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y 1/2
Un
enorme presupuesto y un soberbio despliegue técnico para una lujosa producción
europea que cumple más que con creces su propósito de ofrecer una atractiva
combinación de espectáculo y epopeya histórica con trasfondo intelectual. El
cine esta vez ha sido paciente y ha sabido esperar más de quince años en
adaptar el famoso best seller de Noah Gordon y con un resultado más que
aceptable pese a algunas irregularidades. Producida en Alemania y rodada en
inglés con un competente reparto internacional, The Physician logra transmitir el propósito de la novela que era el
de mostrar las vicisitudes de la ciencia en la edad media en lucha encarnizada
con las religiones y los prejuicios de una sociedad atemorizada y sumisa ante
sus líderes. Mostrando el desfase en la concepción de la medicina en el siglo XI
entre occidente y oriente en donde árabes y judíos eran la vanguardia de la
medicina y la ciencia en contraposición a un mundo cristiano europeo atenazado
por el feudalismo y por las restricciones sociales y morales del cristianismo
de entonces, el claro desarrollo dramático de la historia narrada en esta
película logra ofrecer un sencillo pero didáctico fresco histórico estimulante
de las diferencias de desarrollo científico entre el mundo judiomusulmán y el
cristiano desvirtuado, claro está, por el propio devenir de la historia
principal que a veces resulta un tanto apresurado y con algunos agujeros.
Las
andanzas del joven Rob Cole (Tom Payne) el joven inglés primero aprendiz de
cirujano barbero charlatán en su país y después aspirante a Hakim o médico en
Persia han cautivado a millones de lectores en todo el mundo y se presentan en
la pantalla como una crónica tan interesante, entretenida y vistosa como a
veces superficial y poco clara en su equilibrio entre la intelectualidad y la
evasión (síndrome típico de muchos best seller literarios y sus adaptaciones al
cine). Este tal vez sea el principal lastre de una película muy bien rodada por
Phillip Stölzl que pese a su cuidada ambientación, su matizada fotografía, su
imponente vestuario y la excelente música de Ingo Frenzel muchas veces
desconcierta al espectador con elipsis narrativas (fruto de eliminaciones de
pasajes de la novela original) y una no siempre bien empleada combinación de
recursos estilísticos de diferentes géneros (drama, aventura épica, cine
histórico tanto de glamour de superproducción como de estética miserabilista).
Stellan Skarsgard, Vincent Perez, Emma Rigby- muy poco creíble en el papel de
Rebeca, el amor judío de nuestro protagonista- y el siempre eficaz Ben Kingsey
como el eminente médico persa Ibn Sina completan el reparto. Al final, la
sensación que queda es de ver una película que en su afán de agradar y
maravillar al espectador a toda costa se ha dejado cosas en el camino, pero no
por ello el filme se reseinte en absoluto.
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