En 2013 se cumplen 40
años de la creación de uno de los personajes más originales y significativos
del cómic español: Superlópez. El hijo de papel y tinta del gran Jan ha sido un
referente en la cultura popular de muchos españoles que devoraron sus
historietas con fruición (especialmente en la década de los 80) y hoy está en
el olimpo de las leyendas del cómic humorístico español, todo un subgénero que
floreció gracias a la labor de editoriales como Bruguera, empresa en donde se
editaron los mejores álbumes de Superlópez en su época dorada de 1979 a 1985. Cuarenta años
desde su primera aparición, este superhéroe torpe, despistado, hiperactivo e
histriónico pero de gran corazón y proverbial sentido de la justicia que nació como parodia genuinamente ibérica de
Superman y del género comiquero de los superhéroes en su extensión, sigue con
sus divertidas y disparatadas aventuras sin edad dentro de su curioso y surrealista
universo propio. Felicidades, Superlopez! Mecachís…!!
El superhéroe español del cómic por antonomasia no es no
atlético, ni atractivo, ni se puede decir que invencible. Viste un traje
similar al de Superman pero se asemeja más a un pijama viejo. Ni tan siquiera
todo le sale bien. El superhéroe o Superman español es un personaje creado para
provocar la risa pero también para deleitar al lector de sus cómics con
emocionantes aventuras trufadas de surrealismo, costumbrismo español, fantasía
y un disparatado y alocado sentido del humor apto tanto para el público
infantil como para el adulto, heredero de la escuela de la mítica Editorial
Bruguera, la editorial en la que el personaje vivió su mejor época en la década
de los 80.
Creado en 1973 para la editorial Euredit por Juan López
Fernández, “Jan”, uno de los más grandes maestros del tebeo humorístico español
de todos los tiempos, Superlópez a día de hoy y cuarenta años después de su
creación cuenta con un impresionante legado de 63 álbumes de historietas que se
han ido lanzando hasta 2013 año tras año por su infatigable y veterano creador.
Un personaje con multitud de fans (hoy en día la mayor parte adultos seguidores
del personaje desde sus inicios) que ya es considerado como una de las mejores
obras del cómic humorístico español y uno de los highlights de la llamada
“Escuela Bruguera”, aunque no sea uno de los personajes más conocidos de la
misma y ni tan siquiera su estilo sea un exponente genuino del de
la editorial barcelonesa. Más que una parodia-sátira de los géneros de
superhéroes, acción o aventuras o del propio personaje de Superman, Superlópez
es un tebeo en donde se cuentan con notable sentido de crítica social y de
sátira blanca historias absurdas y surrealistas en un entorno realista como es
la España de los siglos XX y XXI, siempre con la aventura y la fantasía como
pretexto llevando al lector a una realidad alternativa donde lo grotesco y lo
absurdo campan a sus anchas. Multitud de historias, viñetas, aventuras,
escenarios y personajes fijos, recurrentes u ocasionales para uno de los más
encantadores y entrañables cómics españoles de siempre. Esta es su historia y
avatares, la historia del superhéroe moreno, bajito y con bigote: Superlópez
¿Quién es Superlópez?
Superlópez es un extraterrestre de características humanas
dotado de espectaculares superpoderes que vive en Barcelona bajo la identidad
secreta del oficinista Juan López Fernández y se dedica a proteger al mundo y
luchar por la justicia combatiendo el mal y la delincuencia. Al igual que
Superman, es capaz de volar, tiene visión de rayos X, superfuerza, y cuenta con
velocidad supersónica. Si, es el Superman español, pero su baja estatura y su
bigote de españolito medio de los 70 delatan que vive en la España de charanga
y pandereta. De constitución más bien esmirriada pese a sus superpoderes,
Superlópez inicialmente se dedicaba a luchar contra villanos algunos también
con superpoderes pero más tarde pasó a vivir todo tipo de aventuras:
policiacas, terroríficas, de viajes, de ciencia-ficción, de intriga, de
búsqueda de tesoros y muchas veces se ha visto metido en originales y
surrealistas embrollos y acontecimientos más allá de la aventura. Su carácter
es nervioso, un tanto paranoico y muchas veces su razonamiento es ingenuo y
bordando la idiotez. Mete la pata cada dos por tres pero al final las cosas le
salen bien. Es un simpático antihéroe, un hombre de a pie que quiere ser un
superhéroe, o un superhéroe que no es más que un hombre de a pie, un oficinista
mediocre que trata de ser un “dios “como Superman gracias a unos poderes que no
siempre le sirven de mucho.
