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Francisco Alves Mendes JR, “Chico Mendes” (Xapurí 1944- 1988), recolector de cuacho, sindicalista, político y activista medioambiental brasileño sigue siendo veinte años después de su vil asesinato todo un referente en la defensa del medio ambiente, la defensa de los derechos de los mas pobres y de la lucha contra el capitalismo. Es la historia de una vida de defensa desinteresada por un medio de vida mejor para todos, empezando por los mas pobres, y basado en la sostenibilidad de recursos, en donde la conservación de la jungla del Amazonas, su hogar y su modo de vida y el de el resto de “siringueros” (recolectores de caucho brasileños) y de los indígenas, constituía el eje de su lucha. Gracias a él, se impidió la destrucción del Amazonas que estaban comenzando a acometer las grandes multinacionales desde la década de los 70 y se impidió la ruina de los habitantes y trabajadores del Amazonas. Su activismo, articulado desde el sindicalismo de los recolectores, la representación política municipal y la fundación del Comité Nacional de Siringueros le causó el execrable odio de los ganaderos y latifundistas del Amazonas brasileño, quienes lo amenazaron de muerte durante varios años hasta asesinarle en diciembre de 1988. Sus ideas y su lucha siguen perviviendo y continúan siendo el ejemplo de una lucha modélica, brutal y despiadadamente castigada.
Todo comenzó en los siringales del Acre
Chico durante largo tiempo solo conoció el modo de vida de la extracción de caucho y el único espacio donde se movió fue la selva. Fue siempre un muchacho inquieto e inteligente, a pesar de que no tuvo oportunidad de ir a al escuela y aprendiese a leer y escribir a los 14 años. Su trabajo en los siringales (tierras donde se recogía el caucho propiedad de latifundistas) se inicia cuando era un crío.
El caucho en la década de los 60 era uno de los productos más importantes para la economía brasileña ya que era una de sus principales exportaciones. A principios de los 70, con la crisis económica, la situación se hace insostenible, con los siringueros expulsados de las tierras vendidas a los ganaderos (“estancieros”), cuya actividad resultaba ahora más rentable para la economía brasileña…y mundial. Se inicia entonces el proceso de deforestación del Amazonas brasileño, ya que las tierras amazónicas debían adaptarse a los pastizales ganaderos, y por ello había que talar los árboles. Esta acción, a parte de condenar definitivamente a los siringueros, ya que les privaba de su medio de subsistencia, suponía un disparate ecológico de primer orden ya que la deforestación del “pulmón del mundo” implicaría consecuencias climáticas y de subsistencia de la vida salvaje totalmente catastróficas. Movido por la penosa situación en al que estaban quedando los recolectores, Chico Mendes funda en 1975 el Sindicato de los Trabajadores Rurales de Brasiléia, siendo él el Secretario General.
El Amazonas en peligro
En 1976, Chico se había convertido ya en un líder para todos los siringueros acreanos, quienes a menudo tenían que asistir a las llegadas de taladores para derribar o quemar las selvas. El gobierno, convencido en la inviabilidad del caucho, aníma a grandes empresas agropecuarias de fuera del país (multinacionales en su mayoría) a instalarse en el Amazonas, haciéndose con terrenos que antaño habían servido a la recolección del caucho. Esto se empieza a llevar a cabo de manera vertiginosa y en pocos años la rapiña es total, comenzando además las quemas y las talas. Los siringueros, otros recolectores (castañeros) y los indígenas son expulsados de sus hábitats solo por intereses económicos de las grandes corporaciones y del gobierno brasileño.
