** y 1/2
No
le resulta fácil al ya casi octogenario Woody Allen en los últimos tiempos
mantener aquel altísimo nivel en sus películas que ha mostrado casi siempre.
Una nueva muestra es esta poco convincente nueva comedia dramática que con
característicos elementos de reflexión filosófica allenianos no termina de
resultar convincente al espectador, ni tan siquiera parece que será del gusto
de los más acérrimos seguidores del cineasta neoyorquino. Una historia de
crímenes - algo ya habitual dentro de la filmografía de Allen- sirve como
pretexto para una rutinaria reflexión sobre el sentido de la existencia de y la
vida y la muerte en la persona de un
reputado pero excéntrico y misterioso
joven profesor universitario, Abe (Joaquin Phoenix), que tras liarse con un
bella alumna, Hill (Emma Stone) que además es la principal admiradora de su
persona y obra, decide dar un vuelca a su existencia decidiendo asesinar a un
juez corrupto y odiado por todo el mundo al que solo conoce de oídas. Con menos
personajes que en otros filmes de Woody Allen y una poco efectiva concreción y
parquedad de los escenarios, la película no logra superar lo anecdótico de una
premisa simple, algo que en otras películas Allen era un consumado maestro. Y
es que el tiempo pasa para todos.
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