El norirlandés Terry George, director de Hotel Ruanda (2004) y guionista de En
el nombre del Padre (1994), escribe y dirige con su habitual aplomo a la
hora de contar dramas históricos una película que pese a varias irregularidades
se impone en todo momento con un filme más que aceptable.
Ambientada
en los albores de la I Guerra Mundial,
la historia arranca en el sur de un decadente un joven armenio, Mikael (Oscar
Isaac) desea viajar a Constantinopla, la capital del Imperio, para estudiar
medicina en medio de de un ambiente prebélico con Imperio Otomano (en una zona
más o menos equivalente a la actual Armenia) en donde los turcos otomanos
dispuestos a apoyar a los alemanes en una más que posible contienda europea y ansiosos
de aprovechar la confusión para quitarse de en medio a minorías históricamente
molestas como los armenios. En la
capital turca, hospedado en la casa de sus tíos, conocerá a Ana (Charlotte Le
Bon), una institutriz armenia residente en Paría y a un avispado periodista
norteamericano, Chris Myers (Christian Bale). Con el estallido del la contienda
en 1914, Mikael es testigo de los arrestos, las deportaciones y los asesinatos
que los turcos acometen contra la minoría armenia y ve con horror como todo su
mundo se tambalea y sus seres queridos sufren, al tiempo que trata de huir
desesperadamente sin poder consolidar una relación con Ana, de la que está
enamorado aún estando prometido en un matrimonio de conveniencia en su aldea
natal. Situaciones de auténtica angustia presentadas con realismo y crudeza con
más estilismo humanista que bélico se suceden en medio de una espectacular
puesta en escena con una perfecta ambientación y vestuario y una suntuosa
fotografía de Javier Aguirresarobe remarcando los bellos y áridos parajes
naturales montañosos de Armenia y todo el encanto del Estambul-Contantinopla de
principios del siglo XX. Los momentos de nudo en la garganta, que son varios,
no son en absoluto gratuitos y lo que hacen es recalcar la hondura de una
injusticia. La interpretación de Oscar Isaac es excelente y supera a la de un
correcto Christian Bale, que aquí representa a la imposible imparcialidad
internacional tornada necesariamente en horror ante lo observado. Decir que en
el reparto se encuentran varios intérpretes españoles o afincados en España en
papeles secundarios o episódicos como Alicia Borrachero (como la tía del
protagonista, el papel más extenso para una actriz española), Daniel
Jiménez-Cacho o Abel Folk, dentro de un reparto plagado de actores procedentes
de oriente medio o de origen armenio, además de otros europeos como Jean Reno,
que tiene un papel anecdótico. Para amantes de dramas históricos bien contados.
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