miércoles, marzo 28, 2012

El aparatito Lumiere EXTRATERRESTRE




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Curiosa, curiosa película el segundo trabajo del cántabro (hecho cinematográficamente en Euskadi) Nacho Vigalondo. Vaya, cuanto menos difícil de clasificar. Estamos ante una comedia sí, pero es difícil saber con que carta quedarse de las muchas con las que juega esta película a la hora de definir su subgénero dentro de la comedia: no es una comedia gamberra en el sentido estricto, tampoco es una parodia (del cine de ciencia ficción y dentro de este el de invasiones alienígenas), no es una comedia romántica aunque su hilo argumental es una extraña historia de amor urbano, no es una comedia surrealista (pese a un planteamiento idem), ni una comedia digamos que fantástica con efectos especiales… aunque es un poco de todo eso, una película inteligente y extraña que cumple con creces su función (la de divertir al espectador) por medio de curiosos juegos conceptuales y de guión y al final, pese a al sensación de extrañeza y “marcianada” (nunca mejor dicho) la sensación es de un buen sabor de boca.

Si en su anterior película Los Cronocrímenes (2007), Vigalondo demostraba su habilidad para dar credibilidad y empaque a una delirante historia fantástica (y sin casi efectos especiales) que con lo mínimo resultaba apasionante, en Extraterrestre de nuevo con un reparto limitado en cuanto a número de actores y un escaso presupuesto consigue una película efectiva, simpática y desde luego que curiosa. Su humor inteligente, servido gracias al buen hacer de sus cinco actores, es lo más reseñable de una película que apuesta por un estilo de comedia más internacional pero sin obviar típicos aspectos costumbristas ibéricos que la hacen más cercana. La historia comienza cuando en un piso de Madrid, Julio (Julián Villagrán) despierta a las siete y media de la tarde tras una noche de borrachera en casa de Julia (Michelle Jenner) su supuesta amante de una noche en un Madrid desierto…por una invasión alienígena con un gigantesco platillo volante suspendido no muy lejos de donde se encuentran. Aunque la situación – extrema y kafkiana- requiere una evidente alteración de la vida ordinaria, Julio parece más interesado en conquistar a Julia mientras la fortuita pareja recibe las visitas de Carlos (Raúl Cimas) el un tanto prepotente novio de Julia y de Ángel (Carlos Areces), un vecino anodino y poco de fiar. Así, con un tramposo y nada serio juego de referencias de mero soslayo (Ultimatum a la Tierra, Cazafantasmas, La invasión de los Ultracuerpos), un montón de pistas falsas e inteligentes engaños, guiños y trampantojos al espectador, el resultado es un bizarro festín de situaciones ridículas e hilarantes resueltas con inteligencia y buen tino. Los momentos de comicidad son incontables en esta película  y todo se hace con sesera y sin recurrir a lo fácil. Un excelente guión el de Nacho Vigalondo que juguetea con todo concepto que se le pone por delante, y unas muy buenas interpretaciones en un contexto casi teatral debido a lo reducido del elemento espacio (el 80% transcurre en el apartamento de Julia), en donde Julián Villagrán se sale en el papel de un treintañero ridículamente dubitativo y obsesivo hasta lo esperpéntico. El resto no el va a la zaga, aunque tal vez canse ya un poco que Carlos Areces (Balada triste de trompeta) se encasille tanto en el papel de friki sosainas. Una película-cachondeo inteligente que puede que no sea plato para todos los gustos pero que gustará mucho a los amantes de comedias surrealistas/extrañas y a los degustadores de rarezas.    



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