DESEO, PELIGRO ***
El director taiwanés Ang Lee regresa al cine chino después del mayor éxito comercial de su carera, la cinta norteamericana Brokeback Mountain. Lee vuelve pues a sus orígenes, con un drama de intriga coproducción entre China, Hong Kong y USA ambientado en el primer país, casi en su totalidad en la ciudad de Shangai, en los años 30 y 40, época de la guerra entre China y Japón y de la II Guerra Mundial. Wong Chia Chi (Wei Tang), el personaje central, es una joven china que en sus años universitarios se enrola como actriz en un grupo teatral estudiantil compuesto por jóvenes idealistas que rechazan la ocupación que esta sufriendo su país en manos de los japoneses. Kuang Yu Min (Lee-Hong Wang), el líder de la agrupación, es un activista político al que una serie de contactos con la resistencia brindarán a los jóvenes la oportunidad de luchar combatir y de eliminar con sus propias manos a los colaboradotes chinos con los invasores: la estrategia será irse a Shangai y- utilizando su experiencia como actores- hacerse pasar por miembros de la alta sociedad de la ciudad (caracterizada por su tendencia a la traición y a pactar con el enemigo nipón) y su séquito. Wong Chia Chi, una joven inteligente y activa pero sumamente inocente e insegura será el arma principal, al tomar la personalidad de una rica mujer que debe convertirse en la amante de un influyente personaje político de la ciudad (Tony Leung) y uno de los principales objetivos del curioso comando “actoral”.
La película habla de traiciones, falsedades, personalidades múltiples, engaños e hipocresía, tratando de construir el fresco histórico de una oscura etapa en la historia de China, y que precedió a la llegada al poder de los comunistas, con todo lo que ello conllevó para la historia de este país. De todas formas, la película más que por los acontecimientos, se de canta por los personajes, sus sentimientos y sus relaciones, con como elemento central: una joven ingenua metida en un berenjenal que le llevará a consecuencias personales bastante inesperadas, hasta el punto de que su propia personalidad parece zozobrar dramáticamente. El sexo, con unas escenas bastante explícitas, cumple un papel central.
En general, la película navega bien entre el drama, el cine de espías y la crónica intimista, pero sus intenciones parecen poco claras. Aunque hay un importante esfuerzo por retratar el sentir de una época en un lugar determinado y la situación de todas las personas de cualquier condición que allí vivían, su estilo excesivamente teatral en lo escenográfico (no demasiados escenarios de exterior) y lo divagante de cómo se resuelven las situaciones no hacen de este filme una película demasiado emocionante ni estimulante. Pese a todo, hay momentos buen cine servidos con oficio por un director de la talla de Ang Lee, que en esta ocasión ha demostrado su talento a medias.
EL ESPÍA
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Basada en hechos reales, El Espía es un thriller más bien fallido aunque cuenta una historia ciertamente interesante: la de un cargo del FBI, Robert Hanssen (Chris Cooper), al que sus superiores deciden espiarle e investigarle por medio de Eric O´Neill (Ryan Phillipe) un joven aspirante a entrar como agente en el cuerpo federal y cuya tapadera será trabajar como ayudante y secretario de Hanssen. Eric, que de cumplir bien su misión será promocionado a agente del FBI, en un principio tiene que averiguar si su “jefe” es, como se sospecha, un pervertido que frecuenta burdeles y tiene pornografía de todo tipo en su ordenador, pero pronto se encuentra con una persona muy compleja, ultraconservadora y ultracatólica, irascible, mas inteligente de lo que aparenta y que de una manera un tanto extraña acogerá a Eric como su discípulo, tratándole de inculcar a trancas y barrancas sus extravagantes y retrogradas ideas sobre la religión. Pero hay algo más: en realidad, Hanssen, durante la guerra fría estuvo ejerciendo de chivato para la KGB, algo que los mandatarios del FBI tardan en decírselo a Eric O´Neill por seguridad.
La película esta estructurada en la difícil convivencia de los dos agentes del FBI en la mascarada que Eric tiene que interpretar para investigar a su jefe. El exagerado catolicismo de Hanssen, el cual marca toda su vida personal y profesional, aparece como una amenaza para el joven y confuso O´Neill, católico no practicante, ya que ve en el corrupto agente una especie de dios terrible dispuesto a juzgar sus actos. Está muy bien conseguido este juego psicológico del gato y el ratón, gracias a las estupendas interpretaciones de los dos actores principales, pero la película, en cuanto a thriller, no termina de arrancar en ningún momento. Hay mucho dialogo y poca acción física. No obstante, en sus instantes finales, es cuando el filme se vuelve mas interesante, encontrando allí sus mejores momentos. Tal vez la historia real de partida da lo que da cinematográficamente hablando, pero el material daba para algo más que una película mínimamente pasable.
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