El país perdido
En 2012 el Sahara Occidental, territorio en el noroeste de
África de 266.000 Km
cuadrados limítrofe con Marruecos (norte), Argelia (noreste), Mauritania (sur)
y el Oceáno Atlántico (oeste), sigue prácticamente sin pertenecer a nadie y sin
ser un estado, de hecho es en la actualidad, el único país de gran extensión
que no tiene estatus reconocido de estado por la ONU. Ni sus propios habitantes,
los saharauis, cuya soberanía viene reclamando desde la época en que su país
fue una colonia española (1884-1975), pueden ejercer soberanía de facto sobre
el territorio, ni tan siquiera tienen derecho de autodeterminación sobre su
propio territorio, esperando desde mediados de los 70 un referéndum sobre su
destino que Marruecos, el país que actualmente controla la mayor parte del
territorio aunque sin anexionarlo oficialmente, le niega continuamente.
El territorio del Sahara Occidental, con escasas poblaciones
y aldeas, aún menos ciudades y cubierto
por las extensas arenas del desierto del Sahara cuya parte más occidental allí
se encuentra y que presta su nombre al país, año tras año sigue con sus tierras
desérticas casi vacías a causa de una población de origen árabe-berebere
tradicionalmente nómada beduina en los países limítrofes o del exilio de miles
de refugiados en campamentos de Argelia (como el de Tindouf) o en Mauritania.
Un país fantasma y aún sin definición que espera en un futuro tener aclarado su
destino, pero su vecino, rival y controlador, Marruecos, no parece dar su brazo
a torcer y aún con la boca pequeña parece seguir reclamando la anexión del
territorio a su reino: así ha sido desde hace más de 100 años aún cuando Sahara
Occidental en la época colonial fue una provincia española de ultramar llamada
Sahara Español. La guerra contra Marruecos (1975-1991) - en realidad una
guerrilla- con Rabat luchando por la soberanía del Sahara y el Frente Polisario
(movimiento de liberación nacional saharaui) reclamando la autodeterminación, no condujo a nada y solo acrecentó la
rivalidad entre los dos países. En la actualidad, aunque existe desde 1976 la
República Árabe Saharaui Democrática proclamada por el Frente Polisario, con
capital y gobierno en el exilio en Tindouf (Argelia) y reconocida parcialmente como estado, esta
solo controla cerca del 20% del territorio, la zona más al sur y al este, conocida
como la “zona libre” el resto esta bajo el control marroquí. Se calcula que
puede haber cerca de 100.000 saharauis en el exilio los campos de refugiados de
Tindouf (se estima que la población total saharaui dentro del territorio es de
poco más de medio millón) que huyeron ante el avance de las tropas marroquíes
en la guerra con Marruecos, todos en situación precaria y dependiendo de la
ayuda humanitaria internacional. Por ahora, las oportunidades de volver a su
país, controlado militarmente por Marruecos, son nulas. Los refugiados
saharauis no quieren regresar a un país que por ahora, no tiene visos de que
vuelva a ser totalmente suyo. El Muro Marroquí, además, sigue separando las
zonas de control marroquí de las del Frente Polisario y dificultando el
movimiento dentro de Sahara Occidental. Ambas partes- el gobierno marroquí y el
Polisario, se han acusado mutuamente incluso después de la guerra de violación
de derechos humanos tanto el los territorios saharauis bajo control marroquí
como en los campamentos de refugiados de Tindouf. La guerra, pese a todo, ni
siquiera parece haber terminado.
