Las mejores aventuras
(1980-1985)
El periodo de la primera mitad de los 80 es sin duda el más
brillante en cuanto a la calidad de las aventuras de Superlópez. Con Jan como
guionista en lugar de Francisco Pérez Navarro “Efepé”, los álbumes de
Superlópez ganan en dinamismo y complejidad en las tramas y junto con la parodia
de diferentes géneros de la ficción como son la ciencia ficción, la fantasía,
el policíaco o las aventuras exóticas, está presente un humor corrosivo y
mordaz muy crítico con la sociedad española de cada momento, la cual parece
retratada entre la caricatura y el naturalismo siempre destacando la más
esperpéntico de esta (la política, la burocracia, el mundo empresarial, la
influencia de los medios de comunicación, la realidad de las diferentes
clases). Poco a poco el personaje se va desprendiendo de su condición de sátira
de Superman y se convertirá en un personaje con entidad propia muy marcada
(termina resultando algo más que un superhéroe bufo) que vive en una Barcelona esperpéntica (el
barrio del Masnou es la residencia de Juan López/Superlópez) y que se enfrenta
con surrealistas aventuras muy bien concebidas cargadas de humor y acción. Pese
a no considerarse él mismo un humorista, Jan demuestra a partir del álbum nº 4
de Superlópez Los Alienígenas bordar
un humor costumbrista muy sui géneris mezcla de Berlanga y Monty Python así
como también demuestra ser un extraordinario narrador de cómics con aventuras
muy bien presentadas y con diferentes niveles de lectura en las que parte de conceptos,
fuentes y premisas muy diferentes entre sí: parodias de obras
literarias, leyendas, mitología antigua, fantasía épica, sátira politicosocial,
apuntes costumbristas, temas de actualidad. Como su propio autor asegura, se
trata fundamentalmente de contar historias. Todo sin abandonar un divertidísimo
tono mordaz que cada vez se hace más adulto y menos infantil, aunque en esta
etapa las aventuras de Superlópez están principalmente dirigidas al público
infantil y adaptadas a su psicología. Las historias siguen casi siempre el
esquema de aventuras de acción (bajo el prisma humorístico) pero no se quedan
en eso por su enorme matización y la profusión de escenarios, personajes y
situaciones.
Hasta 1985 (el fin de la etapa del personaje en la editorial
Bruguera) Jan consolidará el universo Superlópez haciendo historietas cada vez
más corales y con más personajes al tiempo que va puliendo su estilo
caricaturesco y realizando viñetas con infinidad de detalles inspirados en la
vida real y en lo observado en las calles (el autor se inspirará gráficamente
en fotografías, muchas tomadas por él mismo) así como establecerá su estilo
gráfico dinámico y muy delirante inspirado en el cine y en los dibujos
animados. Debutan en esta etapa personajes secundarios como el incompetente e
inoportuno inspector Hólmez y su hija adolescente Martha o los villanos más
recurridos en los cómics de Superlópez: el científico loco Doctor Escariano
Avieso y el gangster Al Trapone y su pintoresca banda.
