***
Ante la falta de ideas originales en la industria
hollywoodiense y la tendencia a
efectuar tanto remakes de otros filmes
como versiones de obras literarias que han sido adaptadas hasta la saciedad, no
era de extrañar que Agatha Christie
resurgiese. Una de las escritoras más leídas y con mayor número de adaptaciones
televisivas y cinematográficas, la maestra de la literatura detectivesca y
criminalística al igual que otros autores inmortales como Dickens o Shakespeare
continúa siendo un comodín a la hora de ofrecer al público historias con
atractivo y aunque hacía bastante tiempo que la gran pantalla no revisaba sus
escritos, el “regreso” de Christie al cine ha pretendido hacerse a lo grande
adaptando- por cuarta vez tanto en cine como en televisión- una de sus novelas
más recordadas, Murder on the Orient
Express (1934), protagonizada por Hercule Poirot (uno de los más célebres
detectives de ficción) y cuya mejor adaptación continua siendo la firmada por
Sydney Lumet en 1974 con un reparto de estrellas del momento. En esta ocasión
el británico Kenneth Branagh ha tomado el mando del proyecto como director y
protagonista encarnando a un personaje tan entrañable como goloso para
cualquier actor como es el meticuloso y engolado detective belga con un
resultado más bien discreto aunque no exento de muy buenos momentos. Y es que
esta es una producción de propósito eminentemente comercial que se dedica
sencillamente a cumplir el expediente ayudada por uno de los relatos de crimen
y detección más apasionantes jamás escritos (Para muchos Orient Express es la obra maestra de Agatha Christe) pero demasiado
encorsetado en lo previsible del cine-entretenimiento de hoy y en el lucimiento
de su casting poblado de nombres célebres y otros no tanto, siguiendo claro
está la estela de la adaptación de Lumet a la que esta versión sencillamente no
alcanza. Hubo una vez en la que Kenneth Branagh era un director prometedor que
sabía combinar las más que dignas adaptaciones clásicas o teatrales con un cine
más autoral, pero desde hace tiempo es un destajista a sueldo de Hollywood
capaz de aceptar dirigir los más variopintos filmes de encargo aportando algún
toque personal que al final resulta irrelevante. Este Orient Express pese la
audacia en la utilización de travellings y planos desde determinadas
perspectivas para trascender el reducido marco espacial de los vagones de un
tren, resulta muy poco original en su puesta en escena y en la dirección de
actores. Ni el propio Branagh en el papel de Poirot parece encontrarse
excesivamente cómodo pese al esfuerzo por erigirse como el pivote central de la
historia en todo momento: no está a la altura ni de Albert Finney (el memorable
protagonista de la versión de 1974) o de otros grandes Poirots como Peter Ustinov
o David Suchet.
Aunque más o menos fiel a la novela original, la
película se toma algunas licencias como cambiar el nombre, la nacionalidad o
algunas otras características de varios
personajes, además de insertar algunos leves elementos de cine de acción o
situaciones quizás destinadas a mantener el interés del espectador más
acostumbrado al cine espectáculo. Con todo, no debe caer en saco roto la
cuidada ambientación en el lujoso tren de los años 30 y la muy interesante
conjunción del reparto: Willem Dafoe, Michelle Pfeiffer, Penélope Cruz, Derek
Kacobi, Josh Gad, Leslie Odom Jr., Daisy Ridley, Tom Bateman, Judy Dench,
Olivia Colman o Johnny Depp son algunos de los rostros del filme que hacen un
trabajo tan profesional como falto de verdaderas aristas con algún que otro
momento sobrante. Como también resulta bastante sinsentido un tontaina prólogo
fuera de la historia principal ambientado en localización exótica:
efectivamente, al más puro estilo de Indiana Jones o James Bond. Eso si, pese a
que la espectacular resolución de la historia y la reflexión ético-filosófica
subsiguiente son ya de sobra conocidas y este sea un relato más que estándar, Asesinato en el Orient Express sigue
siendo una crónica apasionante y solo por eso merece ser vista tanto por los
conocedores de la historia como los neófitos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario