Durante siglos, la Masonería ha sido una de las instituciones más enigmáticas y fascinantes de la historia de la humanidad. Con importantes personajes de la historia en sus filas (intelectuales, artistas, políticos), algunos atribuyen a los masones una total influencia en acontecimientos clave de la historia, especialmente en el siglo XIX y principios del XX. Tal vez tengan razón. Pero no son pocos los que, con una visión negativa de la Masonería por bandera, otorgan a la Francmasonería el papel de “la sombra que mueve los hilos” en la sociedad y política occidentales, olvidando el hecho de que social y políticamente, es improbable que la influencia masónica sea de la magnitud que gozó en épocas anteriores.
Lo que es innegable es que la Masonería a lo largo de la historia ha gozado de una injusta mala fama y de una infundada demonización total por parte principalmente de los sectores más conservadores y reaccionarios (y también de la Iglesia católica) esgrimiendo desde falaces argumentos de conspiracionismo hasta sectarismo, secretismo y prácticas fanáticas. Estas acusaciones, aunque falsas y exageradas, se basan en el hecho de que, efectivamente, la Masonería o Francmasonería, existente aún en nuestros días, es una institución de carácter semisecreto o discreto fundamentada en aparatosos y simbólicos rituales y en ritos de inspiración un tanto esotérica, pero totalmente inofensivos. La Masonería, extendida en todo el mundo, tiene una finalidad filantrópica y filosófica y su objetivo es la búsqueda de la verdad y el desarrollo intelectual y moral del ser humano y el progreso social. La Francmasonería, tal y como ha venido conociendo en épocas posteriores, hizo su acto de aparición en la Europa de finales del siglo XVII. Hasta hoy, pudiera decirse que ha habido acontecimientos clave de la historia con implicación masónica decisiva (confirmada o especulada), como la independencia de EEUU, la independencia de las colonias sudamericanas o la revolución francesa de 1830 (todos ellos acaecidos en el XIX), hechos estos de clara inspiración progresista y liberal para le época y que, en cierto modo, representaron una vanguardia de progreso en el siglo XIX. Masones para la historia: Napoleón, Mozart, Casanova, Luís Felipe de Orleáns, Federico de Prusia, Marat, George Washington, Simón Bolivar, Goethe, Juarez, Benjamín Franklin, Martin Luther King, J.D. Roosevelt, Walt Disney, José Martí, Puccini, Jonathan Swift, Voltaire, Mark Twain, Oscar Wilde, Garibaldi, Clark Gable, Bach, Salvador Allende… en realidad, no todos tan progresistas vistos a ojos actuales (siempre ha habido muchos conservadores entre los masones) pero que duda cabe que la mayoría influyentes y avanzados de un modo u otro en su época
Los fines de la Masonería
Pero, ¿En que consiste en realidad la Francmasonería? ¿Qué es lo que hacen los masones? ¿Cuál en su influencia actual? Es cierto que se sabe poco de los órdenes del día de las reuniones masónicas, pero no es más lo que sabemos relativo asuntos similares en muchas instituciones, sociedades o empresas. La acusación de secretismo por parte de los detractores de los masones parece pues un tanto forzada e interesada. Además, es evidente que hoy en día se conocen bastantes (aunque no todos, como es fácil suponer), aspectos de los ritos y de los grados de la Masonería, y no habría demasiada fundamentación en los ataques por sectarismo. En definitiva, la Masonería,por sus propias características y por su curiosa y fascinante historia y trayectoria, sigue generando enorme interés, canalizado en sesudos estudios desde diferentes puntos de vista científicos (sociológico, político, psicológico, filosófico, histórico), debates intelectuales, investigaciones de todo tipo y calidad (desde estudios serios y rigurosos hasta burdas fantasías pseudohistóricas), y en definitiva, una bibliografía extensísima de la que siempre se saca la misma conclusión: que la fobia antimasónica de los siglos XIX y XX por parte de algunos sectores políticos y sociales fue siempre injustificada y basada en tergiversaciones de la realidad y que la Francmasonería, independientemente de lo extravagantes que puedan parecer sus ritos o su “mitología” pseudorreligiosa, y su barroco mundo organizativo, no es mas que una sociedad con un fin tal noble (y tan ingenuo) como el de la búsqueda de la perfección y el desarrollo moral del ser humano. La historia parece estar absolviendo a los masones. No sería atrevido afirmar que gracias en gran parte a su labor (que la mayor parte de la humanidad nunca conocerá del todo) muchos de los logros políticos y sociales de los que se goza actualmente (incluso por parte de muchos de sus interesados detractores) han tenido una clara influencia masónica.