Campamento saharaui de Tindouf (Argelia) |
Pero, ¿Cómo se ha llegado a esta situación? ¿Es justificable
una rivalidad de marroquíes contra saharauis cuando Marruecos según su propia
concepción considera que el pueblo saharaui tiene vínculos históricos y
culturales con Marruecos y por ello ha reclamado su anexión? ¿Qué implicación
ha tenido históricamente España en el estatus político actual de Sahara? ¿Por
qué aún sigue sin resolverse la situación de este país? Y lo más importante,
¿algún día esto tendrá solución? Echando un vistazo a la historia del Sahara
Occidental se pueden encontrar algunas pistas, más que respuestas. Por de
pronto, se puede decir que Sahara Occidental tal vez haya sido víctima de un
pasado colonial (siglos XIX y XX) pésimamente gestionado y una rivalidad con
Marruecos fundamentada en unos aires de superioridad del país marroquí hacia
sus “hermanos pequeños” saharauis, a los que ha despreciado continuamente a lo
largo de la historia
Un pueblo errante: los
orígenes de los saharauis
El pueblo saharaui, como hemos dicho antes, es de origen mezcla
bereber y árabe, aunque también hay rasgos étnicos negroides provenientes de
ancestros de raza negra. Varias tribus bereberes habitaron en el territorio
desde al menos la época del imperio romano, aunque al parecer solo los Serer y
los Bafour, tribus negras que hoy se encuentran en Senegal y Mauritania, fueron
desde la prehistoria y durante siglos la única población asentada. Se sabe también
que hubo colonias fenicias en el S.V AC. Los bereberes de la tribu Lamtuna penetraron
en el territorio del actual Sahara Occidental hacia el siglo VII DC
reemplazando a los Serer y asentándose conviviendo con otras tribus bereberes. El
Islam fue introducido en la región saharaui en el siglo VIII por emigrantes
árabes, pero los bereberes no se convirtieron al parecer hasta el siglo IX. En
el siglo XI, los Lamtuna se aliaron con la poderosa confederación de tribus
bereberes islamizadas Sanhaja, que se encontraba en Argelia, Marruecos y Niger
dando lugar a la no menos poderosa dinastía de los Almorávides que llegó a
conquistar en al edad media Marruecos, Argelia occidental, y Al-Andalus en la
península iberica. En el siglo XI
llegaron tribus árabes Beni Hassan, que terminarían mezclándose con los
bereberes a partir del siglo XII pese a que los Beni Hassan (una sub tribu del
pueblo árabe nómada Maqil) tendrían siglos de guerras y enfrentamientos con los
Lamtuna.
Desfile en el camapamento de Dajla |
Durante varios siglos, el actual territorio del Sahara
Occidental fue paso de varias rutas comerciales transaharianas que
transportaban sal, oro y esclavos. Las diferentes tribus bereberes que se
encontraban el territorio luchaban a menudo por el control de estas rutas. No
obstante, hacia los siglos XI y XII se
constituyeron el territorio muchas zawiyas o centros religiosos que formaron
comunidades contrarias a una sociedad militarizada reforzando el culto
religioso, la educación y la redacción de leyes, al contrario que los
almorávides muyahidines que tras su regreso a Sahara formaron tribus guerreras.
Estas tribus muyahidines fueron más propensas a la arabización por parte de sus
nuevos vecinos árabes Maqil y a partir del S. XIII, controlarán el comercio
transahariano por la zona. Por entonces, ya las poblaciones bereber y Maqil
Beni Hassam estaban ya convergidas dando lugar al pueblo saharaui (que habitará
la zona en cuestión y porciones de Marruecos y Mauritania) y al dialecto árabe
hassaniya. Entre los siglos XII y XVI diferentes imperios árabes establecieron
soberanía en un territorio prácticamente tribal hasta que en el XVI Marruecos
por medio de la dinastía Saadi comenzó a ejercer soberanía en la zona
occidental del Sahara, que se mantendrá a duras penas hasta finales del XIX ya
con la dinastía Alauita en el poder. Por otra parte, en 1502 los españoles
fundaron en la costa saharaui Villa Cisneros como puerto comercial para
favorecer sus intereses
El Sahara Español: el
último bastión colonial
A finales del siglo XIX el territorio de Sahara Occidental
no había experimentado excesivos cambios desde la edad media con su
organización tribal formada por pueblos bastante toscos e irredentos y el hecho
significativo de que la zona seguía un paso comercial estratégico. La propia
aridez del territorio no lo hacía fácilmente habitable para población no
habituada a las inclemencias del desierto (tales eran los saharauis,
descendientes de pueblos nómadas del desierto), pero como España había podido
comprobar, podía ser un puerto estratégico interesante. El incesante reparto
del continente africano por parte de las principales potencias europeas durante
el siglo XIX en pleno apogeo del colonialismo llevó a la Conferencia de Berlín
(1884-85) en al cual Europa se repartió literalmente la deliciosa tarta
africana. Allí en 1884 a
España, una antigua potencia en horas bajas, se agenció como protectorado la
zona occidental del Sahara - donde ya
existía la colonia española de Villa Cisneros (hoy Dakhla) - desde el Cabo
Bajador al Cabo Blanco, aunque el territorio interior no estaba aún delimitado.
