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Saliéndose de los convencionalismos del cine bélico y sin mostrar grandes alardes, la directora Kathryn Bigelow logra sorprender con este filme ambientado en el Irak post Sadam ocupado por el ejercito norteamericano, centrado en el mundo de los artificieros desactivadotes de bombas. Obviamente, un entorno como el de Irak y un contexto como el de la intervención estadounidense en ese país árabe, otorgan mucho juego y la directora lo ha sabido aprovechas de manera tan sublime como peculiar. Apostando por la crónica detallada y por el estilo documental e hiperrealista (todo lo que vemos en la pantalla parece filmado directamente de la realidad), la película se estila como una especie de drama de personajes en donde la figura central del artificiero James (Jeremy Renner) muestra tanto lo complejo y peligroso de el “oficio” de la desactivación de bombas como las consecuencias, personales y colectivas, de una serie de situaciones derivadas de el uso de la fuerza y de el afán por imponer la fuerza de las pistolas. El caso es que todo esto se hace sin emplear intrincados recursos narrativos y sin echar mano de imposturas de dramatización: lo que se muestra en la pantalla es el día a día, durante un mes, de la estancia en Bagdad de un escuadrón de artificieros y de todo lo que su labor ocasión tanto para ellos como para la vida diaria en un país que se encuentra lejos de la normalidad, entre otras cosas por la propia intervención norteamericana.
El estilo es crudo y directo pero sin tremendismos y sin golpes de efecto, lo cual es de agradecer. El transcurso de la película esta salpicado de situaciones inesperadas y aparentemente sin importancia narrativa que refuerzan el carácter realista de un filme que parece evolucionar desde la descripción imparcial hasta la conclusión desesperada pasando por la crítica. Cada personaje esconce muchos más matices de los que se ven a primera vista y cada situación aparentemente intrascendente tiene su consecuencia. Con elementos más sugeridos que explicados, las película resulta llega a resultar apasionante pese a que su ritmo no sea muy rápido, aunque es posible que haya gente a que esta película le dejo frío por su aparente falta de matices. Con varias nominaciones al Oscar, la película puede ser al sorpresa en la próxima entrega de los premios, pero gane algo o no, no deja de ser una estupenda y sorprendente película.
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