La masonería,desde un punto de vista de observación objetiva, es más bien una institución de corte intelectual y de discusión e intercambio de ideas, en donde sus miembros principalmente discuten y se forman como personas, desarrollando “su capacidad de escucha, de reflexión y de diálogo”, para, posteriormente transmitir esos valores a su entorno más cercano. Históricamente la Masoneríaha utilizado el símbolo de la construcción como elemento inspirador de su ideario, simbología y estatutos, no en vano, como veremos posteriormente, los orígenes de la masonería se sitúan en el mundo de las primeras agrupaciones gremiales de la construcción. Los masones se organizan en las llamadas logias, organizaciones de base que aglutinan a cierto número de miembros y que a su vez pertenecen a organizaciones de orden y ámbito superior las Grandes Logias, los Grandes Orientes y Los Grandes Prioratos. Estas grandes organizaciones suelen ser de ámbito estatal aunque también pudren abarcar diferentes países o miembros de diferentes nacionalidades.
No ha habido nunca generalidad ni organizativa, ni estatutaria, ni ideológica en las diferentes logias masónicas, y esto ha dado lugar a escisiones y ramificaciones varias dentro de la Masonería a lo largo de la historia. Los puntos de fricción han sido causados por aspectos de creencias metafísicas o del modo de tratar la religión (tema este apasionante, intrincado y contradictorio, dentro del propio mundo masónico), a parte de otros más operativos. Conociendo los orígenes y el devenir histórico de la Masonería tendremos una visión mas clara del pensamiento y de al finalidad masónica.
El origen: los albañiles de las logias
Como hemos mencionado antes, la Masonería moderna (con ese nombre) apareció a finales del siglo XVI en el entorno de los gremios de constructores, aunque sus orígenes serían mes remotos si nos atenemos al hecho de que estos gremios surgieron en la edad media entre los constructores y albañiles de las grandes catedrales, los cuales se reunían en lugares llamados logias, que se encontraban cerca de las obras. Los miembros de las logias medievales comenzaron a ritualizar la manera de transmitir los conocimientos del arte de la construcción a los nuevos miembros de estas que iban entrando a medida que se incorporaban a las obras (y eran admitidos en la logia). Esta comenzó a ser una práctica habitual en toda Europa, aunque ya habían existido códigos de reglamentos del gremio de los constructores desde la antigüedad (el código de Hammurabi contiene leyes para albañiles y arquitectos). El origen de la palabra “masón” no esta muy claro de donde procede ni cuando empezó a utlilizarse; lo mas probable es que proceda del francés maçons (albañiles), aunque también hay teorías que afirman que viene del inglés arcaico misteres (oficio). Es muy posible que la primera versión sea la correcta, aunque la masonería como tal y fuera del ámbito de los constructores, nació precisamente en Gran Bretaña. El término masón para referirse a los miembros de las logias ya aparece con frecuencia en el siglo XVI en Francia.
