saludos!
Dr. Liet Kynes
ALATRISTE
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La esperada adaptación a la pantalla de la serie de novelas creadas por el escritor superventas español Arturo Perez-Reverte llegó por fin. Hasta el momento es la superproducción más cara del cine español y la ocasión lo merecía: llevar a la pantalla una historia ambientada en el convulso siglo XVII español, trufada de batallas, épica y una minuciosa descripción de los usos y costumbres de la época precisaba de un amplio despliegue técnico que por cierto, se ha llevado bastante bien, sin tener que envidiar nada a las superproducciones de Hollywood. Y por otra parte, el éxito de ventas que desde mediados de los 90 han venido obteniendo las cinco novelas de la serie era también otro reto ya que se trata además de adaptar una historia muy leída y gustada. Perez-Reverte, un buen escritor centrado en inteligentes best-sellers de intriga, aventuras o de novela histórica ya ha visto parte de su bien conocida obra en las pantallas con resultados más bien descritos. Esta, con mucho, es la mejor adaptación que se ha hecho de sus historias, de la que no ha echado pestes en ningún momento, algo habitual en el polifacético periodista-escritor-columnista de a veces pesadísima y presencia mediática y, por que no decirlo, de excesiva soberbia. Esto, en parte porque se ha involucrado estrechamente con el proyecto desde el inicio.
El capitán Diego Alatriste, espadachín a sueldo en el Madrid de la España de Felipe IV, se ha convertido en un personaje literario bastante popular por derecho propio. Surgido en 1996, en su primera novela El Capitán Alatriste, el personaje y sus aventuras pretendían ser un homenaje a los folletines de espadachines e intrigas palaciegas ambientados en los siglos XVII y XVIII y escritos en el siglo XIX que tanto éxito tuvieron en su época y han continuando cosechando con el paso de los años: las obras de Dumas como Los Tres Mosqueteros o El Conde de Montecristo u otras de Walter Scott , o menos conocidas como Las aventuras de Dick Turpin , se han convertido en inmortales y han acompañado la infancia y adolescencia de muchos lectores a lo largo de los años, entre los que se encontraba el propio Perez-Reverte, admirador confeso del género de capa y espada desde su niñez. Dicho homenaje a resultado ser un importante éxito editorial para la literatura española, generando además adaptaciones al cómic, juegos de rol, y versiones didácticas para escolares. Y es que las aventuras de Alatriste nacieron además con clara vocación de lección de historia, con una minuciosa documentación en acontecimientos, sucesos, vestimentas, costumbre, etc., pese a que la mayor parte de los acontecimientos que narra sean ficticios o reales fantaseados. Personajes inventados, como el propio capitán, conviven con personajes reales con acción novelesca propia (el escritor Francisco de Quevedo, el Conde-Duque de Olivares…) en unas aventuras inteligentes, tal vez poco originales, cuyo fin real es describir lo mas minuciosamente posible la decadencia de el Imperio Español en su llamado siglo de oro mediante el entretenimiento.
La adaptación que ha filmado y escrito Agustín Diaz-Yanes, director madrileño de escasa pero interesante filmografía, es digna con respecto a al fuente original y cinematográficamente soberbia. Los millones de su presupuesto han conseguido una ambientación del Madrid del siglo XVII visualmente perfecta, transmitiendo todo ese esplendor decadente de un imperio a punto de derrumbarse por la ineptitud de sus gobernantes y por la salvaje agresividad de su política exterior. Sus personajes, escenarios y atmósferas parecen sacados de pinturas del barroco español (Velázquez, profusamente homenajeado en los libros y en esta película) y decorados y vestuario son excepcionales (esos barrios de Madrid hediondos…casi se pueden oler). Hay muy buenas escenas de “suspense” y las de acción estan muy bien filmadas, especialmente los duelos a espada. Las batallas en Flandes tal vez no tanto, pero su realismo y como trata la crudeza de la guerra y de la batalla es espectacular.
