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Acertado regreso de Paul Verhoeven, el director de Instinto Básico, Robocop, y Desafío Total a su país, Holanda, después de que en los 90 y principios de los 2000 y tras el éxito comercial de Instinto Básico su carrera comenzase a hacer aguas. Desde hacía seis años no dirigía una película (la última fue El Hombre Sin Sombra, 2001) y desde mas de 20 no rodaba en Europa, aunque Los Señores del Acero (1986), coproducción europea filmada en España, estuviese rodada en inglés y para encontrar una película suya rodada en holandés tengamos que remontarnos a 1984, el año de El Cuarto Hombre. De regreso al viejo continente, el veterano director para rodar su nuevo filme ha recurrido a un hecho real acaecido en su país a finales de la II Guerra Mundial en los Países Bajos ocupados por los nazis: la historia de Rachel (Carice Van Houten), una atractiva joven judía que tras perder a su familia en una emboscada nazi cuando trataban de huir a la frontera belga junto con otros ciudadanos judíos, se enrola en la activa resistencia holandesa quienes le proponen aprovechar su atractivo para infiltrarse como poco menos que concubina de los nazis, en el cuartel general alemán de Ámsterdam con el fin de conseguir información sobre los movimientos de los nazis contra la resistencia y de tratar de liberar a los compañeros detenidos. Para ello deberá ocultar su condición de judía y actuar bajo otro nombre, aunque la presencia en el cuartel del asesino de su familia y la extraña atracción mutua con otro oficial alemán comienza a enrarecer y dificultar la misión.
Un thriller muy interesante y que se sigue con mucha tensión, realizado con oficio y con clase por un director de categoría. Múltiples giros de guión dentro de una trama enrevesada y con múltiples sorpresas, que refleja por una parte la esquizofrénica situación de una mujer que obligada a renunciar a su pasado para vengar la muerte de sus seres queridos se encuentra inmersa a partes iguales en dos mundos antagónicos y paralelos, pero que conseguirá un inesperado triunfo en el seno del enemigo mientras que sus teóricos amigos recelan de ella; y por otra parte, el filme muestra el hipócrita y tramposo juego de intereses de la resistencia holandesa y las múltiples traiciones internas que surgieron en el seno de este movimiento, en donde diversas fracciones- socialdemócratas, comunistas, judíos- en realidad estaban enfrentadas entre sí y en donde el egoísmo, la codicia y la mezquindad hacían acto de presencia. Imágenes y situaciones impactantes y reveladoras ilustran perfectamente estos hechos, dentro de un tomo minuciosamente realista y muy bien conseguido. Como era de esperar, Verhoeven no se corta a la hora de mostrar matanzas, torturas (físicas y psíquicas) y bestiadas varias, aunque su tono no sea tremendista en absoluto; como tampoco faltan escenas eróticas marca de la casa. La película en si es una inteligente crónica sobre la desmitificación del heroísmo y sobre la a veces inexistente línea que separa a los héroes de los villanos en tiempos de guerra, en donde en ocasiones los intereses van fabricando la heroicidad a medida, pero al final siempre será el tiempo el que coloque las grandes acciones en su lugar correspondiente, como bien sabrá la protagonista de la película.
Acertado regreso de Paul Verhoeven, el director de Instinto Básico, Robocop, y Desafío Total a su país, Holanda, después de que en los 90 y principios de los 2000 y tras el éxito comercial de Instinto Básico su carrera comenzase a hacer aguas. Desde hacía seis años no dirigía una película (la última fue El Hombre Sin Sombra, 2001) y desde mas de 20 no rodaba en Europa, aunque Los Señores del Acero (1986), coproducción europea filmada en España, estuviese rodada en inglés y para encontrar una película suya rodada en holandés tengamos que remontarnos a 1984, el año de El Cuarto Hombre. De regreso al viejo continente, el veterano director para rodar su nuevo filme ha recurrido a un hecho real acaecido en su país a finales de la II Guerra Mundial en los Países Bajos ocupados por los nazis: la historia de Rachel (Carice Van Houten), una atractiva joven judía que tras perder a su familia en una emboscada nazi cuando trataban de huir a la frontera belga junto con otros ciudadanos judíos, se enrola en la activa resistencia holandesa quienes le proponen aprovechar su atractivo para infiltrarse como poco menos que concubina de los nazis, en el cuartel general alemán de Ámsterdam con el fin de conseguir información sobre los movimientos de los nazis contra la resistencia y de tratar de liberar a los compañeros detenidos. Para ello deberá ocultar su condición de judía y actuar bajo otro nombre, aunque la presencia en el cuartel del asesino de su familia y la extraña atracción mutua con otro oficial alemán comienza a enrarecer y dificultar la misión.
Un thriller muy interesante y que se sigue con mucha tensión, realizado con oficio y con clase por un director de categoría. Múltiples giros de guión dentro de una trama enrevesada y con múltiples sorpresas, que refleja por una parte la esquizofrénica situación de una mujer que obligada a renunciar a su pasado para vengar la muerte de sus seres queridos se encuentra inmersa a partes iguales en dos mundos antagónicos y paralelos, pero que conseguirá un inesperado triunfo en el seno del enemigo mientras que sus teóricos amigos recelan de ella; y por otra parte, el filme muestra el hipócrita y tramposo juego de intereses de la resistencia holandesa y las múltiples traiciones internas que surgieron en el seno de este movimiento, en donde diversas fracciones- socialdemócratas, comunistas, judíos- en realidad estaban enfrentadas entre sí y en donde el egoísmo, la codicia y la mezquindad hacían acto de presencia. Imágenes y situaciones impactantes y reveladoras ilustran perfectamente estos hechos, dentro de un tomo minuciosamente realista y muy bien conseguido. Como era de esperar, Verhoeven no se corta a la hora de mostrar matanzas, torturas (físicas y psíquicas) y bestiadas varias, aunque su tono no sea tremendista en absoluto; como tampoco faltan escenas eróticas marca de la casa. La película en si es una inteligente crónica sobre la desmitificación del heroísmo y sobre la a veces inexistente línea que separa a los héroes de los villanos en tiempos de guerra, en donde en ocasiones los intereses van fabricando la heroicidad a medida, pero al final siempre será el tiempo el que coloque las grandes acciones en su lugar correspondiente, como bien sabrá la protagonista de la película.
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