Con Luisa , una novia peculiar |
Superlópez nació en el planeta Chitón (parodia del Krypton
de Superman) con el nombre de Jo-Con-El y siendo un bebe fue enviado por error
a la tierra, a Catalunya concretamente. Fue adoptado por los López con el
nombre de Juan y pronto mostró sus superpoderes y decidió dedicarse con ellos a
la defensa de los más débiles. Como Juan López trabaja en una empresa que
cambia de actividad cada dos por tres. Allí Juan conoció a su novia Luisa Lanas
(parodia de Lois Lane), una mujer mandona e irascible pero de gran corazón que ama
a Juan pero que odia a Superlópez al que le llama “medianía con capa”, y a su
mejor amigo (aunque al principio rival), Jaime González. El jefe de Juan es el
típico empresario español autoritario y déspota aunque siempre muestra su lado
débil sobre todo cuando se ve envuelto en las aventuras de Superlópez. En realidad,
el carácter de Juan López no difiere mucho del de Superlópez, ambos son
perezosos, neuróticos, histriónicos y con tendencia a no dar una a derechas
pero nadie sabe que son la misma persona.
La indumentaria de Superlópez, parodia, de la de Superman, consiste en
una arrugada camiseta azul con una gran s amarilla en el centro, capa roja,
calzoncillo por encima del pantalón negro (y no rojo, como el de Superman) y
pantalones azules similares a los de un pijama (y sin las botas rojas del héroe
americano). En el universo de Superlópez hay una gran cantidad de simpáticos
personajes fijos, además de los citados, a cada cual mas delirante: el
Inspector Holmez, el General Sintacha, Martha Holmez, Chico Humitsec, Al
Trapone, el Supergrupo…a todos ellos nos referiremos más adelante, ahora es
momento de reseñar como se creó este singular personaje.
El nacimiento y
primeros pasos de Superlópez (1973-1978)
Juan López "Jan"padre de Superlópez |
El creador de Superlópez, Jan (Juan López Fernández), jamás
supuso que aquel personaje que creó por encargo en 1973 fuese la principal
ocupación de su vida. Este dibujante y guionista- cuyo verdadero nombre sirvió
para bautizar a la identidad secreta de nuestro héroe- nació en Toral de los
Vados (León) el 13 de marzo de 1939
aunque a temprana edad se fue a residir a Barcelona junto con su familia. A los
seis años perdió la audición pero eso jamás le supuso (y ni le ha supuesto)
ningún lastre a la hora de aprender, comunicarse y adquirir conocimientos y
habilidades de todo tipo. Desde su niñez empezó a destacar en el dibujo, un
arte en el que se decidió centrar ya que su discapacidad no suponía ningún
obstáculo para llegar a ser un maestro en dicho cometido. En 1956 con 17 años y
después de haber trabajado en fábricas y talleres (estudió delineación
mecánica), Juan López entro a trabajar como rotulista, dibujante y animador en
los míticos Estudios Macián de dibujos animados (la empresa puntera de la
animación en España En aquel entonces) al tiempo que dibujaba sus primeras
historietas en la revista Yumbo. En
1959 emigró a Cuba junto con su familia y allí siguió como dibujante de dibujos
animados (en la Televisión Cubana y en el Instituto Cubano de Arte e Industria
Cinematográficos) y como dibujante de historietas en diversas publicaciones
infantiles. Si en Yumbo firmó como
López, en los cómics cubanos firmó como Juanjosé. Allí creó varios personajes
humorísticos como Lucas y Silvio, que
obtuvieron popularidad en el país caribeño. Permaneció en Cuba hasta 1969, año
en el que vuelve a Barcelona y colabora en revistas de tebeos como Gaceta Junior y Strong creando a personajes como Don Talarico, ya con el pseudónimo de Jan
Una tira de Superlópez de 1973 (coloreada) |
Jan permaneció hasta 1973 en Strong, y ese mismo año la editorial Euredit contacta con él para
encargarle un libro de tiras cómicas mudas para la colección de libros de
historietas Humor siglo XX, el la que
diferentes dibujantes creaban en cada número una parodia de famosos personajes
de ficción del cine o del cómic. A Jan
se le encarga un libro de tiras y chistes de una viñeta en donde se parodie a
Superman y a los superhéroes del cómic en general. Jan crea entonces a un Superman con bigote y
