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Comedia argentina entretenida y de agradable visión, pero poquito más. Diego Peretti, el actor de comedia argentino de moda vuelve a interpretar un papel similar al que hacía en la exitosa No sos vos, soy yo, dirigida también por el mismo director que este filme, Juan Taratuto y que también se estreno por estos lares; es decir, un treintañero inseguro, inmaduro, neurótico, y negado para las relaciones de pareja (humm…¿a que me recuerda esto?, ¿a cierto director-actor-guionista americano?). El propio Peretti es además co-autor del guión. La historia gira en torno a Aldo, un soltero que vive solo en un apartamento que decide poner en alquiler el continuo al suyo, también propiedad de él. La inquilina es una joven fotógrafa llamada Andrea (Carolina Peleritti), embrazada de tres meses de padre desconocido, con un pasado bohemio y forofa de terapias naturales, barras de incienso y de montar fiestones en su casa a altas horas de la madrugada. Aunque Aldo al principio esta molesto con las costumbres de su inquilina, decide acercarse a ella para superar sus complejos con las relaciones con el sexo opuesto- en realidad provocados en parte por la ausencia de su madre fallecida desde su temprana infancia- y de paso encontrar una vía de escape su problema de eyaculación precoz. Lo que parecía al principio una relación imposible entre un hombre gris anclado en las costumbres y en los valores tradicionales con una mujer liberal, independiente y “alternativa”, se va convirtiendo en un romance mas o menos estable, aunque, claro está, pronto se sucederán los contratiempos.
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