Ya antes de este nacimiento oficial en el siglo XVII, existieron diferentes manuscritos y documentos con reglamentaciones rituales para los albañiles de las logias, existentes en toda Europa: los Estatutos de Bolonia (1248), el Manuscrito Helliwell (1390), el Manuscrito de Estrasburgo (1459), los Estatutos de Ratisbona (1459), los Estatutos de Absolion (1668)… No obstante, en cuanto a rituales propiamente dichos, la primera documentación no aparece hasta 1630 en Escocia, aunque en Francia se encontró el más completo documento sobre los ritos masones, el de la Compagnonnage, en 1655. Estas primeras logias masónicas exclusivas de arquitectos y constructores son denominadas por los historiadores como logias operativas y a lo largo del XVII con los cambios de la sociedad feudal hacia una sociedad moderna, las logias dejan de realizar obras y construcciones y se convierten en organizaciones fraternales aunque con leyes, ritos y costumbres de la masonería operativa: nace la masonería especulativa y las logias comienzan a admitir a ajenos a la construcción, la mayoría de las veces notables o nobles, pero también personas de claro perfil intelectual humanista y doctos o iniciados en las ciencias experimentales. A finales del XVII y principios del XVIII, en una sociedad intelectualmente cambiante que iba dar paso a la ilustración, la masonería se convierte en un vivero de librepensadores y de hombres avanzados. Los llamados Archivos de Edimburgo (1696) parecen ser el acta de nacimiento de la nueva masonería. Escocia, es pues, la cuna de la Masonería especulativa, o lo que es lo mismo, la Masonería como hoy la conocemos. En Escocia, Inglaterra e Irlanda, a comienzos del siglo XVII las logias especulativas se multiplican y al influencia de los “Free Masons” (Masones Libres) empieza a hacerse notar en la sociedad británica, aunque en países como Francia también tomará fuerza, naciendo allí el término por el que también se conoce a los masones en muchos países, “Franc Maçons” (también masones libres), italianizado como frammassoni y castellanizado como francmasones.
El pseudorigen: mitos y leyendas de la masonería
Llegados a este punto, hay que referirse a las teorías que otorgan un origen legendario o ancestral a la francmasonería. Estas fueron creadas (sin fundamento alguno) por los propios primeros masones en el siglo XIV, muchos de ellos con amplios conocimientos sobre esoterismo (que no ocultismo). Esta relación de la masonería con el esoterismo es una constante en la historia de la masonería, pero podría ser definida como una relación meramente formal y ritual, circunscrita únicamente en el ámbito de los ritos o ciertos principios doctrinales digamos que un tanto extravagantes o de inspiración pseudoreligiosa (a ellos nos referiremos más adelante) que verdaderamente es difícil que tengan o hayan tenido una gran influencia en la vida de los propios masones y en su propio discurso (hay que recordar que al masonería estimula y respeta el discurso personal por encima de un criterio ideológico unívoco): mas bien se trata de aspectos meramente formales. Pero volviendo a las teorías míticas sobre el origen remoto de la masonería, pese a la improbabilidad de algunas, no habría que desechar la posibilidad de conexiones del origen de la masonería con fenómenos históricos de significación secreta o esotérica tan significativos como los templarios.
Es cierto que en el siglo XIV muchos primitivos masones operativos conocían ciertos acontecimientos históricos, míticos o legendarios que introdujeron en las diferentes reglamentaciones y primeros manuscritos hallados sobre las logias: así, en los manuscritos de Legius y Crooke se habla del geómetra griego Euclides como percusor de los “misterios” del arte de al construcción que supuestamente los masones heredaron, vía el rey anglo Athelstan. Otra leyenda masónica (la historia nueva larga), antecede a Euclides la obra de un constructor de la era del Génesis, Jabal, que escribió los primeros secretos del arte de la construcción en láminas de oro, que Euclides recibió de su maestro, que no era otro que Abraham. Euclides transmitió sus conocimientos a los egipcios y estos se los pasaron a los judíos, quienes con estos conocimientos construyeron el Templo de Salomón, construido por Hiram Abif. Destruido el templo, los secretos llegaron a los cristianos, siendo San Albano el que los introdujo en Inglaterra codificándolos, con la ayuda del rey Athelstan. Los masones operativos, pues, pretendían remitir sus técnicas y conocimientos a construcciones tan míticas como el arce de Noé o el templo de Salomón. Imaginación, desde luego, no les faltaba.
