Un desconocido célebre
Mucho se ha escrito sobre el escritor, matemático, inventor,
pionero de la fotografía y clérigo anglicano británico Lewis Carroll
(1832-1898), el célebre autor de Alice in
Wonderland (Alicia en el País de las
Maravillas) Diversas biografías y estudios sobre su vida y obra le han
tildado de excéntrico, inmaduro, enfermizo…y hasta pedófilo. Se ha demostrado
últimamente que muchas de estas atribuciones son incorrectas, infundadas y
hasta falsas, indudablemente influidas por el singular impacto popular e
intelectual de sus surrealistas e insólitos escritos que a lo largo de tres siglos
(y que sin duda han marcado el devenir de la literatura universal) de un
modo u otro han provocado que la concepción de su vida haya sido vista como una
prolongación de ese mundo absurdo y con las normas subvertidas que describió en
sus dos libros sobre Alicia o en otras obras como The Hunting of the Snark. Pero,
¿conoció alguien realmente a un hombre llamado Charles Lutwidge Dodgson?
¿Cuánto de mito y de realidad hay en la que
muchos hacen pasar por su verdadera biografía? ¿Quién fue realmente
Alice Liddell, la niña hija de unos amigos que supuestamente inspiró el
personaje de Alicia? ¿Como fue exactamente la relación de Dodgson con sus
vecinos los Liddell y en especial con sus tres hijas? ¿Fue Lewis Carroll un ser hipócrita y malvado,
seductor y corruptor de menores?
No cabe duda de una cosa: que Lewis Carroll fue un hombre
enormemente crítico con su tiempo y con las convenciones de la sociedad
victoriana. Tal vez este inconformismo y esta rebeldía, no tan inocente como
pudiera parecer a simple vista, sumieron a su figura incluso después de su
muerte en un cierto desprecio por parte de algunos críticos y estudiosos. Y no
cabe duda también que Charles Lutwige Dodgson fue un hombre enormemente
contradictorio, paradójico y desconcertante, algo que sin duda ha influido en el
retrato que de él nos ha dejado la historia. No es intención de este artículo
hacer un estudio exhaustivo de la figura de Lewis Carroll, sino una
aproximación a su biografía desgranado aspectos clave de ella que influyeron en
su obra y desmontando algunos de los mitos que sobre su vida han circulado.
Extraño genio en
Oxford
Lewis Carroll con Alice Liddell (hacia 1862) |
Charles Lutwidge Dodgson nació el 27 de enero de 1832 en
Daresbury, en el condado de Cheshire en Inglaterra. En su familia había una
fuerte tradición de militares y eclesiásticos anglicanos (su bisabuelo Charles
Dodgson llegó a ser obispo de Elphin a finales del siglo XVIII), aunque el
padre de Carroll inauguró una nueva vertiente en los Dodgson que fue la
académica al obtener una beca como matemático, pero prefirió dedicarse al
sacerdocio como vicario. Charles Lutwidge fue el tercero de once hermanos y a
los once años se mudó con toda su familia a Croft-on-Tees en el norte de Yorkshire. Charles fue un niño
muy precoz que aprendió pronto a leer y a interesarse por lecturas bastante
avanzadas para su edad, al mismo tiempo que al igual que su padre mostraba un
enorme talento para los números. Sufría de tartamudeo desde una edad muy
temprana, algo que apenas logró corregir en su edad adulta, además de sufrir
una fiebre que le dejó sordo de un oído y una tos ferina que le dejó secuelas
respiratorias de por vida. Su padre, el Reverendo Dodgson, fue un hombre muy
conservador dentro de incluso de la iglesia anglicana y cercano a los
movimientos mas reaccionarios de la misma, un aspecto que el joven Charles no
compartía. Charles Dodgson Sr. llegó a ser Archidiácono de Richmond, localidad
en la cual Charles estudió primaria hasta los 14 años para después matricularse
en la prestigiosa Rugby School donde mostró su talento innato para las
matemáticas. No obstante, sus problemas de tartamudez le lastraron su
socialización tanto en el entorno académico como en cotidiano, algo que de un
modo u otro influiría en sus relaciones personales a lo largo de su vida.
