Bruce Springsteen tocó el cielo en 1984 y se convirtió en el solista blanco masculino americano de la década de los 80. Culpable, uno de los discos que mejor ejemplifican el muchas veces difícil equilibrio entre calidad y comercialidad: Born in the USA. Mencionado infinidad de veces en la terna de discos favoritos de músicos y aficionados a la música, Born in the USA supuso el triunfo del Boss como comunicador y heraldo oficial del rock norteamericano en los 80 y consiguió convertir al de Freehold en un ídolo de masas ampliando enormemente su público. Springsteen dejó ligeramente a un lado el pesimismo y la crónica amarga de Nebraska (1982) y se entregó en el nuevo disco a un repertorio en su mayor parte vitalista y lleno de esperanza y optimismo que de alguna manera quería reflejar los sueños de felicidad forjados a base de tesón del americano de clase trabajadora en los opulentos años ochenta, así como musicalmente volvió a los sonidos eléctricos tras el paréntesis acústico del álbum anterior ejecutados de la manera más cálida (y accesible) que jamás había hecho y arrimándose de eso modo al pop rock y los sonidos sintéticos. Pero la experiencia pasó factura: no era fácil en plena Era Reagan hacer una obra popular, exuberante y optimista sin que fuese utilizada por los poderes fácticos neoliberales yankis como una ejemplificación del sueño americano desde su vertiente más conservadora. Ese naturalmente no era el propósito de Bruce con Born in the USA y entre artículos y comentarios sobre el significado y la idoneidad o no de canciones como la que da título al disco, la utilización de esta en la campaña presidencial de Ronald Reagan aquel año, la larguísima gira del álbum que término en 1985 y los millones y millones de beneficios del LP (84 semanas consecutivas en el top 10 USA, disco más vendido en EEUU en 1985 y en definitiva el disco más vendido de Springsteen en toda su carrera), Bruce Springsteen terminó 1985 abrumado y quemado. Por fortuna, en los años posteriores no bajó el pistón habitual y continuó haciendo discos y temas magistrales, siendo hasta día de hoy una de las principales referencias del mundo del rock con cada nuevo lanzamiento, aunque, eso si, Born in the USA es su última obra maestra.
Hablar de Born in the USA es recordar a Bruce con camiseta sin mangas, cinta en la cabeza y “mazado” moviéndose por el escenario como nunca lo había hecho antes ante auténticas multitudes enfervorizadas que lo elevaron literalmente a los altares. Una imagen iconográfica que con la ayuda de los magníficos videos de los temas de este álbum que firmaron gente como John Sayles o Brian De Palma dio la vuelta al mundo en pleno apogeo de la era MTV y cuando las listas mainstream americanas eran por primera vez un rico conglomerado de ritmos y artistas blancos y negros y un cruce-cambalache de estilos musicales en artistas de diversas pretensiones iniciales. Born in the Usa fue el álbum rockero por excelencia de aquellos mediados de los 80 cuando parecía que cualquier cosa hecha con eclecticismo, buen gusto y visión comercial podía triunfar sin duda alguna. Y así era este LP, lo más vendible que Bruce había hecho hasta la fecha y destinado a una audiencia más amplia que la que el músico tradicionalmente tenía. Compuesto, grabado y pulido durante largo tiempo entre 1982 y 1984, era evidente que Bruce quería un LP que a la estela del multimillonario y fenómeno social Thriller de Michael Jackson fuese un Blockbuster de similar calibre y para ello acicaló su rock urbano Heartland de toda la vida con abundancia de ritmos cercanos al pop e incluso semibailables en algunos pasajes y convenció a Roy Bittan para que la E Street Band incluyese sintetizador; y todo salió de puta madre. La vitalista belleza de Born in the USA se puede apreciar en los sugerentes paisajes nocturnos de temas bien diferentes entre ellos como Downbund Train, I´m on Fire o Dancing in the Dark o en el épico aliento de stadium rock