Si hay un grupo que más se aprovechó del incipiente arte del videoclip musical a principios de los 80 ese fue Duran Duran, uno de los grupos británicos de más éxito durante toda esa década. La banda de Simon Le Bon ilustró el tercer sencillo de su carrera con un vídeo de enorme calidad en aquella época y que marcó un antes y un después. Rodado con bastantes medios en el temprano 1981 - casi como una película- esta es una muestra de cómo el campo del videoclip pretendía desarrollarse y alcanzar mayores cotas de protagonismo en el negocio musical. Godley & Creme obtuvieron su primer gran reconocimiento profesional como directores de videoclips con este trabajo, tan solo Ashes To Ashes (1980), de David Bowie, sería hasta esa fecha un vídeo comparable en calidad como este que nos ocupa.
El vídeo reunía las premisas básicas que han acompañado a todo videoclip musical que se precie durante toda la historia: impacto y sensación. Su carácter marcadamente sexual originó la controversia de turno. Un interminable desfile de bellezones acompaña al quinteto de Birmingham (esto será habitual en vídeos posteriores del grupo), con impagables escenas de lucha en el barro entre mujeres. Su carácter fashion, hedonista y “de diseño” se correspondía con la filosofía del grupo y del movimiento al que pertenecía, los New Romantics. Hay que decir que esta filmación ha envejecido bastante bien después de más de 25 años y sigue siendo una curiosa delicia. La canción, Dance Pop de calidad, llegó al número 5 en las listas británicas.
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