sin botas rojas para unas historietas mudas en blanco y negro en donde el
superhéroe paródico vive todo tipo de desventuras tratando de luchar contra el
mal y deshaciendo entuertos pero en realidad mostrando su debilidad y su
torpeza: ha nacido el primer esbozo de Superlópez, ya que es así como llamará
al libro y al personaje en cuestión El volumen, apaisado y con 48 páginas,
muestra unos chistes cortos mudos de escasas viñetas (o solo de una) de un
humor más bien ramplón y con muy poca gracia, ya que Jan no se tomó con
entusiasmo el encargo y además el aún no se consideraba un buen humorista. El
primer Superlópez tenía un dibujo muy simplista pero ya tenía los
inconfundibles rasgos característicos del personaje. Aún no aparecían la
galería de secundarios de sus historietas de a partir de la etapa Bruguera ni ninguno de sus escenarios y
ambientes propios del personaje, aunque ya aparecía con gafas en su identidad
civil, al modo de Clark Kent y el rasgo primigenio del héroe que era el de ser
un (patoso) superhéroe que trataba de resolver asuntos domésticos (incendios,
atracos, extravíos): un hombre común metido a superhéroe. Como curiosidad,
decir en estas historietas aparecía un personaje que no volverá a aparecer más
en los cómics del personaje, que es el de la mujer Superlópez (nada que ver con
Luisa Lanas), una maruja oronda casi tan dominante como Luisa. No hay que olvidar que Superlópez guarda
mucha similitud con uno de los primeros superhéroes satíricos españoles del
cómic, Plim el Magno, creado por
Escobar a finales de los 60. Al igual que Superlópez, Plim era un
superhéroe-hombre corriente español bigotudo, que volaba y al que todo le salía
mal. El hecho de si Jan tuvo en cuenta a este personaje para caracterizar a su
Superlópez es algo que se ha comentado muy pocas veces, pero puede ser posible.
Fragmento de historieta de 1975 |
El librillo de Superlópez no tuvo gran repercusión y pronto
quedó descatalogado. En 1974 Jan fichó por la editorial puntera en el mundo del
cómic en España, Bruguera. Durante varios años, fue chico para todo en la
editorial ya que si bien su intención inicial fue convertirse en dibujante de
historietas en las famosas revistas infantiles y juveniles de Bruguera, las
restricciones que pronto le impusieron en cuanto a guiones y creación de
personajes hizo que perdiese el interés por el cómic y fue contratado sobre todo para ilustrar libros de cuentos
infantiles, cuadernos para colorear, revistas de pasatiempos y libritos
troquelados para los más pequeños. Por entonces su estilo gráfico aún era poco
detallado y esquemático, a veces naïf para adaptarse a muchos cuentos
infantiles que él ilustraba. No obstante, durante el periodo 1974-1975 crea
historietas de nuevos personajes como Felipe
Gafe, con guiones de Jaume Ribera o del dibujante y guionista Conti, creador
de Carioco. En 1974, Jan decidió
recuperar el personaje de Superlópez para las revistas de Bruguera, pero la
editorial le impuso guionistas como el propio Conti además de registrar el personaje
como propiedad de la empresa según la práctica habitual de la casa. El
personaje siguió publicándose en revistas como Pulgarcito o Zipi y Zape hasta
1975 a veces con historietas dibujadas por Conti. Eran historietas
autoconclusivas de una o dos páginas en done el héroe paródico resolvía
absurdos conflictos y metía la pata cada dos por tres, con un humor mediocre y
muy ñoño típico de las historietas “de relleno” de Bruguera. Algunos de los
últimos guiones estaban firmados por el joven Francisco Pérez Navarro, Efepé (Barcelona, 1953), y estos, aunque
hechos también por encargo de la editorial y sin que los dos profesionales se
conociesen antes, agradaron más a Jan. En estas historietas, Superlópez (y su
identidad secreta Juan López) se hizo aún más torpe y el sentido del humor se
sofisticó un poco más. Se recuperó además al personaje de la señora de
Superlópez que no volvió a aparecer más en las historietas del personaje una
vez de que en 1975 Jan decide dejar de dibujar al personaje.