Ingresó en Oxford en 1850 para estudiar Ciencias Exactas y
tras una brillante trayectoria académica se gradúa con Honores en la Facultad
de Matemáticas además de conseguir un Bachiller en Artes en 1854. Dodgson
permanecerá a partir de ese momento y hasta su muerte en la Facultad Christ
Church (donde había estudiado) como lector de Matemáticas, una ocupación que al
principio no le satisfacía.
Pese a su problema de tartamudez y sus dificultades de
salud, Lewis Carroll no tuvo problemas en su faceta de profesor de matemáticas
como en la de diácono (se ordenó en 1861, una ocupación que en realidad no fue
excesivamente importante en su vida), y además pudo tener una vida social plena
pese a sus dificultades de comunicación. Es falso que prefiriese –como se ha
llegado a escribir- la compañía de los niños a la de los adultos ya que entre
otras cosas en sus clases, en sus sermones y en
discursos públicos Charles Dodgson no tartamudeaba siempre, ni tan siquiera era
constante ese defecto en el habla cuando hablaba con cualquier persona, ya sea
niño o adulto, aunque no cabe duda que
Dodgson se sentía avergonzado de esa condición y temía que en cualquier
momento hiciese el ridículo a causa de ella. Es muy posible que este factor
influyese en el hecho de que hasta su muerte el escritor y artista permaneciese
soltero.
Burlón, jovial y escéptico
Charles Dodgson comenzó su carrera literaria en su
adolescencia cuando escribió algunos poemas, relatos y obras de marionetas que
no se publicarían hasta bien entrada la década de 1850 en algunas revistas
locales. Curiosamente en 1855 puso en circulación el que puede ser considerado
uno de los primeros fanzines de la historia, Mischmasch, una autopublicación para sus familiares que duró hasta
1862. Entre 1854 y 1856 su obra temprana
tuvo difusión nacional en diversas revistas de importancia como The Comic Times o The Whitby Gazette obteniendo
excelentes críticas tanto de sus relatos satíricos como de sus poemas. En 1856,
con 24 años, firma por primera vez como
Lewis Carroll, un pseudónimo procedente de sus nombres de pila invertidos con
anglicismos más o menos equivalentes a las traducciones latinas de los mismos.
Por aquel tiempo, el joven Lewis Carroll, residente en Oxford, era admirado
también por sus habilidades para entretener a los invitados en fiestas con sus
chistes, sus dotes para la mímica y su maña para inventar historias y juegos
para los niños hijos de sus amigos. Pese a sus aparentes limitaciones
comunicativas, Carroll estableció un círculo de amistades y contactos bastante
amplio que iba desde el mundo académico de Oxford hasta el artístico y
literario. Fue amigo del artista y crítico de arte John Ruskin, del pintor
Dante Gabriel Rosetti y del autor de cuentos de hadas escocés George McDonald,
entre muchos otros. Carroll se llevaba mejor con la gente del mundo
artístico-literario que con la del mundo universitario intelectual y religioso,
que a menudo criticaba en sus escritos. Es sabida su aversión al
conservadurismo de la Iglesia Anglicana con la que mantuvo una extraña relación
de amor-odio que aún es un enigma. Carroll comenzó una carrera como clérigo
-siguiendo la tradición familiar- ya en sus años de estudiante (los residentes
en la Facultad Chist Church de Oxford debían ordenarse), pero tras ser ordenado
diácono tardíamente cuando ya había finalizado sus estudios, rechazó ordenarse
pastor anglicano contra las reglas de la facultad, algo que de todas formas se
le permitió excepcionalmente gracias a su amistad con uno de sus amigos más
influyentes en su vida: el decano Henry Liddell. Caroll además nunca se
consideró (no se sabe exactamente por que) un ferviente cristiano, algo que le
atormentaba internamente y que sin duda fue determinante para que no tomase la
carrera del sacerdocio. Pese a que Dodgson era un hombre conservador, no
aprobaba muchas restricciones del cristianismo y del anglicanismo en
particular, aunque nunca se ha sabido en que grado exactamente. Lo que si es
cierto es que Lewis Carroll fue seguidor
de corrientes filosófico-religiosas muy en boga en la sociedad victoriana como
la Teosofía, algo que es posible que le alejase de una visión tradicional del
cristianismo, así como estaba interesado en otras religiones y en extraños
pensamientos filosóficos poco bien vistos en la sociedad victoriana. Pese a
todo, Carroll no se mostró nunca explícitamente crítico con el tema religioso
en toda su obra, al contrario que como con otros ámbitos.