Los masones operativos también afirmaban ser discípulos históricos de los humanistas del renacimiento, si bien es verdad que el humanismo fue la fuente de inspiración de la primera masonería. Respecto a la influencia templaria en la masonería, en realidad no sería descabellado establecer conexiones históricas, aunque sutiles. Se llegó a afirmar que el último Gran Maestre templario, Jacobo de Molay, antes de ser quemado creó las cuatro grandes logias masónicas. La común inspiración de templarios y masones en el mito del templo de Salomón parece mostrar además una conexión de principios inspiradores, además del hecho de que los templarios, según cierta tradición, introdujeron el arte gótico en Europa procedente de Tierra Santa, el cual sería difundido por las logias. ¿Pudo haber influencia de los templarios en los ritos de la primara masonería especulativa en su país de origen, Escocia? Muy posiblemente, ya que en ese país británico en el siglo XIV no se promulgaron las bulas pontificias de supresión de la orden templaria, por lo que dicha orden pudo subsistir clandestinamente durante un tiempo. Introducida la masonería escocesa en Inglaterra, se siguieron manteniendo rituales templarios, concernientes principalmente a la denominación de algunos de los diferentes grados en los que se jerarquiza la masonería. En la Gran Logia de Inglaterra encontramos incluso una Orden Masónica de Caballeros Templarios. También es cierto que a las logias masónicas llegarían estudiosos de mitos esotéricos como los Rosacruces, aunque la gran mayoría de los primeros masones especulativos estaban más interesados por asuntos relacionados con el progreso de la sociedad. La admisión de los nuevos miembros de las logias recibirá el nombre de iniciación, palabra de ciertas connotaciones esotéricas o religiosas.
La Gran Logia de Londres y Westminster
Siguiendo con el nacimiento de la Masonería, el 24 de enero de 1717 cuatro logias londinenses fundan la primera Gran Logia, la Gran Logia de Londres y Westminster. Esta Gran Logia, cuyo primer Gran Maestro fue Anthony Sayer estaba formada en gran parte por miembros de la Royal Society (de la que formaba parte Isaac Newton). En 1723 se redacta la constitución de la Gran Logia de Londres y Westminster (Constituciones de Anderson), en donde se establecen los principios que moverán a la Masonería en todo el mundo a partir de ese momento: tolerancia, respeto a todos los credos e ideas y no discriminación racial. Los rituales seguidos por la Gran logia eran londinenese eran básicamente los de la masonería escocesa, aunque enriquecidos. Estos ritos salieron por primera vez a la luz pública en 1730 en la obra Masonry Dissected, auque no todos los hermanos masones estuvieron de acuerdo en su publicación. Siguiendo el modelo londinense, se crean otras Grandes Logias en todo el mundo: Gran Logia de Irlanda (1725), Gran Logia de Francia (1726 -1730), Gran Logia Provincial de Pennsylvannia (1731), Gran logia provincial de Massachussets (1733) y Gran Logia de Escocia (1736). Persistirían procedentes de la masonería operativa los dos símbolos masones por excelencia, la escuadra y el compás (símbolos de la arquitectura), los cuales tendrán una presencia significada en ritos como el juramento sobre el libro de la Sagrada Ley.
Masonería Regular: una cuestión de obediencia
En la actualidad, en la Masonería hay una serie de normas y reglas generales muchas veces relativizadas (llamada Masonería Regular), pero el hecho de que diferentes Grandes Logias den importancia a unas u otras hace que existan dos corrientes (a parte de otras mas reducidas no adscritas a ninguna de ellas), basadas en el reconocimiento de las logias en función los criterios de su regularidad: una corriente es la que da importancia al hecho de que de una logia tenga una constitución auspiciada por alguna otra organización masónica regular (legitimidad de origen) considerando que la regularidad original emana de la Gran Logia de Londres y Westminster; la otra corriente hace hincapié en el respeto a los valores y principios establecidos en los documentos fundacionales (las Constituciones de Anderson). No obstante, ambas corrientes “regulares” pueden ser consideradas por una única si nos atenemos a que ambas originalmente se basan en lo establecido en la fundación de la Gran Logia de Londres y que deben obediencia a la Gran logia Unida de Inglaterra, la madre de prácticamente todas las logias del mundo y que abarca a cerca de 6 millones de masones en todo el mundo. Todo lo que queda fuera de la “Gran Logia Madre” es masonería “irregular” u otro tipo de pequeñas corrientes algunas mas recientes en el tiempo, a las que nos referiremos mas adelante.