Diaz-Yanes se ha rodeado de un reparto de lujo plagado de “estrellas” hispánicas pero encabezado por el norteamericano-argentino-danés Viggo Mortensen en el papel de Diego Alatriste quien ha cumplido con mas que creces su reto interpretativo de dar vida a un español del siglo XVII; y lo hace con total credibilidad, esforzándose por hablar con acento castellano aunque al final el resultado no sea digamos que perfecto y esas eses finales de cada frase o palabra suene forzadas y marcadas. Juan Echanove esta sobrerbio como Quevedo, amigo de Alatriste, Javier Cámara esta muy bien como el pérfido y falso Olivares, Ariadna Gil cumple como María de Castro, actriz amante del capitán, Elena Anaya esta irregular como Angélica de Alquezar, una especie de Milady de Winter a la española que no transmite la perfidia descrita por Perez-Reverte, yel jóven gasteizarra Unax Ugalde logra su mejor interpretación como Iñigo Balboa, discípulo díscolo de Alatriste que al final se convertirá en un espadachín de fortuna como su mentor, pese a su principios iniciales. El italiano Enrico Lo Verso, como el inquietante mercenario Malatesta, Eduardo Noriega, mediocre como el marques de Guadalmedina y Pilar Lopez de Ayala también intervienen, como Blanca Portillo (7 vidas) en un papel masculino: el inquisidor Padre Bocanegra; a ratos creíble pero otras veces no tanto. Hay también cameos de otras luminarias de la interpretación española, como parte del clan Bardem.
Alatriste, como las novelas originales, no es una película de aventuras y de batallas al uso, sino el retrato de una sociedad y una política que del esplendor ha pasado a la decadencia. Las historias originales utilizaban las aventuras y las intrigas como pretexto para mostrar a una sociedad corrompida y excesivamente belicosa que había terminado por convertir a sus antiguos y potenciales héroes en poco fiables seres movidos por la codicia, el odio, el dinero y la soberbia, tal y como le sucede a Altriste y al resto de mercenarios a sueldo. El propio Mortensen en su visita a España en la promoción del filme ha establecido un curioso paralelismo con la actual primera potencia mundial (como lo era hasta mediados del XVII España), Estados Unidos. De todas formas, lo malo que tiene el guión es que es una adaptación muy forzada de cinco novelas donde se narraban hechos y aventuras poco conexas entre si y por eso la película ha resultado un batiburrillo de situaciones que se suceden a la velocidad de la luz y donde muchas tramas pasan tan rápido que parecen inacabadas. La verdad es que era difícil adaptar estos textos y esa inconcreción del guión ha hecho que la película no sea redonda. Puede también que le falte emoción y pasión, algo muy importante para el cine épico. Sin embargo, Alatriste es una película cien por cien recomendable y el mejor film español del año.
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La esperada adaptación a la pantalla de la serie de novelas creadas por el escritor superventas español Arturo Perez-Reverte llegó por fin. Hasta el momento es la superproducción más cara del cine español y la ocasión lo merecía: llevar a la pantalla una historia ambientada en el convulso siglo XVII español, trufada de batallas, épica y una minuciosa descripción de los usos y costumbres de la época precisaba de un amplio despliegue técnico que por cierto, se ha llevado bastante bien, sin tener que envidiar nada a las superproducciones de Hollywood. Y por otra parte, el éxito de ventas que desde mediados de los 90 han venido obteniendo las cinco novelas de la serie era también otro reto ya que se trata además de adaptar una historia muy leída y gustada. Perez-Reverte, un buen escritor centrado en inteligentes best-sellers de intriga, aventuras o de novela histórica ya ha visto parte de su bien conocida obra en las pantallas con resultados más bien descritos. Esta, con mucho, es la mejor adaptación que se ha hecho de sus historias, de la que no ha echado pestes en ningún momento, algo habitual en el polifacético periodista-escritor-columnista de a veces pesadísima y presencia mediática y, por que no decirlo, de excesiva soberbia. Esto, en parte porque se ha involucrado estrechamente con el proyecto desde el inicio.
El capitán Diego Alatriste, espadachín a sueldo en el Madrid de la España de Felipe IV, se ha convertido en un personaje literario bastante popular por derecho propio. Surgido en 1996, en su primera novela El Capitán Alatriste, el personaje y sus aventuras pretendían ser un homenaje a los folletines de espadachines e intrigas palaciegas ambientados en los siglos XVII y XVIII y escritos en el siglo XIX que tanto éxito tuvieron en su época y han continuando cosechando con el paso de los años: las obras de Dumas como Los Tres Mosqueteros o El Conde de Montecristo u otras de Walter Scott , o menos conocidas como Las aventuras de Dick Turpin , se han convertido en inmortales y han acompañado la infancia y adolescencia de muchos lectores a lo largo de los años, entre los que se encontraba el propio Perez-Reverte, admirador confeso del género de capa y espada desde su niñez. Dicho homenaje a resultado ser un importante éxito editorial para la literatura española, generando además adaptaciones al cómic, juegos de rol, y versiones didácticas para escolares. Y es que las aventuras de Alatriste nacieron además con clara vocación de lección de historia, con una minuciosa documentación en acontecimientos, sucesos, vestimentas, costumbre, etc., pese a que la mayor parte de los acontecimientos que narra sean ficticios o reales fantaseados. Personajes inventados, como el propio capitán, conviven con personajes reales con acción novelesca propia (el escritor Francisco de Quevedo, el Conde-Duque de Olivares…) en unas aventuras inteligentes, tal vez poco originales, cuyo fin real es describir lo mas minuciosamente posible la decadencia de el Imperio Español en su llamado siglo de oro mediante el entretenimiento.
