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Una película puede ser grande siendo sencilla. Incluso un drama, género que parece casi siempre asociado a las magnas producciones. La debutante en el largo Alauda Ruiz de Azua ha conseguido una película honesta, realista, sensible y sobre hecha con mimo que nos recuerda que los principales dramas son los que vivimos cada día. En esta mirada profunda en donde confluyen los sentimientos encontrados en la maternidad primeriza y sus consecuencias más desagradables (y por desgracia cada vez más abundantes en la sociedad de hoy), la dificultad de las relaciones intergeneracionales entre progenitores e hijos y la actitud ante la muerte, nada chirría ni desentona y desde un guión claro y conciso contado con una naturalidad y cotidianidad pasmosa se nos dice que los más graves problemas están en uno mismo y que es necesaria una nueva actitud para vencerlos.
Aunque el revestir el drama psicológico con una patina de costumbrismo familiar no es algo nuevo hay que admitir que dicha empresa no es siempre sencilla, y en este sentido Cinco Lobitos lo borda y además consigue conmover (y mucho) y hacer pensar, Nada de esto sería posible sin un reparto como el de esta cinta, que funciona como un reloj con unas interpretaciones muy creíbles y emocionales. Laia Costa encarna con rotundidad a Amaia, una treintañera que acaba de ser madre de una niña, Ane, y que ve como su carrera profesional se pone en peligro por su maternidad al tiempo que su pareja Javi (Mikel Bustamante) consigue seguir con su trabajo a costa de ausentarse de su familia durante largo tiempo y poner en impass la relación. Agobiada y superada por las responsabilidades que implica el cuidar de su bebé, Amaia se traslada durante una larga temporada a casa de sus padres en la costa de Bizkaia, pero la cosa no sale tan bien como ella esperaba: Begoña, su madre (Susi Sánchez, impresionante) no aprueba la falta de pericia de su hija con la maternidad ni lo mal que llevan ella y Javi la nueva situación en todos los sentidos y Koldo el padre (Ramón Barea, como siempre más que eficiente) se ve absorbido por el conflicto pese a sus buenas intenciones y no tardará en mostrar debilidad. Para colmo, secretos del pasado resurgidos amenazan con dañar también la relación entre Koldo y Begoña, hasta que un hecho fortuito hará replantearse las cosas a todos los personajes. Sentimientos, sensaciones, situaciones y conflictos conocidos por todos nosotros desfilan por esta película, cuyas múltiples viñetas están entrelazas sin fisuras y llevando a un mensaje claro de esperanza. Una de las mejores películas españolas en lo que llevamos de año y que además anuncia una nueva excelente cineasta.
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