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La
relación entre máquinas y personas. Una historia de amor extraña y diferente.
Un futuro próximo. Unos ingredientes argumentales que han dado lugar a una película no solo lograda
al cien por cien sino fascinante, envolvente y singular. Es la nueva propuesta
de ese genio -no suficientemente valorado- del séptimo arte que es Spike Jonze (Como ser John Malkovich, Adaptation, Donde viven los monstruos) un director con un gran dominio de la
imagen además de ser un narrador sensible, genial y más que original. Solo a un
director de su valía le puede salir bien un melodrama tan excéntrico como esta
historia futurista enmarcada en una sociedad venidera sin un límite definido
entre lo utópico y lo distópico en donde la tecnología de la comunicación y de
la informática ha facilitado tanto las cosas que ya no hay excesiva diferencia
entre la gente y las máquinas, siendo estas últimas capaces de proyectar
sentimientos perfectamente humanos y sin que el ser humano, como mensaje más
positivo, haya perdido un ápice de humanidad. Un hombre de 40 años, Theodore
(excelente Joaquin Phoenix) trabajador en una compañía de redacción de cartas -escritas
con ordenadores del futuro sin teclado guiados por la voz- tras una tormentosa relación emprende una
arriesgada pero sincera relación con Samantha, la voz inteligente y sensitiva
del nuevo sistema operativo de su PC. Solo guiado por su corazón, sus deseos,
sus anhelos y su afán de superación de frustraciones encontrará en esa criatura
cibernética, incorpórea y cuya
esencia-origen resulta casi incompresible para
ella misma, el más puro de los sentimientos. Pero no será nada fácil
mantener tal historia en un mundo el que se nos presenta en este filme en donde
todo está de vuelta para el ser humano.
Con
una curiosa estética entre colorista, kirsch, doméstica y high-tech de perfil
bajo y un sinuoso pero envolvente estilo narrativo puesto al servicio de una
atmósfera new age un tanto premeditadamente impostada y tramposa, Her es una
película con muchas lecturas que posiblemente en cada nuevo visionado desvele
al espectador algún elemento nuevo. Ya el hecho de que una premisa extravagante
llegue a ser aceptada por el receptor de la historia no ya solo como algo
natural sino como algo finalmente emotivo y conmovedor (aunque posiblemente no
todo el mundo terminará con esa sensación) es un triunfo total para una
película que consigue su propósito fundamental mediante el arte de contar una
historia de manera clara pero compleja y utilizando excelentemente diferentes
códigos (melodrama, comedia, ciencia ficción, crítica social contemporánea y su
proyección futura) Dentro de sus múltiples mensajes hay uno ambiguo que
sobresale especialmente: algún día la tecnología nos salvará de la soledad, que
también puede ser leído como la tecnología nos aislará, pero luego se redimirá.
Con una brillante puesta en escena y momentos cinematográficamente sublimes, este
filme se antoja como uno de los mejores de un año que acaba de empezar. Es de
mencionar que Joaquin Phoenix tal vez haya hecho uno de los mejores papeles de
su carrera mientras que Scarlett Johannson, que pone voz a Samantha en la VO,
estuvo considerada a la nominación al oscar a mejor actriz aunque se desestimó
su candidatura al no aparecer su imagen ni en un solo fotograma. Una
delicatessen que cualquier cinéfilo no debería perderse.
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