domingo, agosto 19, 2012

El aparatito Lumiere TED


 
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Destinada a ser comercialmente la película del verano, Ted ya es la comedia más taquillera del año en EEUU y parece que va a repetir éxito por estos lares gracias a una fórmula últimamente infalible como es la de preparar un coctel de humor gamberro y grueso e incorrección política y ya de paso añadir algún guiño comercial como es en este caso el recurso a una premisa fantástica. Este filme parece seguir la estela de Algo pasa con Mary (lenguaje soez, escenas un tanto esperpénticas, slapstick alocado, tono un poco pasado de vueltas) con un humor, eso sí algo, más inteligente además de un descacharrante y deslenguado oso de peluche parlante y viviente como personaje principal que resulta lo más divertido dentro de un filme entretenido y refrescantemente gamberro pero demasiado de sal gruesa y con un humor a veces populachero y tontaina que ensombrece algunas logradas bromas cinéfilas y momentos ingeniosos. Seth MacFarlane, creador de célebres series televisivas de animación para el público adulto como las transgresoras y divertidas Family Guy (Padre de Familia) o American Dad debuta en un largometraje de imagen real siendo en este momento el director y productor mejor pagado de la televisión. McFarlane, provocador vocacional y último apóstol de lo políticamente incorrecto para todos los públicos no ha hecho más que aplicar las premisas de sus cartoons a actores de carne y hueso con todas las señas  de identidad vistas en sus divertidas series, pero el cambio de medio no ha sido demasiado agradecido.

La película es la (increíble) historia de amistada entre John Bennet (un Mark Wahlberg    
Forzadísimo) un hombre de 35 años holgazán, inmaduro, fumeta y con pocas aspiraciones profesionales y Ted, el osito de peluche que le regalaron cuando tenía 8 años (con la voz de el propio Seth MacFarlane en la versión original y la de Santi Millán en el doblaje al castellano) y que cobró vida gracias a un deseo pronunciado ante una estrella fugaz. Ted, que llega a ser toda una celebridad gracias a su inusual condición, madura conforme su amigo Johnlo hace también y en su “edad adulta” convierte en un peluche obsceno, desordenado, malablado, embustero y aficionado a las putas y a la marihuana al tiempo que continua siendo el mejor amigo de John, en cuya amistad solo parece interponerse Lori (Mila Kunis), la sufrida novia de este. Gags con estructura casi de sketch independiente, golpes escatológicos y momentos de un humor más bien basto conviven con algún momento de lucidez humorística y de elaborado ingenio, pero una historia facilona, previsible y con una estructura casi infantil que evidencia sus intenciones comerciales (los momentos más ternuristas no se sabe como tomarlos) no consigue hacer una buena comedia, más allá de su (supuesto) atrevimiento al escorarse a lo políticamente incorrecto dentro del cine comercial americano (especialmente en lo tocante al sexo). Y es que además, el oso Ted de marras recuerda horrores a otro animal antropomorfo del séptimo arte de similares características, Fritz el gato (Fritz the Cat, 1972 de Ralph Bakshi)  

El doblaje al castellano no es muy afortunado al introducir elementos de la cultura española por aquello de provocar la risotada entre el público mediante guiños reconocibles: al final el efecto es totalmente estrambótico. Por otra parte, resultan curiosos ciertos guiños como la inclusión de actores y cantantes famosos interpretándose a ellos mismos o el divertido homenaje a la película Flash Gordon (1980) de Mike Hodges con cameo incluido de su protagonista, Sam T.Jones. Ted no es ninguna maravilla pero posiblemente hará unas taquillas una vez el boca a boca se ponga en marcha, sin duda el método más efectivo para que un film mediocre se convierta en un superéxito.    

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