Los Alienígenas, apareció por entregas en Mortadelo Especial a principios de 1980
y como álbum se publicó en febrero de 1981, solo un mes después de ¡Todos contra uno, uno contra todos! Ya
que por entonces el dibujante se planteaba dibujar y publicar cómics del
personaje de forma muy rápida ya que no tenía otros personajes para la
editorial (aunque esta situación iba a cambiar). Este álbum es la primera gran
obra de Jan para Superlópez, en donde se recupera el ambiente urbano en una
reconocible Barcelona de principios de los 80 y el apunte cotidiano con un
Superlópez/Juan López más humano y más desastre en su dual rol de ciudadano
medio/superhéroe patoso (pierde las gafas clarckentianas definitivamente en
esta etapa). Vuelven Luisa (más entrañablemente cascarrabias que nunca), Jaime
González y el innombrado jefe de la
oficina y nuestro héroe se enfrentan a un matrimonio de monstruosos
extraterrestres gelatinosos procedentes del planeta Tirán Lirán, Xonxa y Xonxo,
capaces de transformarse en cualquier persona u objeto y que pretenden preparar
una invasión de su planeta en la tierra. Xonxa, tras un primer desastroso
intento de su inepto marido, decide tomar el peso de la misión transformándose
en el General Sintacha, en diferentes delincuentes e incluso en López, pero
nuestro héroe desbarata sus planes de una manera más bien cómica. Este desternillante número consiguió hacer
nuevos fans del personaje y aumentó la demanda de una nueva aventura larga por
parte de los lectores. Aunque Los
Alienígenas no se puede considerar una obra maestra, es uno de los álbumes
más divertidos de Superlópez (su tono humorístico es tal vez el mayor y mejor de
todos los cómics de Superlópez, véanse las desternillantes portadas de el
periódico “El Diarico” y la frase recurrente de un enloquecido Sintacha de
“¡No, al manicomio otra vez no!”) y es aquí donde empiezan a surgir recursos
narrativos y de gags recurrentes como las coletillas habituales de “un café con
leche y un croissant..” pronunciado por un somnoliento Juan López
inopinadamente en la cola del metro o el “¡Que alguien me lo explique!”, la frase
favorita del jefe; además el autor ya demostró salirse ligeramente de las normas de la
Escuela Bruguera gracias al tamaño grande de sus viñetas, la disposición
narrativa de estas en las páginas (pausando o acelerando el ritmo de la
narración o la lectura) y la composición elaborada de estas a veces con
encuadres muy cinematográficos y novedosos. Es aquí también donde nuestro héroe
adopta su característica posición de las manos en el vuelo, poniendo “cuernos”.
Tras este número llegó El Señor de los
Chupetes que tras la publicación de rigor por capítulos en Mortadelo
Especial apareció en álbum de la colección Olé en septiembre de 1981. Otro
salto cualitativo que situó a Superlópez dentro del género de las aventuras
tras haber tocado la parodia de la ciencia ficción en el número anterior.
Aunque como bien puede deducirse por el título esta inspirada su premisa en la
obra de Tolkien El Señor de los Anillos,
en realidad nada aparece del universo de la Tierra Media ni del espíritu de la
obra de Tolkien ya que es una historia completamente distinta: Superlópez trata
de salvar a la humanidad para que no sucumba definitivamente a los vicios (el
tabaco, el juego, la tele) tratando destruir los seis chupetes negros que el
inventor de los chupetes desde tiempo inmemorial, el gran Señor de los Chupetes,
ha repartido por todo el planeta (y por la luna) y que son custodiados por los
enmascarados chupópteros en diferentes lugares. Con distintos escenarios (la
selva del Amazonas, el desierto del Sahara, el Himalaya, el fondo del mar, la
luna) la historia se plantea como una divertida aventura repleta de villanos
risibles y singulares (los seis chupópteros y sus chupetes en la boca,
acompañados de sus esbirros ratas y cerdos antropomorfos), criaturas imposibles
(antológicos monstruos) y escenarios exóticos.
A finales de 1981 se publicó una de las mejores y más
recordadas aventuras de Superlópez, La
Semana más Larga, un título especialmente apreciado por los fans del
personaje. Aquí Jan acentuó su faceta de parodista en una historia
paradójicamente algo más seria que las publicadas hasta entonces ya que por
primera vez Superlópez se encuentra en peligro al ser acusado popularmente de
amenaza para la humanidad además de estar a punto de descubrirse su doble
personalidad. En esta aventura -más bien un cómic de crítica social sobre la
influencia idiotizante de los medios de comunicación, la ineficacia de la burocracia,
y la borreguil inercia social ante fenómenos como el fútbol- vemos una de las
últimas referencias a la condición de superhéroe del personaje con peso
importante en la trama. Aparece por primera vez uno de los secundarios más
carismáticos de la serie, el inspector Hólmez, un inspector de policía con
gabardina y sombrero a lo Bogart (aunque
su ídolo es el detective de cómic Inspector Dan, creado por Eugenio Giner) al
que todo el mundo le parece sospechoso -incluido Juan López/Superlópez- y que
no hace más que detener a inocentes sin tom ni son, pronunciando sus frases
“veo en usted signos evidentes de inclinaciones delictivas” y “sargento tome
nota” cuando va acompañado por un policía. Durante una delirante, ajetreada y
caótica semana Superlópez tratará de hacer demostrar a los vecinos de Barcelona
que el no ha sido el causante con sus superpoderes de unos misteriosos agujeros
que han aparecido en los edificios de la ciudad, en realidad producidos por el
malvado Dr. Escariano Avieso y su rayo escariante capaz de perforar cualquier
pared. Más tarde. Avieso decide colaborar con el gangster Al Trapone para acometer
un importante golpe gracias al rayo perforador. Con elementos de serie negra,
humor ibérico y la ya comentada sátira social sobre la manipulación de las
masas, La Semana más Larga es un
álbum delicioso con momentos verdaderamente antológicos que además consolidó el
peculiar universo Superlópez (también hacen su acto de primera aparición
personajes como Ramón, el conserje de la empresa) poniendo muy alto el listón
del personaje, que ya era uno de los caracteres de cómic más conocidos en
España.
