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Estupenda comedia con tintes dramáticos, que pese a su apariencia de producto independiente, es un filme de un gran estudio. Su director Jason Reitman, es una firme promesa en el campo de al comedia, y con esta película puede encontrar su consagración. Lo mismo se puede decir de su jovencísima protagonista, Ellen Page (Hard Candy), nominada al oscar por su interpretación, llena de vitalidad, espontaneidad y simpatía: a sus 21 añitos se postula como una actriz versátil y fuera de serie. La verdad es que todo funciona más que correctamente en esta estupenda película: una historia creíble y muy bien llevada, un reparto muy solvente, unos escenarios sugerentes y apropiados, unos diálogos ricos y realistas (se han comparado con los de Tarantino), un perfecto equilibrio entre la comedia inteligente, el costumbrismo y el drama cotidiano y, en definitiva, una inteligente factura y concepto que gustarán tanto a amantes de la comedia indie como de productos mas comerciales. Sin embargo, su nominación al oscar a mejor película se antoja excesiva: una buena película, si, pero tampoco nos pasemos.
La historia se centra en Juno, una chavalita de 16 años muy inteligente, segura de si misma e independiente que pese a estar convencida de llevar totalmente las riendas de su vida, una irresponsabilidad le lleva a quedarse embarazada de su novio, Paulie Bleeker (Michael Cera), un chico inseguro pero de gran corazón. No sintiéndose capacitada para cuidar al bebé, decide entregar al futuro niño en adopción a una rica pareja de treintañeros que se anuncia en al prensa buscando adoptar un bebé. Juno encuntra en Mark (Jason Bateman) y Vanessa (Jennifer Gardner), los padres perfectos: atractivos, pudientes, simpáticos y sobre todo con ganas de dar mucho amor a al futura criatura. Sin embargo, pronto se dará cuenta que las cosas no son tan sencillas como parecen. La perseverancia de la adolescente y su tesón por llevar bien su situación de embarazo y superar todas las dificultades imprevistas que van surgiendo es el elemento central de al película, cuyo mensaje de optimismo, sin grandilocuencia ni ñoñería, es verdaderamente reconfortante.
La película, fundamentada sobre todo en el excelente trabajo interpretativo de Ellen Page, sabe manejar muy bien lo anecdótico, lo costumbrista y el naturalismo en un conjunto en donde todo encaja a la perfección y en donde nada desentona. Una fotografía tenue y cuidada y una música folk-rock acústica ayudan a ambientar una película divertida y entrañable que sabe contar como una historia, aunque el conjunto final tampoco sea anda del otro jueves. No obstante, su visión es obligada para todos aquellos que quieran olvidarse de sus problemas, por que no, encontrarlos soluciones.
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