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y 1/2
Últimamente
parece que el cine norteamericano con pretensiones va de estafas y delitos
millonarios y en ese sentido parece que Hollywood redescubriendo el potencial
de esta temática puede que durante un tiempo le de con entregarnos filmes
similares a El Lobo de Wall Street o a
esta lograda y más que sugerente American
Hustle, aunque ya posiblemente con los logros artísticos de estos dos
filmes la industria americana se de por satisfecha. El caso es que American
Hustle, que se postula como una de las triunfadoras de la ceremonia de los
Oscar 2013 resulta un filme tan inteligente y bien estructurado como
repetitivo, escasamente original y con una no excesiva convicción a la hora de
contarnos una historia desde luego interesante y que en su mixtura de intriga,
drama y comedia de personajes no trata de quedarse en al anécdota; ene se
sentido se puede decir que la película se queda a medio camino en ofrecer una
obra estimulante y verdaderamente trascendente. Nada se puede reprochar a una
reparto absolutamente de chapó en donde la tripleta Christian Bale, Amy Adams y
Bradley Cooper esta sensacional como colectivo que comparte oscuros negocios e
intereses y embrollos sentimentales y a una dirección la de David O. Russell (The Fighter) digna de un cineasta
superdotado y deudora de los mejores tiempos de Scorsese o Coppola (aunque,
ojo, allí es donde también se encuentran los peros en esta película), pero lo
cierto es que este filme, pese a ser más que un buena película, se pone unas
pretensiones más bien altas y juega con ramalazos de genialidad para al final
no conseguir alcanzar en absoluto la categoría de obra maestra y esto puede resultar
decepcionante para los espectadores que se hayan hecho unas grandes
expectativas con la película.
Con
una realista (y un tanto pretendidamente exagerada y tópica) ambientación en
1978 La Gran Estafa Americana juega
sabiamente con la sátira y la caricatura para recordarnos que todo lo que vemos
es un trampantojo del que no solo conviene no fiarse sino que tampoco hay que
tomárselo muy en serio. Y es que resulta difícil encontrar simpatía o
comprensión en un timador profesional con un único objetivo vital de conseguir dinero
a toda costa como Irving Rosenfeld (Christian Bale) con una compañera
sentimental/de negocio como Sidney Prosser (Amy Adams) a la que solo le importa
triunfar social y económicamente además de tener siempre a atado a Irving-
separado de una ridículamente posesiva exmujer (Jennifer Lawrence)- y con un
agente del FBI débil e imprudente que en su intento por que Amy e Irving
colaboren en una operación para dar caza al corrupto alcalde de New Jersey
(Jeremy Renner) demuestra ser un patético aprendiz de timador de tres al
cuarto. La química entre los cuatro citados actores es total regalando momentos
verdaderamente sublimes sin los que la película sería pelín soporífera ya que
el ritmo de la acción y el manejo de la
intriga clave que en teoría debe mover la historia se antojan
irregulares y a veces insuficientes.
Así,
mientras que la caricatura contenida y la crítica social satírica funcionan
correctamente la mayor parte de las veces no parece muy acertado en cambio ese
recurso a lo más tópico de la cultura setentera ni tampoco a que en
determinados momentos se nos ofrezca un pastiche del cine de mafias de hace 40
años con una intervención de Robert de Niro que cae en la parodia barata. Por
lo demás, la película tiene un pulso firme y pese a dar vueltas sobre si misma
en los minutos finales convence al público con su honestidad y la extraña
simpatía/antipatía que transmite su historia.
Muy buena tu crítica Dr. Kynes. Un saludo
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