En 1978, tras un tiempo apartado de la historieta, Bruguera
encarga a Jan un nuevo personaje de cómic, pero este vuelve a resucitar a
Superlópez gracias a la insistencia de su colaborador Efepé, que se ofrece a
escribir los guiones (a mediados de los setenta ambos creadores colaboraron
conjuntamente en revistas de pasatiempos de la editorial). Las nuevas
historietas de Superlópez del periodo 1978 serán de una página pero con un
dibujo mucho más expresivo y dinámico, así como con viñetas más elaboradas
fruto de la evolución y experiencia que el dibujante había alcanzado. Pérez
Navarro, un fanático y experto en los superhéroes del cómic acentuó el carácter
de parodia de los superhombres (y de Superman) del personaje y lo enfrentó con
delirantes supervillanos haciéndole vivir surrealistas pero breves tramas fantásticas de una sola página. Las
nuevas historietas aparecieron en la revista Mortadelo Especial y huelga
decir que sin duda la elección de Jan y Efepé (y de Bruguera) de recuperar el
personaje fue debida a la popularidad que en aquella época estaba teniendo la
película Superman de Richard Donner y
que había vuelto a poner de moda al superhéroe más famoso de todos los
tiempos.
Los primeros álbumes y
el Supergrupo (1979-1980)
Pese a todo, Jan no se sentía satisfecho con lo dibujado
hasta entonces sobre el personaje y deseaba explotarle más, ya que veía que
podía ser un filón humorístico de primer orden gracias al enfoque que Efepé Navarro le estaba dando y en donde
se combinaba el humor cotidiano y costumbrista, el humor surrealista y la parodia del cómic de acción. Así y
gracias a un cierto aperturismo en la editorial merced a un cambio en su
dirección con la joven Anna María Palé, consiguió que Bruguera accediese a
editar las aventuras de Superlópez en sus publicaciones periódicas en un nuevo
formato: historietas de ocho páginas que compondrían una aventura completa
recopilable en un álbum que se editaría posteriormente, es decir, a la manera
del cómic de la escuela francobelga. Los
álbumes serán a partir de ese momento el formato casi exclusivo en el que se
editarán los cómics del personaje hasta la actualidad. Esta modalidad editorial
en la empresa catalana estaba restringida en cuanto a personajes originales a
Mortadelo y Filemón de Ibáñez y poco más, si bien estos personajes veían
publicadas sus aventuras tanto en historietas de escasas páginas
autoconclusivas como en aventuras más largas. A principios de 1979 se editan en
Mortadelo Especial las siete
historias autoconclusivas de ocho páginas que conformarían el primer álbum de
Superlópez Aventuras de Superlópez, en el que se añadió un episodio más.