Ante esta situación, el STR comienza a realizar denuncias ante la justicia o el Instituto Brasileño de Desarrollo Forestal, pero sin obtener respuesta alguna. Los recolectores comienzan además a estar proscritos por al justicia bajo acusaciones falsas de sabotaje y empleo de la violencia contra los ganaderos y deforestadotes. Ante la falta de ayuda, Chico Mendes crea una nueva forma de protesta: los empates. Consistían en manifestaciones, o mejor dicho, peregrinaciones masivas silenciosas hasta los lugares de los derribos, en las cuales tomaban parte todos los siringueros habitantes del siringal más cercano y sus familias, mujeres y niños incluidos. La comitiva, liderada por los sindicalistas, una vez en su destino, se colocaba delante de los taladores (los cuales iban escoltados por pistoleros) y les solicitaban que abandonasen el lugar. Comienzan a registrarse algunos pequeños éxitos al respecto, pero aún insignificantes, ya que la rapiña de
En 1977 Chico Mendes participa en la fundación del Sindicato de los Trabajadores Rurales de Xapurí, su localidad natal. Ese mismo año, es elegido concejal en su pueblo por el MDB. Chico se convierte en un personaje célebre en su región, pero los ganaderos de la misma detestan su lucha anti-creación de pastizales y de conservación de las zonas naturales, al cual obviamente va en contra de sus intereses. Comienzan a amenazarle de muerte. Tras dos años de lucha sin cuartel por parte del STR, tanto en al arena sindical como en la propia cámara municipal de Xapurí, la aversión de la clase empresarial y de los ganaderos “estancieros” hacia Chico y los siringueros crece, y se el empieza a acusar de agitador. Es detenido varias veces y torturado secretamente por parte de las autoridades.
Acoso y persecución
En 1980, Chico Mendes ingresa en el recién creado Partido de lo Trabajadores, convirtiéndose en uno de sus dirigentes en Acre, junto a Lula Da Silva. Chico comienza a introducir la idea de crear reservas forestales en el Amazonas (reservas extractivistas), regidas por las comunidades locales, dentro de las cuales se producirán los productos naturales de la región (caucho, nueces brasileñas), los cuales no gozaban en el momento de ninguna prioridad de industrialización. El hecho era que
Aunque los “empates” causaban pequeñas victorias, también ocurrían tragedias: en 1980, Wilson Pinheiro, presidente del STR de Brasiléia, es asesinado por unos ganaderos. Un estanciero es asesinado, presumiblemente en respuesta de ese crimen, y Chico se ve envuelto injustamente en ese crimen, pudiéndose comprobar su inocencia. No obstante, seguirá fichado como el gobierno como sujeto peligroso. En 1981, convertido en secretario general del STR de Xapurí, se libra por los pelos de prisión acusado esperpénticamente de incitar a la violencia a los propietarios, los cuales amenazaban y agredían impunemente a los siringueros.
No obstante, en estos años comienzan los éxitos de la lucha de Chico Mendes. Hacia 1984 se consigue crear al primera reserva extrativista, el siringal Cachoeira, en Xapurí, tras años de lucha. Consiguieron convencer al gobierno para que lo expropiase de los estancieros. Esta victoria supuso un espaldarazo a la labor de Chico Mendes, de los siringueros y del Sindicato. Los siringueros comienzan advertir de su fuerza y de lo efectiva que es su lucha. La alianza con los otros habitantes de
Se había conseguido llevar la lucha de los pueblos del Amazonas a la arena política y la comunidad internacional iba conociendo la precaria realidad de los recolectores y de los indígenas y de la interesada destrucción de la jungla. Aunque Chico no logra entrar en el parlamento estatal en 1982 y es objeto de injustos enjuiciamientos y de continuas amenazas, su figura se hace cada vez mas conocida. Cree además que es el momento de que la situación de un salto cualitativo y de que la política de las reservas extrativistas se consolide: hay que unir a todos los pueblos de
La unión de los pueblos de la selva
En octubre de 1985 se celebra el Encuentro Nacional de Siringueros, cuyo objetivo es expandir por todo Brasil la lucha pro derechos de los recolectores de caucho y agricultores como propietarios y disfrutadotes de los territorios susceptibles de convertirse en reservas extrativistas, movimiento que hasta entonces había estado focalizado en la región de Acre, desde Xapurí. Nace en ese Encuentro el Consejo nacional de los Siringueros (CNS), con Chico Mendes como cabeza visible. Chico propone la llamada “Unión de los pueblos de la selva”, con el fin de unir los intereses de los siringueros y agricultores con los de los indígenas del Amazonas, cuya subsistencia estaba en peligro ya se estaba destruyendo su hábitat ante el desconocimiento de la comunidad internacional. Se va perfilando y concretando el concepto de
El CNS comienza su actividad, además de defendiendo los intereses de los extrativistas y estableciendo alianzas con los indígenas, defendiendo al Amazonía y promoviendo la creación de reservas extrativistas, con cierto éxito. La actividad del CNS comienza a tener reconocimiento internacional por su actividad a favor del medio ambiente y de los derechos de los trabajadores más pobres, además de poner en relieve la situeción de la selva del Amazonas. El CNS también se encargará de proyectos de salud y educación y de la creación de cooperativas de trabajadores, dentro de las reservas.