A partir de La Semana
más Larga, el ritmo de publicación de Superlópez se ralentiza ya que Jan en
1981 creó a otro personaje, Pulgarcito
para la nueva etapa de la revista del mismo nombre ahora en formato bolsillo y
del que tenía que dibujar una historieta semanal, circunstancia que durará
hasta finales de 1982. Este personaje, una versión actualizada del Pulgarcito
de los hermanos Grimm y dirigido a los más pequeños, es una pequeña joya a
reivindicar. También en 1981, Jan escribe una entrevista ficticia a su
personaje que se publica en un número de la colección Oye Mira -proyecto
conjunto de Bruguera con la discográfica Belter que incluía cintas de cassettes
de música infantil acompañadas de un librillo monográfico- dedicado a los
superhéroes del cómic y en donde se incluyen nuevos dibujos y “remakes” de las
tiras mudas de Euredit, además de una canción sobre el personaje en la cinta, cantada
por el grupo Regaliz. El dibujante todavía saca tiempo para su cómic estrella y
a principios de 1983 se publica el álbum de Los
Cabecicubos, otra obra maestra. Aquí se consolida la tendencia de Jan de
usar su serie como una acida crítica social y en esta ocasión realiza un
alegato antitotalitario en donde planea constantemente la sombra de la denuncia
al por entonces no tan lejano régimen franquista. El cómic cuenta como la
polución de una fábrica de huevos cuadrados produce una epidemia entre un gran
número de los habitantes de la ciudad haciendo que su cabeza se vuelva
cuadrada...lo mismo que sus ideas. Superlópez, que junto a Luisa es de los
pocos que no ha padecido la inquietante enfermedad, tendrá que hacer frente a la
mayoría de cabecicubos, que ha montado su propio partido político que aspira a
ser el partido único y que viste uniformada decretando un ideario totalitario, militarista y fascista
que busca oprimir a los no cabecicubos y que lleva al final a una guerra sin
cuartel, la Batalla de las Cloacas. El Jefe, Jaime y el General Sintacha se
convierten en cabecicubos con el primero como líder carismático (el Primer
Hexaedro). Aparece aquí por primera vez Martha Hólmez, que se dedica a atracar
bancos en este número mientras su padre el Inspector, que no se ha convertido
en cabecicubo, lidera la resistencia contra estos. Un álbum excelente que se
revaloriza cada vez más y que también consolidó la peculiar costumbre de Jan de
inventarse extravagantes palabras y nombres propios derivaciones de palabras y
nombres reales.
No obstante, La Caja
de Pandora (1984) es el que es considerado el mejor álbum de Superlópez y
así lo opina Jan ya que se trata de su historia de Superlópez favorita.
