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Una
nueva muestra de lo interesante que esta resultando el cine de animación USA en
los últimos años también en películas con no excesivas pretensiones. En esta
ocasión nos encontramos ante otra nueva producción de Universal Pictures a
través de Illumination Entertainment,
creadora de los ya ultrapopulares Minions que por cierto abren este filme con
un cortometraje, y que consigue ser una película divertida, técnicamente
lograda aunque sin grandes alardes y con un adecuado mensaje para el público
infantil sobre el valor del compañerismo y la aceptación de las personas.
Aunque no hemos descubierto nada nuevo diciendo que los animales parlantes
fascinan a los más pequeños, no es menos cierto que en los últimos años la
ficción dirigida a niños y niñas ha demostrado que los animales solo
ligeramente antropomorfizados (con el habla y el razonamiento de un ser humano
y poco más) y que cumplen su rol de animales salvajes o domésticos de toda la
vida resultan más atractivos al público infantil por aquello que reúnen todas
las características y comportamientos que se esperan de un animal de verdad,
especialmente en lo concerniente a las mascotas. Y esto es lo que ha hecho este
filme, dar protagonismo a los animales domésticos de toda la vida (perros
preferentemente pero también gatos, pájaros, hamsters, conejos y cualquier
animal que pueda ser domesticado) en una historia que siempre en clave de
comedia ofrece cine de aventura perfectamente adecuado a la mentalidad
infantil.
Max,
un foxterrier neoyorquino propiedad de una joven soltera ve su feliz vida patas
arriba ante la llegada de un segundo perro, Duke, un gigantesco chucho que pese
a su apacible carácter no consigue ser del agrado de Max. Enfrascados en una
inevitable disputa, Max y Duke pierden sus collares, son tomados por perros
vagabundos y van a para en un núcleo de resistencia de mascotas abandonadas que
odian a lso humanos cuya sede se encuentra en las alcantarillas de Nueva York y
cuyo líder es el belicoso conejo Snowball. Mientras tanto, mascotas vecinas de
los dos perros deciden ir a buscarles por todo Nueva York aunque Max y Duke
terminan metiéndose en una disparatada aventura. Con momentos hilarantes y
gagas muy bien conseguidos, Mascotas cumple
perfectamente su función y aunque no será un clásico del cine de animación
logra arrancar una sonrisa al público de todas las edades