Principalmente, España tendrá allí presencia militar. En 1924 se delimitan las
fronteras de la colonia formando dos territorios administrativos separados:
Saguia el Hamra (al norte del actual Sahara Ocidental) y Rio de Oro (al sur). La población saharaui se
reveló constantemente contra los españoles, al igual que otros pueblos magrebíes
contra sus colonizadores, a finales de XIX y principios del XX. En 1912
Marruecos se convierte en un protectorado español y francés y los marroquíes
comienzan también a revelarse contra los ocupantes españoles. En 1934 una acción conjunta de los ejércitos
español y francés en Smara, al norte de Saguia el Hamra, destruyó dicha
localidad y logró sofocar durante un tiempo las revueltas saharauis, alentadas
por los descendientes del líder rebelde mauritano Ma Al-‘Aynan que en los años
10 del siglo XX encabezó la revuelta magrebí contra los colonos franceses. En
1956, Marruecos recupera la independencia y comienza a reclamar a España el
Sahara español.
España, ya bajo el régimen de Franco, pese a todo volvió a
tener problemas con la población marroquí entre 1956 y 1958 tras un
levantamiento del Ejercito de Liberación Marroquí en Ifni (ciudad marroquí
perteneciente a España aún después de la independencia de Marruecos) en donde
había una fracción llamada Ejército de
Liberación Saharaui, que fue sofocado con la ayuda francesa en la llamada
Guerra Olvidada. En 1958, España, aún con el susto en el cuerpo, une
administrativamente las provincias ultramarinas de Saguia el Hamra y Rio de Oro para dar lugar a una única
provincia, el Sahara Español, cuya extensión se corresponde con el Sahara
Occidental actual, y obligó a asentarse a las tribus nómadas dentro del
territorio para evitar episodios de rebelión. En la década de los 60, en pleno
proceso internacional de descolonización, España se planteaba hacer lo propio
con Sahara, al tiempo que Marruecos seguía reclamando el territorio. En 1969 se
crea el Harakat Tahrir o Movimiento de Liberación de Saguia el Hamra y Río de
Oro, el primer movimiento pro soberanista y autodeterminista organizado dentro
de Sahara Español, que en junio de 1970 en un manifestación en la capital del
país El-Aaiun intentó enviar una petición a los mandatarios coloniales
españoles de independencia del Sahara Occidental. Tras la manifestación, los
líderes de Harakat Tahrir fueron arrestados y esto originó un combate entre los
manifestantes armados con piedras y los fusiles de la Legión española con once
muertos y cientos de heridos y detenidos, en lo que se llamó la Intifada de Zemla.
El líder de, Muhammad Bassiri, junto con otros miembros del movimiento, fueron
detenidos los días siguientes por las autoridades españoles, haciéndoles
“desparecer”. Estos hechos aumentaron considerablemente el sentimiento
antiespañol en la población de Sahara Occidental.
Surge el Frente
Polisario y la guerra comienza
Escudo del Frente Polisario |
Pese a la represión ejercida hacia el Harakat Tahrir y su
subsiguiente desaparición, el movimiento pro independentista en Sahara
Occidental no hizo sino aumentar en los años siguientes y en 1973 nace Frente
Popular para la Liberación de Saguia el Hamra y Río de Oro (Frente Polisario)
con el fín de llevar a cabo acciones paramiltares de guerrilla que obligasen a
España a retirarse de la zona. Poco a poco, el Frente Polisario fue adquiriendo
armas y hombres que desertaban de las Tropas Nómadas saharauis al servicio de
España y ya en 1975 controlaban gran parte de los territorios del país para
desesperación del gobierno español quien ya asumía que su salida de Sahara
sería inminente en una época en la que el colonialismo estaba más que difunto,
pese a los intentos de introducir allí una especie de gobierno autónomo pro
español. España comienza a negociar con los rebeldes el futuro de la colonia en
octubre de 1975, pero Marruecos, no obstante, no cejaba en su empeño de
anexionarse Sahara Occidental esgrimiendo vínculos históricos entre Marruecos y
Sahara, aunque el Tribunal de Justicia Internacional que solo existían vínculos
entre Marruecos y algunas pocas tribus saharauis, lo mismo que había algún
vínculo entre Mauritania y algunas tribus, llegando a emitir una resolución en
la cual afirmaba que ni Marruecos ni Mauritania poseían derecho de soberanía
sobre el territorio y que Sahara Occidental tenía derecho a decidir sobre su
futuro.