Publicada primero en álbum en la colección Olé en enero de 1984 y después por
entregas en las revistas de Bruguera, La Caja,
es un pequeño tratado-manual de mitologías antiguas de la humanidad,
concretamente la griega, la egipcia y la azteca más las deidades y dioses de la
religión hindú. Diferentes dioses, héroes y seres de estas mitologías desfilan
en la aventura caracterizados cómicamente pero con rigor para ofrecer una
curiosa aventura que lleva a nuestro bigotudo héroe por diferentes escenarios
terrestres y espaciales en una historia que combina la ciencia-ficción, las
leyendas mitológicas y la épica siempre desde el peculiar sentido del humor
superlopeciano. A instancias del descendiente de la heroína griega Pandora,
Superlópez ha de buscar por todo el mundo la mítica caja de Pandora- de donde huyeron
todos los males de la humanidad- antes
de que la diosa Gea y diferentes monstruos de la mitología griega (el Minotauro,
los centauros, los cíclopes…) la encuentren y la abran de nuevo para que salga
el mal que queda (el definitivo) y así acabar por fin con la humanidad. Los
dioses de la antigüedad de diferentes culturas (en realidad extraterrestres) se
posicionarán a favor o en contra de que
nuestro héroe impida la apertura de la caja. Otra vez escenarios exóticos
(Egipto, México, la India) y con ambientación muy detallada de estos (a partir de fotos) en una aventura deliciosa
y muy bien guionizada que combina a la perfección la aventura fantástica con el
humor y que además termina excelentemente para nuestro personaje. El estilo
gráfico de Jan llega aquí también a su culmen gracias a su minuciosidad y la
riqueza de detalles con un trazo vigoroso y genial. Tras este número, de nuevo
el listó queda muy alto y en 1985 aparece la última historia de la etapa
Bruguera, La Gran Superproducción
cuya publicación en episodios se comienza a hacer en la nueva revista Superlópez con un primer número que se
publica en marzo de 1985, aunque dicha publicación- su creación corroboraba la
excelente posición del personaje dentro de las creaciones Bruguera- no dura
mucho por la grave crisis que comienza a padecer la editorial. La Gran
Superproducción es bastante inferior en calidad a los álbumes anteriores ya
que entre otras cosas se renuncia a la aventura y la fantasía a favor de una
historia cercana a la comedia de personajes -como serán varios álbumes de
Superlópez a partir de los 90- enfocada en esta ocasión en el mundo del cine:
la empresa en donde trabaja nuestro héroe se convierte momentáneamente en una
productora cinematográfica (Llauna Films) y decide producir una superproducción
de espada y brujería llamada “Tronak el Karbaro” con guión de Juan contratando
a varias estrellas, incompetentes actores primerizos y un director de prestigio
que dimite al poco de empezar a filmar, con lo que Superlópez accede a ser el
nuevo director…con desastrosos resultados. Simpática y con diálogos y gags
hilarantes pero totalmente desprovista de ese elemento de homenaje a la
fabulación que estaba presente en El
Señor de los Chupetes o La Caja de
Pandora y sin la crítica sociopolítica adulta de La Semana mas Larga y Los
Cabecicubos.
En el periodo 1985-1986 la Editorial Bruguera
entra en una profunda crisis que amenaza con su quiebra. Jan, que desde 1983
volvió solo dibujar a Superlópez para la editorial ya intuía la debacle y se
pluriempleó en otras editoriales como Druida, en donde colaboró en la revista
Jauja con series como Los últimos de
Villapiñas, en la revista Rumbo Sur (la serie Viceversa) o en Norma Editorial cultivando el cómic erótico para
adultos en Lascivia, razón por la que
aún los cómics de Superlópez tendrán prácticamente publicación anual. En 1986
muchos dibujantes históricos de Bruguera abandonan la editorial y fichan por
otras y a finales de ese año Bruguera cierra definitivamente. Jan, que se
planteó abandonar el cómic, vio como a principios de 1987 el Grupo Z de Antonio
Asensio compró los fondos editoriales de Bruguera así como los derechos de sus
creaciones dando lugar a Ediciones B, que se comprometió a editar todos los
cómics y publicaciones juveniles de la mítica empresa barcelonesa. De ese modo, Jan
pasa a publicar Superlópez en Ediciones B y así hasta la fecha con más de 50
nuevos álbumes de un personaje ya mítico que se resiste a desaparecer firmadas
por un dibujante veterano que se niega a jubilarse. Termina no obstante la
mejor época de Superlópez, en la que vio traducidas sus historietas a otros
idiomas (al alemán como Super Meier o al danés como Superdan)
Nueva etapa en
Ediciones B (1987-1998)
Ediciones B se convierte en la nueva casa de Superlópez, con
las nuevas aventuras publicadas por episodios en la nueva etapa de la revista Superlópez de 1987 a 1990. Tras la desaparición
de esta revista, los episodios de Superlópez pasan a publicarse a Yo y Yo (1990-1991) y finalmente en Mortadelo Extra (1991-1996), para a
partir de 1996 editarse las aventuras completas directamente los álbumes,
coincidiendo con la desaparición de las publicaciones periódicas de cómics de
Ediciones B. A partir de esta nueva etapa la calidad de las historietas de
Superlópez va descendiendo paulatinamente hasta llegar a la mediocridad muchas
veces. Si bien Jan refuerza el realismo de su obra documentándose cada vez más
tanto en la elaboración de los guiones como en la ambientación de las viñetas y
del dibujo (los entornos y las situaciones son cada vez más realistas aunque
conservando siempre ese tono surrealista y esperpéntico), las historias van perdiendo
interés por la reiteración de la caracterización de los personajes (solo el
personaje de Jaime González experimenta una evolución significativa) y por unos
guiones aunque con premisas a veces interesantes poco definidos al fluctuar
muchas veces entre lo serio y lo humorístico-grotesco. Es cierto la crítica de
la actualidad se acentuará cada vez más llegando a cubrir temas enteros de
álbumes (la droga, las sectas, el juego) pero los seguidores del personaje
comenzarán a echar en falta mayor fantasía, dinamismo, acción e incluso humor.