Un siringuero frente a
En 1987 una comisión de
Los estancieros y varios políticos se llevan las manos a al cabeza ante la interrupción de los proyectos en el Amazonas y acusan a Chico de perjudicar el progreso en el Estado de Acre. Esto acrecentará la hostilidad de los estancieros frente a los campesinos y trabajadores de Xapurí, organizando los primeros auténticos batallones y escuadrones de agresión física contra los siringueros. Chico es objeto de continuas amenazas de muerte y esta será la tónica general durante todo el año 1988, pero no cesará en su actividad de denuncia de la aniquilación de la selva, que pese a todo continuaba y con gran virulencia. Chico también denunciará las acciones violentas de los estancieros, pero tanto unas denuncias como otras no obtiene respuesta por parte del gobierno ni de la policía.
El crimen de Xapurí
En el periodo 1987-1988, Chico había conseguido crear en Acre varias Reservas Extrativistas, siendo aun la más emblemática la de Cachoeira, lo que le había ganado la enemistad del antiguo propietario del siringal, Darly Alves da Silva, quien es el principal autor de todas las amenazas al líder medioambiental. Se daba la circunstancia de que este sujeto era prácticamente un forajido con orden de prisión desde 1973 en el estado de Paraná, junto con su hermano Alvarinho. Ambos estancieros mandan matar en ese mismo año a 30 trabajadores de la selva.
En la insoportable presión que viven Chico Mendes y su entorno de lucha por el Amazonas en 1988 tienen un papel importante
Chico Mendes denuncia con nombres a sus amenazantes y comienza a temer seriamente por su vida conforme a la situación se va haciendo cada vez más insostenible. En el nuevo congreso del CNS, Chico denuncia tanto la situación de devastación salvaje de la selva como la campaña violenta contra su persona y los trabajadores rurales en general, acusando abiertamente a
A principios de diciembre de 1988, Chico participa en una mesa redonda sobre
Trece días después, el 22 de diciembre de 1988, Chico Mendes es tiroteado a la puerta de su casa por Darcy Alves y su hijo Darli. Ambos son detenidos pocos días depuse y serán condenados a 19 años de prisión, fugándose en 1993 y siendo de nuevo detenidos. La muerte de Chico, quien estaba casado desde hacía varios años atrás con Izamar y que tenía dos hijos, Elenira y Sandino, de 4 y 2 años respectivamente, se hace eco en la prensa internacional y en poco tiempo se creará
El legado de una lucha
20 años después de su vil asesinato, la impunidad parece continuar en lo concerniente a la muerte de Chico Mendes. La responsabilidad por omisión de la policía Federal y del gobierno brasileño que por entonces presidía Fernando Color de Melo nunca ha sido confirmada oficialmente y ello aumenta más la magnitud del crimen contra una persona cuyo único delito fue, como el mismo reconoció, luchar por el bien de la humanidad: “Al principio pensaba que estaba luchando por los árboles de caucho, luego creía que luchaba por salvar la selva del Amazonas. Ahora me he dado cuenta que estoy luchando por la humanidad”
La lucha por el Amazonas no ha terminado aún. Parece eterna su agonía, y por ello, su futuro, incierto. La muerte de Chico no ah terminado aun con al defensa del amazonas ni con al creación de las Reservas Extrativistas, aunque quizás las cosas fuesen diferentes con chico vivo. El ya lo reconocía, poco antes de su casi anunciada muerte:
“Si bajase un enviado de los cielos y me garantizara que mi muerte iría fortalecer nuestra lucha hasta que valdría la pena. Mas la experiencia nos enseña lo contrario. Entonces yo quiero vivir. Acto público y entierro numeroso no salvarán