Han sido cien años de gloria y felicidad
Han sido cien años de ilusión, muchas alegrías y algunas
tristezas
Han sido cien años de goles, paradas, remates, penaltis,
esfuerzo, sudores y lágrimas
Han sido cien años de gritos, vello en punta, brazos en alto,
bufandas al aire y emociones a flor de
piel.
Han sido cien años de recuerdos imborrables, gestas heroicas
y protagonistas legendarios
Han sido cien años de algo más que fútbol
Han sido los cien años de una vida
Todo empezó en 1913 y terminará en 2013. Después de un siglo,
San Mames, la casa del Athletic Club, pasará a la inmortalidad. Será solo la
mudanza de un club inigualable a un hogar mejor, pero es inevitable no sentir
la añoranza de un lugar que para muchos fue más que un campo de fútbol.
El viejo San Mamés fue ante todo la fortaleza y dominio del
Athletic, ese club único en el mundo cuya simbiosis con su afición es total. Un
templo donde en cada partido se oficiaba un ritual único de amor e
identificación por un equipo capaz de mover a todo un pueblo como es el de
Bizkaia en pos de un mismo fin e incluso superando fronteras y atrayendo a
gentes de cualquier procedencia. Y por ello un lugar sagrado, con nombre de
santo.
El viejo San Mamés fue un estadio cuyo público durante una
centuria ha sido todo un ejemplo de entrega, elegancia, educación y
deportividad. Un estilo propio que ha terminado por distinguir a su afición
como una de las mejores del mundo, siempre dispuesta a dejarse la piel por su
equipo e insuflarle hasta la última gota de su aliento
El viejo San Mamés fue donde muchos tomaron por primera vez
contacto con el fútbol y vieron lo grande y lo miserable que podía ser un
deporte que es como una metáfora de la vida. Allí muchos por primera vez
sintieron que era eso de animar a unos deportistas para llevarles hacia la
victoria y vieron que el esfuerzo y el trabajo en equipo pueden tener muy
gratas recompensas
El viejo San Mamés fue txapelas, bufandas, botas, camisetas
de algodón, nylon o poliéster. Padres e hijos, familias enteras, cuadrillas de
amigos, matrimonios y parejas, niños, jóvenes, adultos y viejos. Todos
esperando el día del partido. Fue colas en las taquillas, en las puertas y
llenos absolutos. Miles de voces cantando al unísono el himno del Athletic,
lanzando irrintzis, animando, gritando, viviendo, sintiendo…
Fondo Norte, Fondo Sur, Preferencias Lateral y Este,
Tribunas. Misericordia e Ingenieros, edificios de referencia geofísica en los
puntos cardinales. El palco con el busto de Pichichi, el hombre que marcó allí
el primer gol. Vetustas oficinas del club que una vez estuvieron allí, una
tribuna que se bautizó con el nombre de un jugador cuyo traspaso sirvió para
costearla, unos marcadores que en su día revolucionaron el fútbol multimedia.
Un teatro que vivió innumerables cambios de físico. Pero hace tiempo todo un
símbolo lo ha coronado, un arco de hierro, el material vizcaino por excelencia
El césped de San Mamés, esa hierba que ha sido pisada por
Pichichi, Belauste, Travieso, Carmelo Goienetxea, Gorostiza, Bata, Iraragorri,
Lafuente, Blasco, Mugerza, Zarra, Panizo, Gainza, Iriondo, Venancio, Lezama,
Bertol, Mauri, Maguregi, Garay, Arteche, Carmelo Cedrún, Canito, Aguirre, Saez,
Iribar, Txetxu Rojo, Uriarte, Carlos, Villar, Dani, Sarabia, Goikoetxea,
Zubizarreta, Argote, Urkiaga, Andrinua, Alkorta, Guerrero, Etxebarria, Ziganda,
Yeste, Llorente, Iraola, Gurpegi, Muniain y tantos otros que hicieron del viejo
estadio su hogar que muchos de diferentes generaciones hemos compartido y hemos
sentido nuestro.
Quedarán aquellas épicas eliminatorias de copa previas a los
pases a una final, se recordarán inolvidables noches europeas que nos hacían
sentir los reyes del mundo, se rememorarán alirones ligueros con el campo
invadido. Éxitos de todo tipo y también fracasos y decepciones. Todo nuestro,
para bien y para mal. Todos del Athletic, todos en San Mamés.
Han sido cien años de San Mamés. Recuerdos y emoción.
Felicidad. Vida. Pero nada es materialmente eterno y ahora llega el momento de
la despedida. Ahora se va y deja paso a
un nuevo y moderno escenario que abrumado recogerá su legendario legado. Y lo
hará con dignidad porque llevará su inmortal espíritu.
Agur, viejo San Mamés. Lo que nos has hecho sentir. Eskerrik
asko. Kaixo, San Mamés Barria, ahora tú
serás nuestra casa
Viejo San Mamés, perteneces a la eternidad
No hay comentarios:
Publicar un comentario