La Marcha Verde |
Sin hacer caso a
dicha resolución y como un acto de reafirmación y de demostración de
fuerza, el 31 de octubre de 1975 las tropas marroquíes entran en el noroeste de
Sahara Occidental enfrentándose con el Frente Polisario. El 6
de noviembre de 1975 tuvo lugar la célebre Marcha Verde en la cual 35.000
marroquíes civiles desarmados escoltados por 20.000 soldados penetraron andando
desde al ciudad de Tarfaya hasta el norte de Sahara Occidental para reclamar la
anexión del Sahara Occidental a Marruecos, esgrimiendo banderas marroquíes,
retratos del rey marroquí Hassan II y banderas de EEUU, Arabia Saudí y
Jordania. La situación era complicada para España con el dictador Franco
agonizando, la perspectiva de un inminente cambio político en el país y el
problema de Sahara agudizado por una soberanía reclamada por tres partes
(Mauritania se unió a la petición de soberanía) por lo que lo mas sensato y
cuerdo era retirarse por fin del país africano. El 14 de noviembre de 1975 se
firman los Acuerdos de Madrid que suponen la renuncia de España a la colonia de
Sahara y el proceso de descolonización. Firmados junto con Marruecos y
Mauritania, se acordó la repartición de la antigua provincia española en términos
administrativos para estos dos países aunque sin que ninguno de los dos
ejerciese la soberanía sobre el territorio, con lo cual Sahara Occidental
pasaba a ser un país sin soberanía ya que nada se decía en los acuerdos sobre si
Sahara podía acceder a su autodeterminación. Todo esto contravenía el principio
de autodeterminación dictado por el Tribunal Internacional de Justicia y le
recomendación de la ONU de celebrar en Sahara Occidental un referéndum de
autodeterminación. Esto lógicamente no gustó al Polisario que con el apoyo
militar y logístico de Argelia declaró informalmente la guerra a Marruecos y
Mauritania. Las hostilidades no cesarán
hasta 1991, aunque Mauritania se retiró de la guerra y de Sahara en 1979
firmando la rendición. Desde 1979 hasta 1991 los combates entre el Frente
Polisario y las tropas marroquíes no cesaron. El 27 de febrero de 1976 el
Frente Polisario proclamó la República Saharaui Árabe Democrática, gobernando
desde el exilio argelino. Pese al final
de la guerra y a que la ONU haya propuesto un referéndum de independencia
(rechazado sistemáticamente por el administrador del territorio, Marruecos), la
situación de Sahara Occidental sigue sin resolverse.
Sin respuesta
Hoy en día ya nadie parece saber que ocurrirá en Sahara
Occidental y con sus habitantes. Un laberinto que no se sabe a donde lleva por
la obcecación de una de las partes de no transigir. Resulta visto desde fuera
un error por parte de Marruecos considerar que Sahara Occidental le pertenece
ya que históricamente, como hemos visto, no hay base para ello, pero la
insistencia es mayúscula pese a que este conflicto ya se haya cobrado muchas
vidas y miles de refugiados, tras una guerra que pese a su baja intensidad fue
cruenta y además se pudo evitar. España, como antigua metrópoli de Sahara Occidental, tampoco estuvo (y sigue
estando) a la altura de las circunstancias: un acuerdo en el cual España se
desligaba de cualquier responsabilidad sobre el futuro de su antigua provincia
y que además no satisfacía lo que una vez les prometió a los saharauis, que no
era otra cosa que su autodeterminación, dejando que otros países- en virtud de
vagas reclamaciones históricas- pudieran hacer con el territorio lo que les
viniese a su antojo. Incluso en la actualidad todavía no parece haber
sentimiento de responsabilidad alguno por el dramático conflicto que esto acarreó, guerra incluida y miles de
personas huidas de su propio país. En la situación de Sahara Occidental no parece haber respuesta a nada.
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