La intervención de Sex Pistols en televisión desato la ira en el Reino Unido. Los medios de comunicación y las televisiones les vetan, y por extensión a todos los grupos punk. Ya por entonces hay un buen puñado de grupos punkies que comienzan a grabar LPs incluso en multinacionales, dispuestas a aprovecharse del escándalo del año 77. The Clash publican su del mismo nombre del grupo en enero de ese año con al CBS, mientras que los fans de los Pistols dentro y fuera de Londres forman una legión de grupos que tampoco tardarán en grabar: London, Buzzcocks, Vibrators, The Fall, The Adverts, etc. El punk se había contagiado a toda Gran Bretaña y era la pesadilla de la sociedad bienpensante británica, asustada ante las soflamas incendiarias de los chavales de la cresta. Un discurso que era políticamente ácrata y nihilista sazonado con rebeldía izquierdista y anarquismo radical entendido muy primitivamente que empezó a calar en una generación de jóvenes que veían en la política el origen de todos sus problemas. Este nihilsmo del punk como movimiento social (puesto que lo era y con todas las de la ley) se mantendrá años después siendo uno de los sellos distintivos de la cultura punk y una de las claves de su supervivencia en los años posteriores. Un miembro conservador de la cámara de los comunes, Marcus Lipton, declararía “si la música pop (por el punk) se va a usar para destruir nuestras instituciones, debemos aniquilarla”. Jamás ningún estilo musical había suscitado tal rechazo.
Esnifando cola
La Inglaterra punk y sus excesos llegaban a los noticiarios de todo el mundo durante 1977. Como era de suponer, el movimiento punk se extendió a todo el mundo, tanto en el aspecto social como en el musical. Australia fue uno de los primeros países fuera de UK que acogieron el punk, con The Saints como primer grupo punk extranjero que actúa en Gran Bretaña. Alemania, Francia, Canadá, Holanda, Bélgica, Japón fueron países en donde pronto arraigó el punk, aunque en la mayoría de las veces no se consolidaría hasta después de 1977. En los EEUU, la verdadera cuna musical del punk y con Ramones ya instalados, no se vivió un movimiento con las características que este tenía en Europa, pero si que surgieron un buen número de bandas punkies anglófilas a finales de los 70: Minutemen, Hüsker Dü, Black Flag, Pere Ubu,… El punk se internacionaliza.
Sid y Johnny, como salidos directamente del matadero
Quiero destruir a los que pasan a mi lado
Para antes de que terminase al año 1977, en la segunda mitad del mismo, las cosas se calmaron. Se vio que Sex Pistols perdían la fuerza por la boca y que debido al hecho de que al mayoría de los grupos punks grababan en ínfimas independientes, la industria musical, cuya vida tal y como se conocía se temió, estaba a salvo. Era cierto que los punkies eran incómodos y molestos para la sociedad pública, pero solo podían aspirar a meter ruido, ya bien sea actuando o en manifas. Si imagen estaba siendo asimilada y vista incluso con cariño por la mayoría de la sociedad, a quienes esos muchachos y muchachas les parecían pintorescos, siempre que no se pasasen de la raya. A partir de se momento, y asumido su fracaso de poner patas arriba a al sociedad occidental, el movimiento punk se dedicará a sobrevivir en los años sucesivos muy dignamente alimentando sus filas con nuevas generaciones que conectarán perfectamente con los ideales del 77. En los años 80, años dorados del punk como movimiento social alternativo en todo el mundo, la motivación de todo aquel que se rompe a navaja los vaqueros o se eriza el cabello seguía siendo la misma: exasperación ante la sociedad, abarcando la amplia gama de ideologías radicales que la política ofrece. Cierto es que el exhibicionismo, la pasividad y la marginalidad ha sido el virus que el propio punk lleva el que ha acabado con toda la credibilidad social del movimiento, pero en lo estético y sobre todo en lo musical su legado es verdaderamente titánico.