Estas eran historietas -con guión de Efepé- que pretendían sentar el background del nuevo
universo renovado del personaje y preparar así el terreno para presentar en los
sucesivo aventuras largas que se publicarían originalmente en las revistas de
forma serializada. En estas historietas aparece por primera vez Jaime González
(parodia del Jimmy Olsen de Superman y caracterizado como un vil chivato de
oficina que perseguía desenmascarar la vagancia de Juan López), el jefe de la
oficina, la novia de Juan Luisa Lanas (y que detesta a Superlópez) y el
descacharrante General Sintacha, un militar aparentemente inflexible pero que
es en realidad un cobarde y un absoluto desastre (estaban muy presentes los militares del
aún reciente franquismo como objeto de parodia), además de entornos como la
oficina de nuestro personaje y su refugio ártico de Villa Soledad (la parodia de
la Fortaleza de la Soledad de Superman). En la primera aventura El origen de Superlópez se nos cuenta el
nacimiento de “Jo-Con-El” en el planeta
Chitón, quien aterriza en la tierra a los dos años tras colarse en el proyectil inventado por su
padre, un famoso científico del planeta que era un obvio trasunto de Jor-El (¡Pobres los terrícolas que lo encuentren!,
exclama lloroso su progenitor al conocer el destino de la cápsula). Curiosamente
el origen extraterrestre de Superlópez apenas se mencionará en aventuras
posteriores. En el resto de historietas Superlópez se enfrenta con
supervillanos inspirados algunos en malvados o héroes del cómic como Linterna
Verde (Luz Luminosa) o Hulk (la Increíble Maza) aunque también hay
supervillanos de invención directa como Chiclón, un robot gigantesco hecho de
chicles, o el Gladiador Galáctico. El humor de estas páginas será a grandes
rasgos el que seguirá el personaje a lo largo de su vida: costumbrismo urbano y
cotidiano, humor absurdo y delirante (bastante más acentuado que en ocasiones
posteriores), tendencia a ubicar las viñetas en escenarios realistas e
identificables de la sociedad española del momento ( autopistas con caravana
dominguera continua, tiendas de ultramarinos, oficinas rancias con jefes
déspotas, pelotas, chupatintas y vagos, mobiliario urbano realista, vestimenta
a al moda de la época, etc) y una caracterización muy cómica de los personajes.
Pese a todo, los primeros guiones con Efepé aún no presentan muy matizadamente
estos elementos, que explotarán con Jan como guionista en los siguientes, ya
que el joven guionista Pérez Navarro estaba más interesado en la parodia del
género de superhéroes y la editorial en presentar una sátira de Superman con el
boom de la película sobre el superhéroe aún candente. El álbum número uno de
Superlópez Aventuras de Superlópez se editó finalmente a
principios de 1980 dentro de la Colección Olé, que recopilaba en cómics de 64
páginas historietas (serializadas o no) de los más famosos personajes de
Bruguera. Para Superlópez se creó dentro de la serie Olé una subcolección
específica debido a la naturaleza de sus cómics (todos aventuras largas de
varias páginas), al igual que ya había hecho con el popular cómic belga Los Pitufos. Decir que esta primera
etapa con Efepé de guionista aún se mantenía en cuanto a los guiones fiel a los
postulados de la Escuela Bruguera, algo que cambiará una vez Jan asumiera el
guión del personaje.
Técnicamente, esta nueva (y definitiva) etapa de Superlópez
supuso una revolución en cuanto a la manera formal de hacer cómics humorísticos
en Bruguera: Jan consiguió que la estricta la editorial le permitiese utilizar
color directo (con acuarela y rotuladores) en lugar del de imprenta y además en
lugar de la rotulación mecánica el mismo rotuló los textos. Si bien las viñetas
eran aún pequeñas y de tamaño regular al modo de la editorial, a partir del
álbum nº 4 Los alienígenas, pronto
aumentarán de tamaño adaptándose a los cánones francobelgas. El dibujo, desde
el principio de esta etapa, muy matizado y dinámico en el trazo y con
proliferación de detalles más o menos realistas pese a ser un dibujo
caricaturesco, se salía también bastante de los usos de Bruguera así como su
expresividad y la secuenciación casi teatral de sus viñetas (en palabras del
propio Jan, siempre ha pretendido que sus personajes “actuasen”) hacían de este
cómic una rara avis dentro de la escuela humorística de Bruguera, a lo que
había que unir un sentido del humor que paulatinamente se hará mas naturalista
y con bastante componente de crítica social, algo poco estilado en la editorial
barcelonesa.