Carroll junto con Lorina Lidell (a la izquierda) y Harry, Loina Jr., Alice y Edith, hacia 1857 |
A pesar de la visión muchas veces negativa que el escritor y
profesor tenía de la figura del “pomposo y pedante profesor académico”, Carroll
logró hacer buenas migas con el nuevo Decano de Chist Church, Henry Liddell,
que llegó a la facultad en 1856, así como con su esposa Lorina y sus cuatro
hijos, un varón y tres niñas. La amistad de Carroll con las niñas Liddell, como
bien es sabido, fue fundamental para el nacimiento de la obra maestra del
autor, Alicia en el País de las
Maravillas. Siempre se ha creído de una manera un tanto errónea que la
pequeña de las hermanas Liddell, Alice (1852-1934) inspiró al personaje de
Alicia, principalmente por la coincidencia con el nombre, pero esto no es cierto.
La relación de Lewis Carroll con las tres hermanas Liddell (Lorina y Edith eran
las hermanas mayores de Alice) históricamente siempre ha estado abierto a
conjeturas: ¿atracción de Carroll hacia los niños, ¿pederastia?, ¿pidió en
matrimonio Carroll a la pequeña Alice
cuando esta tenía 11 años?. Mucho se ha conjeturado sobre esto y lo cierto es
que las pruebas, como veremos más adelante, han terminado por debilitar cuando
no descartar tales acusaciones. Una cosa si que es cierta: durante el periodo
desde el que los Liddell se instalaron en Oxford hasta la publicación de Alice in Wonderland en 1865, Lewis
Carroll vivió tal vez la etapa más feliz de su vida como así reflejan sus
diarios, aunque los registros correspondientes a los años 1858-1862 se hayan
periodo y esto haya dado lugar a varias conjeturas.
Una niña llamada Alice
Alice Liddel en 1858 |
Los biógrafos del escritor y los estudiosos de su obra siempre
han dejado constancia de una idílica imagen asociada a la vida de Carroll: los
paseos en barca del artista con las niñas Lidell en las aguas del lago Isis
(también incluyó al principio a Harry, el hijo mayor, pero las niñas eran su
debilidad) en los cuales inventaría historias fantásticas y fabulosas que
llevarían inevitablemente al absurdo mundo de Wonderland. Carroll también trabó
amistad en aquellos años con otros niños y niñas a los que dedicaría sus obras
como dedicó Alice a la pequeña de los
Liddell, aunque tal y como dejó constancia el propio autor, el personaje
ficticio no estaba inspirado en la verdadera Alice. Por esos años, Lewis
Carroll se convirtió también en un consumado maestro y en cierto modo pionero
de un arte que estaba dando sus primeros pasos: la fotografía. Desde 1856 hasta
1880 el polifacético Carroll se convirtió en un admirado maestro del nuevo arte
fotográfico especializándose en el retrato, una modalidad del la que se puede
considerar un influyente pionero ya que la imbuyó de un notable sentido
artístico con influencias manieristas y prerrafaelitas (Carroll era un gran
admirador de ese movimiento pictórico además de ser amigo de Rossetti y otros
prerrafaelitas) y de alguna manera creó una suerte de “retrato victoriano”. Carroll
hizo fotografías artísticas de hombres, mujeres, niños, niñas, animales,
paisajes, estatuas, composiciones fantásticas y casi siempre al aire libre. Sus
fotografías infantiles (de niñas mayormente) han sido motivo de controversia ya
que se ha dicho que son pruebas bastante evidentes de su pedofilia. En efecto,
Carroll realizó fotos de niñas desnudas o con escasa vestimenta, pero esto
muchos autores y biógrafos del escritor han sostenido que era por motivos
meramente estéticos, ya que a Carroll le fascinaba el cuerpo infantil pero sin
ningún deseo sexual. Son bastante célebres los retratos de Alice Liddell, en
especial el de Alice vestida de mendiga (1858), todo un clásico en la historia
del retrato fotográfico artístico. Estos retratos infantiles, entre tiernos
e inquietantes, no dejan indiferente al
espectador. Se cree que Lewis Carroll tomó más de 3000 fotografías de las
cuales han sobrevivido algo menos de 1000, entre ellas retratos de celebridades
como Dante Gabriel Rossetti o Alfred Tennyson.
