**
Una
ocasión desaprovechada. Si el fin era hacer resurgir para el cine a un
personaje mítico como Superman con una película (a la que se supone seguirán
otras más) que debía de ser un referente para una nueva generación como ya la
fue la saga de los 70 y 80 encabezada por la ya clásica Superman The Movie de Richard Donner, se ha fracasado. Esta The Man of Steel con un presupuesto
generoso, efectos especiales de la última generación y la dirección de un
interesante adaptador del cómic a la pantalla como Zack Synder (300, Watchmen)
pretende ser un reboot como dios manda de la franquicia cuyos derechos
cinematográficos posee desde los 70 Warner Bros, tras la fallida experiencia de
Superman Returns (2005) con la historia
de nuevo contada desde el comienzo (el origen de Superman) y aparentemente con
una intencionalidad mucho mas ambiciosa que el filme de los 2000 sobre el más
famoso superhéroe pero la cosa se queda en agua de borrajas. En realidad, el
filme parece haber sido concebido y filmado como la magna (y definitiva) respuesta
de la editorial DC Comics a las continuas producciones sobre los superhéroes de
la otra gran compañía creadora de superdotados en mallas, Marvel, con su
personaje estrella por bandera y lo cierto es que en no pocos momentos The Man of Steel parece una copia estética e incluso argumental
de las adaptaciones marvelianas. Con un muy mal trabajado equilibrio entre el
drama humano psicológico (la difícil asunción del propio héroe sobre su
identidad y su destino) y el espectáculo épico, al final la película pese a
algunas virtudes termina siendo un pastiche poco convincente y demasiado
histriónico.
Pese
a que se nota un montón que la película ha tomado como modelo el entre naïf y
épico espíritu del Superman de Donner de 1978, en realidad todo se queda en un
simple homenaje pese a los esfuerzos por
desarrollar una historia con estilo propio y personalidad. En ese sentido, lo
mejor de la película esta en su media hora inicial ambientada en el planeta
Krypton y en los primeros años del héroe en Smallville (otra feliz coincidencia
con aquella exitosa versión): en el primer escenario concretamente asistimos a
los mejores momentos de la película con un imponente Krypton con una estética
entre el Dune de David Lynch y el universo de fantasía épica de Robert Howard y
un muy convincente Russel Crowe como Jor-El, el padre de Kal-El / Superman,
mientras que poco después asistimos a la infancia y adolescencia de Clark Kent
(completada luego mediante flashbacks) con un tono más sombrío y realista que
melodramático y unos competentes Kevin
Costner y Diane Lane como los Kent. Tras la también acertada reinterpretación
del paso de Clark a Superman (tal vez sobrecargada de juegos de guión
innecesarios) la película comienza a caer en picado desde que hace acto de
aparición para confrontarse con el héroe el villano General Zod (Michael
Shannon) y es entonces cuando el guión avanza como una exhalación dejando
multitud de agujeros a su paso, a Henry
Cavill (el primer Superman británico de la historia) se le ve perdido en no
pocas ocasiones y una oleada de combates, luchas, explosiones, desastres y
desmanes varios convierten el filme en poco más que un videojuego de matar y
darse de leches.
La
sensación final es de un mal megamix de los clásicos Superman y Superman II
con una visión pretendidamente contemporánea, un improcedente escoramiento
hacia el cine de catástrofes y un exceso de pretensiones. Desde luego no es el
mejor comienzo para una nueva saga y la verdad es que la siguiente entrega
tendrá que mejorar en muchas cosas -trazar mejor la relación entre Lois Lane
(Amy Adams) y Superman, por ejemplo- y aunque Henry Cavill no sea una mala
opción del todo para encarnar a uno de los más míticos personajes de ficción
del siglo XX. Mucho ruido y pocas nueces para lo que es en realidad una simple
película de verano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario