miércoles, octubre 29, 2014

El Aparatito Lumiere RELATOS SALVAJES






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Es verdaderamente elogiable el buen hacer en el cine argentino en los últimos 15 años sobre todo teniendo en cuenta las perennes dificultades económicas de este país, que de modo alguno han lastrado su creatividad cinematográfica. Pariendo todos los años títulos interesantes y que son degustados por un público fiel en la península ibérica, la cinematografía argentina no deja de sorprendernos con estupendos directores, intérpretes e historias que sin ser necesariamente obras maestras si transmiten una inmediatez y una facilidad narrativa que pronto conecta con el espectador. En este caso concreto de Relatos Salvajes no nos encontramos con una película de diez ni con una obra memorable, pero si con una cinta que al igual que con muchas otras argentinas de los últimos tiempos debería de aprender el cine español, aunque si que es cierto que en esta ocasión hay dinero español de por medio ya que Pedro Almodóvar coproduce esta película a través de su productora El Deseo. Dirigida por Damián Szifrón, director, productor y guionista que ha firmado importantes éxitos del cine y la televisión argentina en lo que llevamos de siglo (Los Simuladores, Tiempo de Valientes, Hermanos & Detectives) Relatos Salvajes es un filme de segmentos independientes, concretamente seis episodios (el primero bastante mas corto que el resto) cuyo denominador común es el humor negro y el desenlace grotesco y absurdo. Comedia negra con insertos gore, violencia, intriga y sobre una total mala uva en su faceta crítica social, ya que todas las historias son impulsadas por una nada disimulada crítica a las miserias de una sociedad occidental actual marcada por la crisis –que en el caso de Argentina es más flagrante- y con un tirón de orejas a sus responsables (políticos, empresarios, ricos) así como los aspectos más oscuros, irracionales y absurdos de la condición humana emergen en toda su (salvaje) plenitud en esta película en donde los protagonistas de cada episodio terminan por perder -en la mayoría de los casos fortuita y/o fugazmente- toda cortapisa moral para acometer auténticas barbaridades. Planteada desde el entretenimiento y desde una inocente provocación Relatos Salvajes se ve en todo momento con una sonrisa aunque lo que en realidad nos muestra es una colección de vilezas perfectamente reconocibles  llevadas a la caricatura y al extremo.



Un vuelo comercial en el que todos los pasajeros descubren tener algo en común; un bar de carretera que recibe la visita de un corrupto candidato a intendente (alcalde); dos conductores a la greña en una carretera; un ciudadano ejemplar enojado por una multa por aparcamiento y por la burocracia circundante; un adolescente de buena familia que mata a una mujer con su coche ante la desesperación de sus padres; y una boda en la que la novia descubre el secreto de su futuro esposo. Venganzas, chantajes, explosiones, planes maquiavélicos, muertes, sangre… pero sin perder el sentido del humor y el apunte costumbrista. Con bastantes elementos del cine de Tarantino y alguna inspiración en los dibujos animados (en el episodio de los conductores, principalmente), los Relatos de los inesperado de Roald Dahl  y todos las series televisivas de episodios independientes de autor que en la historia del entretenimiento han sido desde Alfred Hitchcock presenta hasta Cuentos asombrosos de Steven Spielberg, Relatos Salvajes sin ser nada del otro jueves es una película entretenida, sólida, divertida y con un inteligente mensaje. Muy buenos intérpretes con la creme de la escena argentina, ya bien sea gente sobradamente conocida por estos lares (Ricardo Darín, Leonardo Sbaraglia, Diego Peretti, Darío Grandinetti) y otros que aún no lo son tanto (Nancy Duplaá, Julieta Zylberberg, Oscar Martínez, Erica Rivas, Diego Velázquez, Rita Cortese) Un trabajo inteligente y efectivo.     


1 comentario:

  1. En su epitafio (el de usted) van a escribir: "Fabulosa, pero nada del otro jueves" o bien, la variante: " Extraordinaria si bien ninguna obra maestra". Saludos, campeón.

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