El Supergrupo |
A lo largo de 1979 se publicaron en Mortadelo Especial las
entregas de las dos primeras aventuras largas propiamente dichas de Superlópez:
El Supergrupo (editado como álbum en
1980) y ¡Todos contra uno, uno contra
todos! (1981), que supondrían el fin
de la colaboración con Efepé. Estos dos álbumes eran en realidad una misma
aventura dividida en dos partes. Aquí se produce una ruptura con el universo
presentado en el anterior álbum ya que no aparecen ni Luisa, ni el jefe, ni
Jaime ni apenas Juan López ni la barriada barcelonesa del Masnou donde vive
nuestro héroe. Por el contrario, aparecen nuevos personajes que acompañarán al
torpe superhómbre en su aventura: el supergrupo, una parodia de los grupos de
superhéroes tipo X Men, Los Vengadores, los 4 Fantásticos o la Liga de la
Justicia. El supegrupo estaba conformado aparte de Superlópez por el Capitán
Hispania (trasunto del Capitán América), El Mago (Dr. Extraño), Latas (Iron
Man), El Bruto (La Cosa) y la Chica Increíble (un cruce entre Jean Grey y
Wonder Woman). Cada personaje llevaba un elemento humorístico en forma de
superpoder, indumentaria o imagen que lo hacía particularmente tronchante (los
rulos explosivos de la chica Increíble, el hecho de que el Bruto en lugar de
ser de bloques de piedra como la Cosa fuese de ladrillos). Con Superlópez al
mando, la pintoresca troupe de superhéroes de pacotilla lucha contra un
misterioso personaje (que resulta ser un androide) que pretende derrotarles creando
clones del supergrupo y un gigantesco robot con los superpoderes de todos
ellos, pero los miembros del supergrupo parecen más preocupados en ridículas
disputas internas de quien es el jefe de todos ellos así como su incompetencia
no da para más. Estas dos historias, pese a contener gags muy divertidos, son
bastante mediocres y sin casi guión estructurado, planteadas más como una
parodia de los superhéroes (que se estaban poniendo muy de moda en España,
sobre todo los de Marvel) que otra cosa. Se desarrolla casi en un universo
paralelo en donde los superhéroes viven como ciudadanos normales y que no
volverá a aparecer en ningún cómic de Superlópez (aunque el supergrupo
retornará puntualmente). Aunque estos dos álbumes no son del gusto de los fans
históricos de Superlópez (ni de Jan), lo cierto es que el Supergrupo y sus
miembros gozarán de cierta simpatía por parte de estos seguidores y pese a la
mediocridad de estos dos números en la actualidad tienen relativo status de
culto.
Tras la publicación de los episodios de ¡Todos contra uno, uno contra todos! a principios de 1980, DC
Comics la editorial americana que editaba Superman amagó con una demanda contra
Bruguera porque la S que lucía el personaje en su traje era muy parecida a la
de Superman. Jan tuvo que cambiarla por una S amarilla de trazo
simple que será el elemento distintivo del antihéroe de ahora en adelante. Jan,
no satisfecho con que su personaje fuese solo una parodia de los héroes
superdotados del cómic, decidió tomar sus riendas en 1980 firmando el mismo los
guiones y haciendo vivir al personaje en un mundo más cotidiano calcado al de
la vida real y de sus avatares con unas historias si bien igual de fantásticas
con muchos elementos costumbristas y de sátira de la sociedad española del
momento utilizando un humor bastante más gamberro y corrosivo alejándose así
aún más de los cánones bruguerianos.
CONTINUARÁ
es buenísimo, he de reconocer, cuenta mucho más que son graciosisisisimos
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