En otras palabras, Superlópez se hace cada vez más un cómic adulto pero aún no
logra dar con el tono correcto de un cómic humorístico para lectores adultos.
Esta evolución es debida a que no hubo un recambio generacional a finales de
los 80 en los lectores de Superlópez y hasta la actualidad básicamente los
lectores del personaje han sido los mismos…y con más edad. Así mismo, esta
falta de relevo generacional en los seguidores del personaje es achacable a la
crisis que el cómic infantil español lleva viviendo desde principios de los 90:
en la actualidad ya no existe un público infantil (ni adolescente) para el
cómic en un país en donde hasta mediados de los 80 la mayor parte de la
industria tebeística estaba dirigida a niños y niñas.
Al centro de la Tierra (1987) es el primer álbum de esta
etapa, también publicado en la colección Olé. Para muchos críticos, con esta
historia, inspirada en la obra de Julio Verne Viaje al Centro de la
Tierra, comienza realmente la debacle de Superlópez. Con
todo, tampoco está nada mal y aún mantiene el tipo como combinación de aventura
y humor. A partir de Cachabolick Blues
Rock y El Fantasma del museo del Prado (1988) (dos aventuras en un mismo
álbum) se va viendo cada vez con mayor
nitidez que Jan cada vez se toma más en serio su personaje a veces de manera un
tanto improcedente y el humor va perdiendo fuelle. De 1987 a 1998 Jan publicará 24
álbumes de Superlópez a razón de dos por año aproximadamente, pero muy pocos
los verdaderamente interesantes. Cuando se cultiva la crítica social trufada de
surrealismo a lo Lewis Carroll es cuando surgen los mejores álbumes, como En el país de los Juegos el Tuerto es el Rey
(1988) ambientada en el ficticio país de Tontecarlo (spoof de Montecarlo) en
donde sus habitantes no trabajan, solo juegan, pero Superlópez ayudará a un
empresario a montar una “empresa de verdad”
con la ayuda de la juventud del país que se revela también contra el
orden ludópata establecido. Si en este álbum Jan hace una crítica a la
ludopatía en otros la tomará con el consumo y tráfico de drogas (Un camello subió a un tranvía en Grenoble y
el tranvía le está mordiendo una pierna, 1991) la desprotección del medio
ambiente (Los Ladrones de Ozono,
1992, donde también se hace una parodia del descubrimiento de America en pleno
V Centenario) o las sectas (Tyranosaurus
Sect, 1994). Esta última (una aventura muy querida con Jan) junto con En el país de los juegos… y Cachabolick
Blues Rock son de lo más salvable de esta etapa, buenos álbumes pero aún
por debajo de la producción de Superlópez en buena parte de los 80. Hay también
historias más “de aventuras” enmarcadas en realistas escenarios exóticos
internacionales (fruto de los viajes del autor) o algún curioso experimento a
lo “elige tu propia aventura” como La Espantosa, Extraña, Terrorífica historieta de los
Petisos Carambanales y Petisoperías (1989), pero cómics con argumentos tan
flojos como Los Cerditos de Campodrón
(1990) en donde parece primar la ambientación realista de la localidad leridana
de Campodrón sobre cualquier otra cosa, indicaban que las aventuras del
personaje (que a veces eran historias con escasa acción o aventura) no iban por
buen camino. Decir además que en los 90 los cómics de Superlópez pasan de tener
64 páginas a contar con 48.
