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El mundo de la enseñanza últimamente está
bastante presente en el mundo del cine y ofreciendo además muy buenos filmes,
aunque en casos como el de esta película francesa que nos ocupa no podemos
hablar simplemente de un film sobre profesores de secundaria y las relaciones con
sus alumnos, sino de un inusual drama-thriller con un peculiar juego narrativo
que de alguna manera rinde homenaje a la creación literaria dentro de los
peculiares márgenes que el medio cinematográfico puede ofrecer a tal propósito.
Este intento del realizador galo François Ozon de ofrecer un thriller psicológico
extraño, rebuscado y con cierto trasfondo experimental de juego narrativo se ha
saldado con un rotundo éxito: la más que interesante dialéctica entre la
mentalidad de un adolescente excéntrico e inadaptado y su aparentemente cuerdo
y equilibrado profesor de lengua y literatura en un complejo y a veces
inquietante escenario emocional donde se dan cita el voyeurismo, la envidia, la
lucha contra la mediocridad, la rebeldía juvenil y la creación literaria, es un
espectáculo alucinante que es difícil que no deje indiferente a nadie.
Dans La Maison, basada libremente en El Chico de la Última Fila, una obra teatral del español Juan
Mayorga, cuenta la historia de Claude (Ernst Umhauer), un estudiante de
secundaria de 16 años que cada día entrega su profesor de lengua Germain
(Fabrice Luchini) una serie de redacciones que muestran a la clara su obsesión
diaria: Claude, ansiando la vida
familiar “perfecta” (según su criterio) de su compañero de clase Rapha (Bastien
Ughetto) decide pasar el mayor tiempo posible en la casa donde este vive con
sus padres con la excusa de ayudar a su amigo con las matemáticas. Los escritos
de Claude reflejan una atracción de Claude hacia Esther (Emmanuelle Seigner),
la atractiva madre de Rapha, además de un verdadero complejo sentimiento de
amor-odio hacia todo lo que rodea esa familia y lo que es más inquietante una
posición vicaria de omnipotente espectador-narrador-actor que fascina a su
profesor. Ambos, Germain y Claude, terminarán enganchándose cual yonkis a ese
un tanto ilícito y prohibido juego que hace incluso tambalear los sólidos
principios morales del profesor al tiempo que una relación de maestro-discípulo
tejida desde una complejidad enfermiza y perversa comienza a surgir y arrasar
con todo a su paso, incluida la vida matrimonial de Germain. Con las fronteras
entre la realidad y la ficción y la verdad y la mentira en continuo
desdibujamiento, la película narrativamente es una delicia que muestra el poder
de la fabulación como alteradora de la realidad tangible. Unos propósitos
bastante ambiciosos los de esta película, pero que los cumple con creces.
Si
hay algo que se le pueda reprochar a En
la casa es su cierto seguidismo en ocasiones a los cánones del thriller
americano así como que Fabrice Luchini recuerde a veces demasiado a Woody Allen
en un papel que combina lo dramático y lo cómico, pero en general la película
avanza bien y sin fisuras hasta completar una historia envolvente y enganchante
que tiene su aquel. Los dos jóvenes intérpretes están sensacionales cada uno en
sus bien diferenciados y antagónicos roles, que asemejan a las dos caras de la
misma moneda. Una película ambigua y apasionante que homenaje tanto a los
autores como a los espectadores (en general) con un mensaje sobre la moral
humana bastante negativo pero desgraciadamente real en muchos casos. Cien por
cien recomendable
Lo dicen en una escena de 'Dans la maison' a mitad de la película: es una comedia estúpida, todo esto es ridículo. La película de François Ozon es ñoña en su ventana 'voyeurística' (¡ay qué diría el maestro Hitchcock!), un escape apenas maloliente, que ni siquiera satisface al que lo despide. ¡Mejor nos vamos todos a China! Un saludo!!!
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