Fotografía de 1875 por Lewis Carroll |
1862 fue el año en el cual se cree que Lewis Carroll empezó
a dar forma a la Alicia literaria a partir de un cuento que el escritor contó a
las Liddell y que la pequeña Alice, por entonces de 10 años, pidió al “Tío
Charles” que transcribiera en hojas de papel. No fue hasta 1864 cuando Carroll completó
el primer manuscrito de una novelita titulada Alice´s Adventures in the Underground (Las Aventuras de Alicia Bajo Tierra) que el propio escritor
ilustró. Antes de terminarlo, entregó el manuscrito a su amigo George McDonald,
padre de dos niños a los que les entusiasmó el libro, y animado por la reacción
del potencial público infantil lo entregó al editor Macmillan quien accedió a
publicarlo en 1865 bajo el título definitivo de Alice´s Adventures in Wonderland
con las famosas ilustraciones de Sir John Tenniel. Fue un éxito rotundo que
supuso la fama de Lewis Carroll no solo en Inglaterra sino en todo el mundo.
En 1871 Carroll, que pese al éxito del libro no abandonó nunca su puesto de
lector en Oxford, escribió la segunda parte de las aventuras de Alicia Through the Looking- Glass and What Alice
Founds Here (A través del Espejo y lo que Alicia encontró
allí ) comúnmente conocido como Through
the Looking- Glass . En ambas obras, todo un clásico de la literatura
universal y no solamente infantil, Carroll exploró metafóricamente el mundo del
absurdo mediante conceptos matemáticos ilustrados por personajes y situaciones
fantasiosas y surrealistas. Personajes como la Reina de Corazones, el
Sombrerero Loco, la Oruga, el pequeño Bill el lagarto, la Libre de Marzo o la
Reina Roja se convirtieron con el paso del tiempo en iconos de la cultura
occidental. Resulta evidente a tenor de las ilustraciones de Tenniel que Caroll
no se inspiró ni tan siquiera en físico de Alice Liddell para su heroína (la
verdadera morena, la ficticia rubia) aunque el hecho de que incluyese el nombre
de Alice Liddell acrósticamente en el poema que precede a la novela
siempre ha hecho sugerir erróneamente que ambas niñas eran la misma.
Por aquellos años y hasta su muerte, Carroll escribió
también diversos tratados matemáticos y concibió algunos curiosos inventos y
patentes sobre asuntos que iban desde un nuevo sistema de representación
parlamentaria para el Reino Unido hasta juegos de palabras (se considera una
invención suya una anticipación del Scrabble). El poema absurdo The Hunting of the Snark (La Caza del Snark, 1976) y la larga
novela Sylvie and Bruno (Silvia y Bruno, 1888) son tras los dos
libros de Alicia sus obras literarias más conocidas, pero no obtuvieron ni por
asomo el éxito del díptico aliciano. Charles Lutwige Dodgson falleció el 14 de enero de 1898 a los 65 años en el
domicilio de sus hermanas en Guilford a consecuencia de una neumonía. Pero el
mito de Lewis Carroll, para bien o para mal, aún no había terminado.
CONTINUARÁ
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