lunes, diciembre 30, 2013

El Aparatito Lumiere TRES BODAS DE MÁS




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Cumplir a rajatabla las leyes de la comedia no es tarea fácil, pero cuando se pone empeño y ganas en lograr una obra divertida y apta para un amplio espectro de público el resultado es siempre satisfactorio. Y así lo ha conseguido Javier Ruiz Caldera con Tres Bodas de Más: una comedia desenfadada y espontánea pero equilibrada al mismo tiempo basada en los personajes y en la concreción sin fisuras de la historia, en realidad tres historietas-situaciones que de por sí podrían funcionar independientemente pero deslumbran como un todo atravesado por el relato troncal del filme que no es otro que el de la complicada situación sentimental-existencial de su protagonista Ruth, brillantemente interpretada por la cada vez más versátil Inma Cuesta. Aunque se trata de una comedia romántica que nadie espere encontrar almíbar barato y gags tontosdelculo como en las pelis USA del género ya que se apuesta por el humor inteligente (escuela inglesa por una parte y por que no, Billy Wilder por otra) el apunte surrealista en la más genuina tradición del la mejor comedia española con elementos de Berlanga y la comedia madrileña de los 80 pero todo pasado por un tamiz genuinamente contemporáneo para situar a la historia en unas perspectiva temporales concretas (la sociedad de las redes sociales y youtube, los nuevos modelos de relación de pareja, la sempiterna mediocridad de la sociedad española más caciquil) que resultan muy familiares para el público- especialmente el que tenga entre 25-45 años- y en ese sentido este neocostumbrismo ibérico es de lo más logrado del filme más allá de que el manejo de las diferentes anécdotas y situaciones relacionadas con estos temas no siempre compongan un collage perfecto y coherente. Y puestos a mirar peros, también se hecha en falta una mayor coherencia en el tono del conjunto ya que se pasa del esperpento y el surrealismo a la alta comedia con demasiada facilidad minando a veces la credibilidad de muchas situaciones, algo que no gustará a los espectadores mas quisquillosos.   
       
Aunque no se trata de una película coral el nutrido reparto funciona muy bien cada uno en sus personajes-estereotipo con una Inma Cuesta encantadora en su papel de Ruth, una treintañera investigadora bióloga que tras la ruptura con su última pareja, Pedro (Berto Romero)  vive unos momentos de zozobra personal importantes que se acentúan cuando es invitada en un corto espacio de tiempo a las bodas de sus tres ex: Pedro, un meticuloso irascible, Alex (Laura Sánchez) que ahora es una mujer y Mikel (Paco León) un hedonista e insustancial surfer. Con Dani (Martiño Rivas) el veinteañero becario de su laboratorio sirviéndole de confidente y de peculiar Pepito Grillo, Ruth no logra evitar el caos personal y situacional tanto en las bodas como en su vida personal aunque la irrupción de Jonás (Qim Gutiérrez) dará algo de luz al apagón. Con momentos verdaderamente desternillantes y otros no tanto, la película regala al espectador una sonrisa en todo momento. Lástima que el previsible final y algún cliché de comedia romántica resten consistencia a una película que se caracteriza precisamente por su afán por no ofrecer deja vus típicos de la comedia y por mantener un discurso convincente y sin nada de tontería.   

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