viernes, julio 05, 2024

EL BUS DE LA VIDA

 



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Aunque la premisa pueda llevar a prejuicios (una feel good movie con el espinoso tema de la enfermedad del cáncer como telón de fondo) hay que decir que esta producción española sale totalmente airosa y su tono drama-comedia ni es excesivo ni se recrea en el sentimentalismo fácil. Si que hay algún tópico y lugar común y a veces puede resultar algo tramposa, pero en todo momento se impone la cordura gracias sobre todo a un trabajo del reparto bastante eficiente aunque sin estridencias. Ibon Cormenzana, uno de los productores más hábiles y exitosos del cine español (No habrá Paz para los Malvados, Blancanieves, Proyecto Lázaro, Abracadabra, Viaje al Cuarto de una Madre, El Arbol de la Sangre, As Bestas, Robot Dreams) además de director aventajado de unas cuantas películas (Jaizkibel, Alegria Tristeza, La Cima) firma una película muy agradable que sabe sacar sonrisas e ironía de una temática áspera a base de costumbrismo y una eficiente explotación de las relaciones humanas tejidas entre sus protagonistas, enfermos de cáncer. Dani Rovira, que padeció dicha enfermedad de la que salió airoso, era tal vez el intérprete llamado a encarnar al personaje central de este filme coral, Andrés, un profesor de música malagueño al que poco después de su lelgada a Orduña, Bizkaia, se le diagnostica un tumor cancirégeno en el oído. El intérprete andaluz realiza un buen trabajo en un personaje más complejo de lo que pudiera parecer, un hombre que tiene que enfrentarse ante una situación tremenda en un entorno en el que es un recién llegado con un bagaje pasado que le ha hecho sentir un ser fracasado y desposeído de algo que el siente que le pertenecía: el éxito como músico. Y el resto de intérpretes, se encuentra también a la altura de las circunstancias.

Los viajes que realiza Andrés al hospital de Basurto en Bilbao para tratarse de su enfermedad los hace en un autobús que recoge a los orduñatarras enfermos, un nutrido grupo intergeneracional que ha hecho piña y que mira con mezcla de sentimientos pero siempre con alegría su situación y destino, allí se encuentra un alumno suyo, el adolescente con inclinaciones musicales Unai (Pablo Scapligliati); Manuel (Elena Irureta) una mujer de edad avanzada que atesora un enorme optimismo o Luna (Araia Díaz), una niña con leucemia. Antonio Durán “Morris”, Amacay Gaztañaga, Iñigo de la Iglesia y Julen Castillo encarna a los otros ocupantes del bus, conducido por una decidida chica del pueblo que es además casera del protagonista, May (Susana Abaitua). La música juega un papel fundamental en este filme, trufado de interesantes canciones originales que figuran como creaciones originales de Andrés, con las que su amigo Victor Arcadia (Andrés Gertrudix) triunfa en el mundo de la música con este arrinconado. Son precisamente las partituras las que marcan el ritmo narrativo de la película, tal vez sin ellas todo habría sido más rutinario y con menos relieve. Por lo demás, al película tiene sus picos de buen hacer con otros más pasables y previsibles, pero la sensación final es que se ha conseguido una eficaz película cuya valentía y optimismo no deben caer en saco roto.

lunes, julio 01, 2024

DEL REVES 2 (INSIDE OUT 2)


 

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En 2015 Pixar revolucionó el mundo de la animación con Inside Out, uno de los mejores filmes de la productora asociada a Disney y una obra maestra de la animación. Aquella encantadora historia que se aproximaba con éxito a los intríngulis de la psicología infantil y sus emociones con unos personajes antropomórficos que representaban cinco sensaciones humanas (Alegría, Tristeza, Miedo, Desagrado e Ira) y que vivían una emocionante aventura cuando su “dueña”, la pequeña Rilley se mudaba a otra ciudad con su familia, como era de esperar ha tenido una secuela que nueve años después de la primera entrega trata de enganchar a un público infantil nuevo y también atraer al público adolescente (en esta ocasión sobre todo este) y adulto, algo que consiguió con la primera película y también en esta pero con un pero: es inferior a aquella en muchos niveles- aunque era difícil que fuese mejor, claro- todo ello principalmente por la ausencia de originalidad y por la reiteración pero también por una premisa que aunque aún más sugerente que la de la primera parte se antoja no muy bien desarrollada. Una pena por que tal vez podíamos estar hablando de una nueva obra maestra. Con todo, esta nueva Del Revés desde el punto de vista técnico es impecable- superior en ese sentido a la anterior- con un diseño y acabado de personajes muy matizado y que roza la perfección y con unos vistosos y cautivadores escenarios de ese mundo onírico dentro del cerebro humano en el que viven las emociones en esta historia, además de un movimiento de imagen y escenarios realista y espectacular. Pero en realidad no hay nada verdaderamente nuevo y falta aquella emoción que poseía Inside Out, pese que haya omentos aquí realmente emotivos y conmovedores tanto para el publico menor como para el adulto, algo que es muy difícil de conseguir en una historia.

Del Revés 2 nos presenta a un Rilley de 13 años (sólo han pasado dos años desde la anterior historia) recién entrada en la adolescencia cuyos cambios en su personalidad y auto percepción también afectarán a las emociones, encontrándose estas ante nuevas situaciones que no aciertan a comprender y con la llegada además de cuatro nuevos sentimientos: Ansiedad, Hastío, Vergüenza y Envidia que terminan expulsando a las cinco anteriores ante un reto vital y fundamental que vivirá la muchachita: su participación en un importante campus de hockey sobre hielo (deporte en el que destaca) y el dilema entre ser una ganadora involucrándose en el equipo de las guays, las populares y las estrellas o ser la Rilley de toda la vida- algo que ella empieza a rechazar- dejando a un lado por ello a sus mejores amigas. La historia de Rilley es tal vez lo mejor de la película -además los escenarios de la “vida real” están sensacionalistamente conseguidos- y se nota como los responsables del filme se han asesorado de adolescentes para ciertos momentos del filme brindando momentos creíbles, identificables y emotivos que todos nosotros hemos sentido alguna vez en nuestro interior especialmente a la edad de la protagonista, aunque se echa en falta una mayor explotación de los (complejos) matices de la pubertad quedándose la historia en un plano autocomplaciente, demasiado amable y por que no previsible. Y por otra parte, la narración concerniente a las emociones, las cuales vivirán una nueva epopeya para intentar que Rilley haga lo correcto, como hemos dicho antes no termina de cuajar. Es muy divertida a ratos la curiosa batalla entre las nuevas y viejas emociones, pero no se percibe aquel encanto de la primera entrega. Tal vez les falta carisma a los “nuevos” y en general un humor más desinhibido en general, algo que la entrega anterior bordaba aunque persiste esa ironía y esos homenajes a la cultura pop que hacía tan atractiva a aquella (aunque yo personalmente quitaría en esta a los absurdos personajes trasunto de Dora la Exploradora que no aportan mucho realmente)

Esta película esta haciendo unas taquillas estratosféricas en España a la hora de escribir estas líneas. Suele ocurrir con las películas de animación que pese a ser teóricamente para el público infantil terminan congregando a varias generaciones. Esta saga, pese a su relativa bajada en calidad actual, se lo merece también, por su honestidad, su sensibilidad, su afán pedagógico y aunque se permita también ciertas concesiones, pero sobre todo porque permite a los más pequeños conocer una sala de cine y el mundo maravilloso que pueden conocer a su alrededor.