****
Aunque es cierto que muchos aspectos de la cultura
china aún nos resultan extraños no es menos verdadero que películas como esta, ambientada
en la China rural actual con sus circunstancias y costumbres (matrimonios
concertados, trabajo agrario casi a destajo, políticas de vivienda, cultivo y
tierras muy estrictas) mantiene un mensaje universal válido para cualquier parte
del mundo, en este caso los cambios a lo
largo del tiempo en las relaciones interpersonales, en este casi en una relación
de pareja forzada que termina pasando de un clima de desconfianza e inseguridad
a una total complicidad, que pasando por una amistad lleva al amor. Rodada de manera
realista y con incierto tono antropológico,
El Regreso de las Golondrinas resulta un filme bonito y conmovedor pero de
una peculiar manera, más apelando a la complicidad del espectador, que ve como
el matrimonio concertado entre Ma (Chistina Hai) y Cao (Wu Renlin) se va
amoldando como puede a las vicisitudes de la vida en el campo y como expresan
mediante silencios, actitudes y pocas palabras unos sentimientos y una postura
ante la vida que les harán cómplices y les llevarán a amarse el uno al otro de
una manera un tanto extraña para el público occidental pero que está
condicionada por la propia situación y circunstancias de la pareja en un
entorno casi de otro tiempo.
Los símbolismos poéticos también están presentes en este filme pero de una manera templada y nada engolada. Diríase además que la película trata de alejarse en ese sentido de los clichés simbológicos y filosóficos orientales para apostar por el realismo europeo, una opción cada vez más común en el cine chino que en este caso ha traído como resultado un costumbrismo veraz y crudo pero al mismo tiempo entrañable y sin hipérboles. Las interpretaciones de la pareja protagonista, dos seres apocados y casi denostados por su familia y comunidad pero que aprenden a quererse y a sobrevivir, es sencillamente sensacional y la mitad del mérito de la película. Un film de obligaa visión este verano más allá de los taquillazas de turno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario