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Cuando
los experimentos en el cine -aunque sea sin salirse demasiado de coordenadas
comerciales- salen bien, que bien sabe a los cinéfilos/as. La verdad es que era
una misión complicada el adaptar a la pantalla una novela tan difícil como Cloud Atlas de David Mitchell y más
desde el arriesgado planteamiento técnico y narrativo del triunvirato que ha
plasmado en imágenes el libro, conformado por los norteamericanos hermanos Lana
(antes Larry) y Andy Wachowsky (saga Matrix)
y el alemán Tom Tywker (El Perfume).
Seis películas en una, seis historias aparentemente muy diferentes en cuanto a
géneros, estética, localizaciones, tono y épocas que al igual que en la novela
se encuentran alucinantemente relacionadas al cada una de ellas ser leída, o
visionada o recordad por los protagonistas de la siguiente historia
cronológicamente hablando. Un viaje temporal que va desde el siglo XIX hasta un
futuro postapocalíptico en donde dependiendo de cada historia se cita el drama
intimista, la aventura, la comedia costumbrista, la intriga industrial, la
acción, la ciencia ficción o la fantasía todo ello tratando de mostrar la
teoría del eterno retorno transtemporal y que - como dice una de las
protagonistas- nuestras vidas en realidad no nos pertenecen. Una historia de
historias hiperbólica y narrativamente fascinante en donde el trío director ha
acometido un enorme esfuerzo no ya solo en un guión adaptado espectacular y
estructurado mediante un juego de muñecas rusas, sino técnico y conceptual con
seis películas cuasi independientes pero en realidad una sola en donde repiten
varios actores interpretando diferentes roles en cada una. Tom Hanks, Halle
Berry, Jim Broadbent, Ben Wishaw, Doona Bae, Hugo Weaving, Jim Sturgess, Hugh
Grant, Keith David, James D´Arcy, David Gyasi, Xun Zhou y Susan Sarandon son
los omnipresentes protagonistas principales que en roles protagonistas,
secundarios o de figuración aparecen por doquier en casi todos las seis
segmentos (en la película “troceados” a lo largo del metraje) en un esfuerzo de
primer orden tanto interpretativo como de caracterización, ya que muchas veces
los intérpretes se saltan su nicho natural de edad, etnia o género para
componer intervenciones memorables.
Un
abogado norteamericano de regreso de un inquietante viaje a una isla del
Pacífico en 1849, un joven británico con aspiraciones de convertirse en
compositor que viaja a los Países Bajos para emplearse como amanuense de un
viejo y enfermo gran compositor en 1936, una periodista de investigación
norteamericana dispuesta a sacar a luz la siniestra verdad sobre una central nuclear en 1973, un
veterano editor inglés que vive una cómica aventura al ser engañado por su
hermano millonario para ser recluido en una residencia de ancianos en 2012, una
joven creada genéticamente como sirvienta-esclava de una casta de seres
superiores que se revela de su condición de ser inferior y sin voluntad en la
ciudad de Neo Seúl en la Corea del Sur de 2144, y finalmente una sociedad
primitiva y atemorizada en un mundo
devastado en 2321: seis historias narradas, noveladas o epistoladas que son
vistas por un espectador que disfrutará de la gran versatilidad en canto a
géneros y situaciones en una misma película y todo con un look grandioso y
efectivo, todo quizás un poco salido de madre pero que en absoluto resulta
pretencioso. Conviene entregarse a la película desde el primer momento para
poder saborear de sus virtudes en toda su plenitud y aunque seguir el curso de
las diferentes historias y los lazos que las conectan sea a veces un poco
complicado. Al final, todo encaja como un puzzle dejando una sensación es de
enorme satisfacción y ese tipo de cosas las que hacen de una película una
excelente obra. Más allá de su un tanto engolado discurso filosófico y de
algunos excesos, Cloud Atlas es una
película compleja, fascinante y emocionante que encumbra a los últimamente
desorientados hermanos Wachowsky (el rollo Matrix no está envejeciendo muy bien
y el parón de estos años con el esperpéntico caso protagonizado por Larry/Lana
no hacía esperar nada bueno) y consolida al interesante Tom Tywker. Habrá
personas a las que no convenza o les parezca una marcianada pero ahora mismo es
lo mejor que hay en cartelera.
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