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y 1/2
Siempre
es difícil hacer un melodrama romántico sin caer en el cliché y la sensiblería
pero cuando un cineasta se esfuerza por hacer un filme honesto e inteligente
bajo esas coordenadas la cosa puede salir muy bien. Este es el caso de este
melodrama-comedia de Eric Besnard, una película que si bien puede resultar un
tanto maniquea y previsible en su condición de filme romántico sobre encuentros
inesperados que ponen una situación de partida patas arriba, resulta además de
agradable de ver muy inteligente y con un muy bien llevado toque costumbrista
francés que trata de huir de los convencionalismos de Hollywood en este tipo de
cine aunque al final lleve a cabo alguna que otra concesión y el final del la historia sea tópica y poco creíble. La
relación entre Louise (Virginia Efra) un joven viuda madre de familia que trata
de sacar adelante a trancas y barrancas su negocio de repostería y alimentación
ecológica, y Pierre (Benjamin Lahverne), un misterioso joven al que atropella
sin mayores consecuencias y que se instala con ella y su familia en su casa de
campo durante un tiempo es el punto de partida de una historia curiosa y bien
contada que nos acerca la poco conocida realidad de las personas que carecen la
derivación del autismo conocida como Síndrome de Asperger, como es el caso de
Pierre, un hombre incapaz de mostrar los sentimientos como nosotros los
conocemos y que expresa todos sus pensamientos sin importarle las reacciones de
los demás.
Con una bonita fotografía y una esforzada puesta en
escena, la película se deja ver en todo momento atesorando muy buenos instantes
principalmente gracias a sus más que eficaz reparto, pero también es cierto que
la trama resulta irregular en no pocos momentos y que se hecha en falta una
mayor profundidad dramática, sacrificada aquí por los elementos de comedia, que
pese a todo están muy bien logrados e insertos en el momento oportuno. Lo peor
de todo no obstante es que la resolución de la historia se antoja previsible y
la sensación final es de que la película ha sucumbido a lo previsible, pero no
por ello Le Goût des Marveilles es
una película que deba dejar de verse ya que la sensación que deja en el
espectador es de total placidez.
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