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Una película sin actores profesionales ya demuestra un sentido del riesgo muy alto y si además lo que se cuenta es una historia casi documental y sin un desarrollo narrativo convencional estamos ya ante un filme de carácter casi experimental que debe de ofrecer mucho para ser una obra convincente. Esta pequeña e interesante película lo consigue gracias a un planteamiento honesto y una elasticidad de narración que solo se consigue con un enfoque totalmente realista y una voluntad por trascender el medio cinematográfico para reflejar la vida tal cual es. Este filme, que puede verse como un documental ficcionado o una ficción pasada por el tamiz de la realidad, en realidad pretende salirse de ambas clasificaciones y si bien es evidente que estamos ante una película que cuenta una historia (aunque sin un esquema claro de planteamiento-nudo-desenlace) lo que se nos narra es un día a día que de por si no supone ningún relato contado con los recursos típicos de una obra de ficción. El valor se Seis Días Corrientes reside en la total cercanía y calidez de una historia de gente corriente contada por ellos mismos. Tres empleados de una empresa de reparaciones catalana (dos fontaneros y un electricista) que se interpretan a ellos mismos durante una semana de trabajo de lunes a sábado y que nos ofrecen un buen retrato de las relaciones humanas con todos sus matices en el día a día en un entorno de cierto viciamiento como es el laboral.
La directora Neus Ballús ha conseguido unas excelentes interpretaciones de todo un lenco de actores amateurs que sin que sepamos exactamente sonde empiezan sus personas y sus personajes ofrecen un muestrario de reacciones psicológicas y comportamentales que ponen en relieve muchas de las deficiencias del individuo en nuestra sociedad (egoísmo, materialismo, falta de empatía) pero también virtudes (enmienda de errores, colaboración) que terminan ofreciendo un mensaje más bien de esperanza. Es notable el mérito al dirigir esta película hecha también en entornos reales especialmente cuando se advierte como todos sus esforzados intérpretes llegan hasta donde se les espera que lleguen intentando demás mostrar algo de ellos mismos en una historia situada entre el drama y la comedia. Los fontaneros Valero Escolar y Pep Sarrà y el electricista de origen árabe Moha Mellali intentan llevar a cabo el trabajo de para su empresa que se ve condicionado con la incorporación del último, un joven inmigrante que no logra caer bien al irascible Valero mientras que el veterano Pep intenta mediar entre ellos pero su personalidad no parece la más idónea para tal cometido, todo narrado bajo el punto de vista de Moha quien no logra entender muchas de las actitudes de sus compañeros Algo más que una feel good movie o una comedia costumbrista, Seis días Corrientes consigue regalar al espectador una interesante y entrañable experiencia que por su propia naturaleza justifica el arte cinematográfico como algo creado también para sorprender al espectador.
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