Pero, ¿que ocurrió con los Sex Pistols, cuyo fracaso esta legendariamente relacionado con el del “espíritu del 77”?. Pues que a principios de 1978 y tras unos meses tempestuosos debido a los escándalos propiciados por Sid Vicious y su novieta, la yonki americana Nancy Spungen, se van de gira a USA, mientras que sus actuaciones filmadas en aquella gira se incluirán en el filme The Great rock’n’roll swindle . Los chicos se llevan a matar entre ellos, Sid ya coquetea con las drogas y en febrero del 78, en plena gira USA el grupo se disuelve, con Sid decidido a instalarse en Los Angeles con Nancy y a lanzarse en solitario.
Para aquel entonces ya hay nuevas hornadas dentro de la socialmente calmada pero con mayor energía que al comienzo escena punk: Crass, Generation X, los norirlandeses Stiff Little Fingers y Undertones, Siouxie and The Banshees. No se notará la ausencia de Sex Pistols ya que el punk había enriquecido sus argumentos musicales con el culto a The Doors, la recurrencia al reagge y el ska por influencia skinhead y una nueva postura ideológica que rompe con el nihilismo y se escora en muchos casos con el anarquismo, el socialismo o la extrema izquierda. The Clash serán el nuevo grupo punk de referencia a finales de los 70 y principios de los 80, pero el punk, para bien o para mal, ya no será lo mismo.
El Oi!, el hardcore punk o, ya a principios de los 80, el afterpunk intelectual y gótico de Siouxie and the Banshees y Joy Division serán las derivaciones del primigenio punk rock británico que tendrán vigencia la primera mitad de los 80. Si bien en un primer momento el punk no había conseguido producir ningún cambio en la industria del disco pronto se vieron los efectos colaterales: las compañías independientes se convierten en el mejor vehículo para lanzar grupos nuevos a finales de los 70 y a partir de ese momento se convierten en las verdaderas dinamizadoras del negocio del rock, el do it yourself eliminará los reparos por falta de pericia técnica a al hora de grabar o saltar a un escenario y la sencillez a al hora de componer y concebir canciones acaba con el rock dinosáurico de los 70 a nivel comercial, preparando el paso para la New Wave de mods (The Jam), skatalíticos (The Specials, Madness), nostálgicos de los 60 (Elvis Costello)o algún curioso y triunfante hijo putativo del punk (Police), todos ellos con una actitud ante el negocio claramente liberal y en cierto sentido alternativa.
A finales de 1978, Sid Vicious, prototipo de la cara autodestructiva del punk, fallece por sobredosis de heroína taras unos tortuosos meses en USA. El punk genuino se acaba definitivamente. Mal ejemplo en los años sucesivos, ya que muchos seguirán su “ejemplar” trayectoria. Durante unos cuantos años, a principios de los 80, un nuevo y fracasado lema tuvo vigencia: punk is not dead
Los punkis de la piel de toro
Y no vamos a finalizar sin hacer mención al punk en la iberia. Como es sabido, El punk en España ha tenido una significación singular ya que ha sido un fenómeno que ha tenido su fuerza como catalizador de algunos movimientos juveniles alternativos (okupas) y por la inspiración política en lugares como Euskadi, donde se ha desarrollado toda una subcultura en torno al fenómeno punk entendido desde la ideología de la izquierda abertzale. No vamos a hacer una análisis riguroso del punk vasco y de todos sus (a menudo exagerados) mitos, ya que el tema daría para otro monográfico en varias partes, pero si mencionaremos la significación musical y cultural de algunos de sus protagonistas.