La adaptación que ha filmado y escrito Agustín Diaz-Yanes, director madrileño de escasa pero interesante filmografía, es digna con respecto a al fuente original y cinematográficamente soberbia. Los millones de su presupuesto han conseguido una ambientación del Madrid del siglo XVII visualmente perfecta, transmitiendo todo ese esplendor decadente de un imperio a punto de derrumbarse por la ineptitud de sus gobernantes y por la salvaje agresividad de su política exterior. Sus personajes, escenarios y atmósferas parecen sacados de pinturas del barroco español (Velázquez, profusamente homenajeado en los libros y en esta película) y decorados y vestuario son excepcionales (esos barrios de Madrid hediondos…casi se pueden oler). Hay muy buenas escenas de “suspense” y las de acción estan muy bien filmadas, especialmente los duelos a espada. Las batallas en Flandes tal vez no tanto, pero su realismo y como trata la crudeza de la guerra y de la batalla es espectacular.
Diaz-Yanes se ha rodeado de un reparto de lujo plagado de “estrellas” hispánicas pero encabezado por el norteamericano-argentino-danés Viggo Mortensen en el papel de Diego Alatriste quien ha cumplido con mas que creces su reto interpretativo de dar vida a un español del siglo XVII; y lo hace con total credibilidad, esforzándose por hablar con acento castellano aunque al final el resultado no sea digamos que perfecto y esas eses finales de cada frase o palabra suene forzadas y marcadas. Juan Echanove esta sobrerbio como Quevedo, amigo de Alatriste, Javier Cámara esta muy bien como el pérfido y falso Olivares, Ariadna Gil cumple como María de Castro, actriz amante del capitán, Elena Anaya esta irregular como Angélica de Alquezar, una especie de Milady de Winter a la española que no transmite la perfidia descrita por Perez-Reverte, yel jóven gasteizarra Unax Ugalde logra su mejor interpretación como Iñigo Balboa, discípulo díscolo de Alatriste que al final se convertirá en un espadachín de fortuna como su mentor, pese a su principios iniciales. El italiano Enrico Lo Verso, como el inquietante mercenario Malatesta, Eduardo Noriega, mediocre como el marques de Guadalmedina y Pilar Lopez de Ayala también intervienen, como Blanca Portillo (7 vidas) en un papel masculino: el inquisidor Padre Bocanegra; a ratos creíble pero otras veces no tanto. Hay también cameos de otras luminarias de la interpretación española, como parte del clan Bardem.
Alatriste, como las novelas originales, no es una película de aventuras y de batallas al uso, sino el retrato de una sociedad y una política que del esplendor ha pasado a la decadencia. Las historias originales utilizaban las aventuras y las intrigas como pretexto para mostrar a una sociedad corrompida y excesivamente belicosa que había terminado por convertir a sus antiguos y potenciales héroes en poco fiables seres movidos por la codicia, el odio, el dinero y la soberbia, tal y como le sucede a Altriste y al resto de mercenarios a sueldo. El propio Mortensen en su visita a España en la promoción del filme ha establecido un curioso paralelismo con la actual primera potencia mundial (como lo era hasta mediados del XVII España), Estados Unidos. De todas formas, lo malo que tiene el guión es que es una adaptación muy forzada de cinco novelas donde se narraban hechos y aventuras poco conexas entre si y por eso la película ha resultado un batiburrillo de situaciones que se suceden a la velocidad de la luz y donde muchas tramas pasan tan rápido que parecen inacabadas. La verdad es que era difícil adaptar estos textos y esa inconcreción del guión ha hecho que la película no sea redonda. Puede también que le falte emoción y pasión, algo muy importante para el cine épico. Sin embargo, Alatriste es una película cien por cien recomendable y el mejor film español del año.
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