¿Boda de Superlópez y Luisa? |
La galería de personajes de Superlópez experimentará pocas incorporaciones aunque significativas:
en Los Cerditos de Campodrón aparece
por primera vez Chico Humitsec, un adolescente experto informático y al principio
pelín alocado y conflictivo que se
convertirá en amigo y aliado de nuestro héroe en aventuras posteriores y en
novio de Martha Hólmez, que cada vez va adquiriendo mayor entidad como
personaje; en En el País de los Juegos…
debuta un nuevo villano recurrente Refuller D´Abastos, corrupto primer ministro
de Tontecarlo y peligroso capo de las sustancias prohibidas, las armas
biológicas disparatadas y la tecnología maligna y delirante. En Un Camello…debutó otra malvada
carismática, Lady Araña. En las páginas de los álbumes de esta etapa resurgen
los villanos de La
Semana Más Larga el Dr. Escariano Avieso y Al
Trapone, quienes se aliarán con Refuller D´Abastos y Lady Araña en varias
aventuras hasta la actualidad. Por lo demás. Los personajes existentes como
dijimos evolucionan poco y se hacen cada vez menos originales y sorprendentes. Jaime
se convierte a partir de Al centro de la Tierra en el mejor
amigo de López/Superlópez dejando a un lado su rol de chivato indeseable
chinchador de nuestro héroe. Por otra parte, los números 26 (1995) y 29 (1996)
de la serie Superlópez estaban dedicados a dos nuevos personajes, los Gemelos
Superlópez (Jolín y Jolina supuestos hijos ilegítimos de Superlópez) sin que el
propio superhéroe ni el resto de personajes habituales apareciesen: estas dos
aventuras estaban dedicadas a un público más infantil y en el se trataban de
inculcar de inculcar valores morales y ecológicos, pero ambos álbumes
obtuvieron el mismo escaso éxito que el resto de la serie en aquellos años. En
1998 el número 33 de la colección de las aventuras de Superlópez fue un álbum
especial con motivo del 25 aniversario de la creación del personaje, en donde
además de un par de nuevas historietas de
autohomenaje se incluye material “raro” como la primera historieta con
guión de Efepé de 1975, las viñetas y la “entrevista” al héroe de de la
colección “Oye Mira” de 1981 o planchas
de escasas páginas publicadas en revistas de Bruguera a efectos promocionales.
Ya en 1989 se publicó también El Génesis de Superlópez, un número
recopilatorio que recogía las tiras del libro editado por Euredit en 1973 e
historietas de Bruguera del periodo 1974-1975 con guiones de Efepé, Conti y
otros.
Últimos vuelos
(1999-2013)
Tras cumplir Superlópez 25 años, nuestro particular hombre
de acero barcelonés continúa su caída libre en los 2000 y 2010: álbumes
mediocres y con dibujo menos elaborado que en los 80 y primeros 90 (en parte
por la cada vez mas avanzada edad de Jan), historias cada vez más sosas y mas
pretenciosamente serias con absurda moralina, humor descafeinado…por no hablar
de las paupérrimas ventas de sus álbumes, cada vez más de interés exclusivos de
coleccionistas y fans eternos del personaje que en su mayoría superan los
cuarenta tacos. En 2002, Ediciones B - con una actividad de edición de cómics
ya residual- pasa a editar los álbumes del personaje en una nueva colección,
Fans, dirigida a un público adulto (en definitiva, el público de los cómics en
la actualidad), reeditando además allí los números antiguos. Desde 2010 la
serie se edita en la colección Magos del
Humor junto con comics de históricos de la casa como Mortadelo y Filemón y
compartiendo numeración. La nueva etapa, sin embargo, empieza en Olé con Otra Vez Lady Araña (1999) y hasta 2013
el ritmo de producción ha seguido siendo de dos álbumes por año y a pesar de
que el público del héroe es muy reducido…pero fiel. El ya septagnario Jan
mantiene con vida a Superlópez tal vez por que su culto aún no ha decrecido
(los admiradores del personaje le siguen amando aunque reconocen que sus
mejores cómics son los de los 80) y de vez en cuando las nuevas generaciones
descubren con entusiasmo sus aventuras. Muy solicitado en salones, festivales y
jornadas del cómic en los últimos años (en 2002 recibió el Gran premio del
Salón del Cómic de Barcelona) y activo en buena parte de los 90 y 2000 con
otros personaje y series en B y en otras editoriales, el viejo Jan se mantiene
fiel a su más lograda criatura con títulos en donde se acentúa la parodia de la
actualidad y un tono crítico y adulto que sin embargo sigue situando al
personaje en una tierra de nadie temática (¿sátira?, ¿parodia?, ¿acción?) que
de nada favorece en la recuperación del interés por el personaje en incluso
seguidores de los primeros álbumes.
