miércoles, diciembre 27, 2017

WONDER WHEEL


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Un año sin una película de Woody Allen es algo impensable para cualquier aficionado al cine, y lejos de rutina y autocomplacencia el veterano y legendario director de 82 años sigue en plena forma y  demuestra que es capaz de hacer películas de gran calidad. Hacia tiempo que a Allen no le salía una película tan redonda pese a que Wonder Wheel no sea una obra maestra absoluta, pero sus virtudes son de nuevo destellos de un director que en su madurez sigue teniendo mucho que decir. De nuevo nos encontramos con un formato familiar en Woody: comedia-drama con ambiente retro-nostálgico narrada en primera persona por uno de los personajes y con una enorme carga simbólica en el título con respecto al sentido de la historia (la “noria maravillosa” como metáfora de las emociones humanas cambiantes con sus altibajos). En esta ocasión y pese a estar vista desde el punto de vista masculino de uno de los personajes, el centro de la narración se encuentra en los dos personajes femeninos principales: Ginny (Kate Winslet) una mujer de 40 años infelizmente casada en su segundo matrimonio que renunció a sus sueños de actriz tras un primer enlace tumultoso que vive ahora en Conny Island con un Dumpty (James Belushi) un feriante propietario de una tiovivo del parque de atracciones de la localidad, con el niño de su primer matromonio  y con un modesto trabajo de camarera en dicho parque, y carolina (Juno Temple) la hija de 26 años del primer matrimonio de Dumpty que acude a la casa paterna amenazada por la su ex marido mafioso y sus secuaces. Ambas terminan enamorándose del mismo hombre, el socorrista playero con aspiraciones de escritor Mickey (Justin Timberlake), quein ofrece a Ginny salirse de la monotonía de su existencia y a Carolina la posibilidad de un nuevo comienzo. Con una logradísima ambientación en los años 50, una genial recreación del icónico parque de atracciones de Conny Island y la siempre fascinante fotografía ocre del mítico Vittorio Storaro, Wonder Wheel resulta una sencilla pero sugerente película sobre el amor y sobre los sentimientos de las mujeres y como les condicionan estos en su visión de la vida y en su relación con otras mujeres.      


El personaje de Mickey actúa como catalizador de una trama en el que Ginny y Carolina, dos personajes que inicialmente se rechazan mutuamente ya que su encuentro es circunstancial y forzado además de estar marcadas por pasados pésimos y decisiones desacertadas, terminan convergiendo al estar - y sin saberlo- una misma persona en el centro de sus vidas como elemento salvador. Se sabe sacar muy buen partido en esta película de los impulsos narrativos que proporcionan las situaciones emocionales que viven los personajes y todo bien combinado con elementos de comedia, subtramas divertidas con fuste (el hijo pirómano de Ginny) y apuntes metatextuales que tanto gustan a Woody. El reparto está excelentemente conjuntado sobresaliendo una Kate Winslet que a un enorme recital en una de als mejores interpretaciones que se le recuerdan a la actriz británica, aunque también es de mencionar el redescubrimiento de James Belushi, un veterano actor encasillado en la comedia - y en el recuerdo de su malogrado hermano John- que hace el mejor papel de su dilatada y errática trayectoria. Encantará esta película a los fans de siempre de Woody Allen y los medianamente o no muy aficionados al realizador neoyorquino encontrarán en este filme no pocos elementos degustables.       

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