En España, en 1977, la situación política de la transición a la democracia, no era en principio muy propicia para la adopción del fenómeno punk debido a las urgencias políticas y a un cierto letargo del rock autóctono durante esa década, aunque económicamente la situación era similar que en otros países. Los jóvenes españoles coetáneos de los punkies ingleses no veían la manera de hacer lo que hacían en las islas, habiendo vivido en una sociedad reprimida como fue al franquista y en donde la falat de atrevimiento entre la sociedad era total. Tuvo que ser un sujeto tan avispado como oportunista, Ramón Gonzalez, “Ramoncín”, quien se dedico a ser el equivalente hispano -salvando distancias- con los Sex Pistols .Con su LP de 1978 Ramoncín y WC se convierte en estrella mediática (era y es un comunicador nato, pese a la poca simpatía que pueda suscitar su figura) y un frío calculador de escándalos, Malcom McLaren Johnny Rotten y Maquiavelo en una sola persona. Pronto se aburrió de su primigenia imagen punk y ya en 1980 era un rocker urbano. En 1977, un grupo de pijos madrileños hijos de papá monta un grupo punk con todas las de la ley con un insólito poso naïf: Kaka De Luxe. De sus filas saldrán algunos de los más importantes protagonistas del rock español de los 80, con Carlos Berlanga, Nacho Canut y una niña de 14 años llamada Olvido Gara, Alaska, como cabezas visibles. Ya a finales de los 70 el punk se extiende por la capital española y nace una generación de punks hispánicos. Y con ellos la Movida Madrileña.
Kaka de Luxe, la cantera de las estrellas de la movida
Barcelona o Vigo serán a principios de los 80 otras ciudades que albergarán a grupos punks de inspiración británica, especialmente en la localidad gallega (Siniestro Total se convertirán en estandartes). En Euskadi la situación especialmente virulenta de la desindustrialización y el paro juvenil subsiguiente hizo que el punk hiciese acto de presencia, con el factor singular de que la beligerancia de los chicos del imperdible conectaba perfectamente con la izquierda abertzale. Aunque no fue así en todos los casos, el hecho es que en Euskadi lo punk se identificará durante un tiempo con el nacionalismo radical, dando origen a lo que se vino a llamar el “rock radical vasco”. Eskorbuto, La Polla Records, Cicatriz, RIP, Uharteko Punka, Kortatu, KGB o Las Vulpess (originadoras del primer gran escándalo musical televisivo en la historia de TVE) serán los los grupos punks por excelencia de todo el estado español, en donde a la larga el movimiento no se desarrolló tanto como en Euskadi. Luego, la droga y los excesos pasaron factura llegando a hacer desaparecer a grupos enteros. Hoy día, el espíritu del punk vasco sigue presente en algunas nuevas jóvenes generaciones, aunque con más pena que gloria.
Los vizcainos Eskorbuto, leyendas del punk vasco
30 años no es nada, colega.
La vigencia del punk, 30 años después, sigue musicalmente presente en todo el mundo. Como movimiento, sumido en su propia marginalidad ha ido derivando en tribus variopintas movidas por criterios estéticos o de simple agrupamiento físico. Pero el punk rock, fusionado o mimetizado con otros sonidos del rock sigue presente y no haya año en que mozalbetes de cualquier generación les de por hacer ruido guitarrero disimulando sus limitaciones instrumentales o encontrando al vía idónea para canalizar sus ansias de crítica social, de contestación y de provocación. Aunque ya las vestimentas y la imagen externa sean lo de menos para definir a los cultivadores del punk rock, si que persisten aún algunas señales que creasen McLaren y Westwood, como cadenas, collares de perro, camisetas ajustadas, chulería escénica… al final, si había futuro, aunque solo hay resultado una imitación del pasado
eskorbuto y siniestro total con mutxas diferencias son los ke movieron el punk en españa eso no hay ke olvidarlo.por tanto kien dice ke eskorbuto o siniestro no valen para nada eske no entiende de genero punk.la polla nose incluye porke evaristo es gallego y hacia apologia del pueblo vasco,cuando el no es vasco,y el punk es otra cosa,no hablar del pueblo vasco.por tanto eskorbuto y siniestro son los autentikos reinventores del punk en españa
ResponderEliminarLos mejores fuerón LA BANDA TRAPERA DEL RIO.
ResponderEliminarTE HAS OLVIDADO DE LA BANDA TRAPERA DEL RIO.
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