No se puede decir que en los últimos 15 años haya habido
ningún álbum de Superlópez digno no ya solo de alabanzas sino de interés.
Ahora, el superhéroe paródico se ve envuelto en historias relacionadas con Internet,
las hipotecas, el abuso del consumo de teléfonos móviles, el botellón, la
crisis, en un intento de poner al día al personaje. Jan hace ahora uso de las
nuevas tecnologías para el coloreado de sus álbumes, pero el dibujo es ya más
sencillo y menos atractivo, sin el encanto de aquellas delirantes ilustraciones
que parecían salirse de sus viñetas redondeadas y aquellos gestos y rasgos
histriónicos de sus personajes con los textos de los bocadillos escritos a
mano. Si bien es cierto que el dibujante y guionista se esfuerza por hacer evolucionar
a sus personajes (Superlópez luce sienes canosas, Martha y Chico pasan de ser
adolescentes irresponsables a ser un matrimonio de adultos con una niña, Judit),
no se aprecia mucho cambio en sus motivaciones y comportamiento, así como las
aventuras del personaje siguen siendo más de los mismo. Los Recortaplanetas (2013) y Otra
vez el Supergrupo (2013) este con guión de Francisco Perez Navarro “Efepé”
más de 30 años después y en donde se recupera al mítico Supergrupo en una
operación de revivalismo mitómano fácil, son los últimos álbumes de Superlópez
hasta la fecha y coincidiendo con el 40 aniversario de la creación del
personaje.
El futuro
Como Jan asegura, su imaginación no se ha acabado todavía y
la continuidad de Superlópez depende de sus lectores. Dado el ritmo de trabajo
del dibujante de 74 años y su intención de seguir viviendo de el durante un
tiempo, parece posible tener a Superlópez, uno de los mas brillantes personajes
humorísticos de la historia del cómic español, al menos unos cuantos años más. Continua
siendo uno de los personajes del noveno arte en España más queridos y
conocidos, y sus álbumes más famosos y de mayor calidad (La Caja de Pandora, Los
Cabecicubos, La Semana Más Larga) son cómics de culto para
críticos, entendidos, coleccionistas y aficionados de la historieta en España. Los
intentos por llevar al personaje a la gran pantalla en la década de 2000 han
sido varios pero infructuosos pese a algún proyecto serio y las campañas de sus
fans por que esto ocurra, proponiendo incluso reparto para los diferentes
personajes. El propio Jan siempre se ha mostrado escéptico y exigente ante
cualquier adaptación a la pantalla (grande o pequeña) de su creación, sea en
imagen real o animación. Hoy por hoy solo se ha realizado un cortometraje de
animación por ordenador sobre el personaje
Superlópez y el Robot de Bolsillo (2003) dirigido por Enrique Gato, creador
de Tadeo Jones, un personaje del que
Jan ha dibujado adaptaciones al cómic de sus aventuras animadas. En 2013 se
anuncia por fin el rodaje de una adaptación al cine de Superlópez, que será
dirigida por Alex de la
Iglesia con José Mota como Superlópez. Buenas noticias.
Un personaje fundamental para entender el cómic de humor en
España. Es un pájaro, es un avión…es Superlópez, una maravillosa historieta que
logró fusionar el humor costumbrista ibérico, el surrealismo, la parodia de
diferentes medios (el cine, la literatura, el cómic, las leyendas populares),
la sátira, la crítica social, la fantasía y la aventura con una parodia de
Superman como engañoso trasfondo y creando un humor intergeneracional,
ingenioso, ácido y de regusto universal. Una joya que cumple 40 años que
merecen ser celebrados por todos los que un día disfrutamos de sus delirantes
aventuras. ¡Feliz cumpleaños, Superlópez!
En el año 2022 la serie fue cancelada tras su despedida por las nulas ventas.
ResponderEliminarEl personaje que nunca se recuperó del fin de editorial Bruguera termina tras 30 años de estirar el chicle que dejó de tener sabor tras su última aventura la gran superproducción...