de No Surrender o I´m Goin’ Down. Hay de todo en un disco que pese a tener ni más ni menos que siete singles top 10 siempre será recordado por el tema que lo da título, Born in the USA, una canción denuncia sobre la confusión vital de los veteranos de la guerra de Vietnam que muchos en EEUU (conservadores o no) malinterpretaron como un himno patriótico lo que le trajo al boss filias indeseadas y fobias inmerecidas. Su vibrante e inconfundible introducción de batería y teclado siempre quedarán como uno de los momentos más emocionantes que cualquier amante de la música puede llegar a vivir por no hablar de la increíble fuerza “levanta estadios” del tema que lo convirtieron de inmediato en la canción más emblemática e incluso más conocida de Springsteen. Pero naturalmente, el LP es algo más que ese tema: la delicadeza de la balada My Hometown remite a la nostalgia de la infancia y adolescencia del artista en su New Jersey natal con ecos James Taylor o de Joni Mitchell y sigue poniendo la carne de gallina con su afectada interpretación vocal. Como también resulta emocionante la rítmica poderosa y pasional de I´m Goin’ Down y su letra sobre el deterioro de las relaciones amorosas, y, por que no, el pegadizo pop rock con reminiscencias folk y de la América profunda de Glory Days típico tema que en directo demostraba la camaradería y profesionalidad de la E Street Band, otro de los temas mas conocidos del álbum.
Realmente, cualquier tema de Born in the USA pudo ser single y en ese sentido canciones tan espectaculares como No Surrender no tuvieron esa suerte pese a ser uno de los momentos álgidos del álbum con su poderosa fuerza de hard rock para todos los públicos y su vibrante letra con un claro mensaje: Porque hicimos una promesa que juramos que siempre recordaríamos, ya no hay marcha atrás, nena, no nos vamos a rendir. Pero el single de mayor éxito del LP fue el descomunal Dancing in the Dark, una brillante aproximación de Bruce al synthpop bailable de la época con fascinante poso rockero y cuidado atractivo nocturno que resulta una auténtica delicia año tras año y todo un acontecimiento cuando suena en directo (el precioso dibujo de sintetizador de Bittan y el sensual saxo final de Clarence Clemons son realmente impagables). Como también resulta sexy y sugerente I´m on Fire, pequeño gran medio tiempo sintesista con una sugerente voz de Bruce contando una curiosa historia de juvenil lujuria urbana barnizada con envolventes teclados. Y si quieres una más, aquí tienes taza y media: la pegadiza y potente Cover Me, la emocionante y amarga historia de Downbown Train, el ritmo arrebatador de Darlington County… todo una pasada. Bruce Springsteen llegó a ser dios con este LP en donde todo funciona como un reloj y en verdad el Boss y su E Street Band se merecían un suceso de tales dimensiones. Hoy en dai Born in teh USA sigue siendo uno de los discos de más agradable escucha de cuantos existen (no hace falta ser un seguido acérrimo de Springsteen para disfrutarlo) y todo un tótem cultural del siglo XX. ¿Qué no lo tienes? Cómpralo y ya, echando chiribitas.
FICHA TÉCNICA
Géneros: Rock Urbano, Pop Rock
Publicación: junio 1984
Sello original: Columbia
Producción: Bruce Springsteen, Jon Landau, Chuck Plotkin y Steve Van Zandt
Duración: 46:57
Músicos:
Bruce Springsteen: voz, guitarra eléctrica y acústica
Steve Van Zandt: guitarra acústica, mandolina, armonías vocales
Clarence Clemons: saxo, percusión, coros
Roy Bittan: sintetizador, piano, coros
Garry Tallent: bajo
Danny Federici: órgano, xilófono, piano
Max Weimberg: batería, coros
Richie “La Bamba “ Rosemberg: coros en Cover Me y No Surrender
Ruth Davies: coros en My Hometown
Track listing
1- Born in the USA
2- Cover Me
3- Darlington County
4- Working on The Highway
5- Downbound Train
6- I´m on Fire
7- No Surrender
8- Bobby Jean
9- I´m Goin’ Down
10- Glory Days
11- Dancing in The Dark
12- My Hometown
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