La Masonería Regular, en sus dos corrientes, reconoce tres principios de regularidad:
De orígen: una logia solo puede ser fundada por una Gran Logia.
De territorio: solo se reconoce una Gran logia por país.
De doctrina: La doctrina masónica regular se fundamenta en la creencia de dios como el “Gran Arquitecto del Universo”, la referencia de un libro como “Sagrada Ley” (la Biblia, por ejemplo) en donde se realizan los juramentos, la prohibición de discusiones políticas y religiosas y la exclusión de las mujeres. Este punto es el que ha provocado las discusiones entre las dos corrientes.
Estos principios doctrinales, en los últimos tiempos no han sido cumplidos en el seno de la Masonería regular, salvo en el Reino Unido, ya que adaptando estos vetustos principios a la sociedad actual se ha ido permitiendo en bastantes logias el acceso a las mujeres y a ateos y agnósticos. Nótese como el principio de regularidad de doctrina entraría en contradicción con la tolerancia masona fundacional. Un asunto más interesante es la discusión política en el seno de la Masonería; si bien es cierto que importantes políticos fueron y son masones y que teóricamente, aplicarían parte del ideal masónico de tolerancia y búsqueda de la perfección humana, el acceso de la masonería como tal al poder político nunca se ah contemplado, y pese a acusaciones de ciertos autores de diversos supuestos gobiernos masones (totales o parciales) en diversos países a lo largo de de los siglos XIX y XX, es en realidad una falacia que los masones como tales buscasen o detentasen el poder, ya que cualquier gobernante o estadista masón nunca se hubiese rodeado de un gobierno mayormente masón que hubiese seguido de pies juntillas idearos masones, ya que en realidad no hay tantos masones como para formar gobiernos enteros y no existe ningún principio doctrinario masón sobre el poder político ni tan siquiera sobre política general.
Regulares y liberales
De todas formas, hay que señalar que la corriente regular fundamentada en las Constituciones de Anderson (llamada liberal o adogmática) pese a obedecer a la Gran logia Unida de Inglaterra, toma como referencia fundamental al Gran oriente de Francia, la Gran Logia francesa. La corriente de la legitimidad de origen, denominada regular (aunque en realidad la liberal también sería regular, así como la regular liberal), abarca Reino Unido, Irlanda, USA, países de la Commonwealth, iberoamérica y parte de Europa (España incluida). La liberal o adogmática tiene su área de influencia en Francia, parte de África y parte de Europa. Esta corriente liberal eS la que fundamentalmente rechaza el tradicionalismo masónico referente a al creencia en un ser supremo y en a la admisión de mujeres, de hecho a partir del siglo XIX comenzarán a constituirse logias femeninas y mixtas. Aunque esta corriente es muy variada en cuanto a aceptación doctrinal (no siempre se rechazan las doctrinas de la masonería regular tradicionalista), si que se observan varios rasgos mayoritarios:
Libertad absoluta de conciencia: se admite a creyentes y ateos y los juramentos pueden realizarse también sobre las constituciones de la orden (el libro de la Ley)
Reconocimiento de la iniciación femenina, con obediencias masculinas, femeninas o mixtas.
Debate de ideas y participación social: se puede debatir en las logias sobre religión o política, llegando a posicionarse institucionalmente. No obstante, nada se dice sobre la actividad política.
La corriente liberal se organizó en 1971 bajo el nombre de CLIPSAS (Centro de Unión e Información de las potencias masónicas firmatarias del Apelo de Estrasburgo), con los grandes orientes y grandes logias de Francia, Bélgica, Alemania, Holanda, Dinamarca e Italia.
A parte de las dos corrientes regulares, hay que citar la “masonería de franja”, centrada en la magia y el ocultismo e inspirada en el antiguo Egipto, y la “masonería irregular”, que incluiría obediencias femeninas y mixtas no reconocidas por ninguna de las dos corrientes regulares.
CONTINUARÁ
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