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Después
de un inicio algo decepcionante, está remontando el vuelo la saga reboot de la franquicia El Planeta de los Simios, aquella que a
finales de los 60 y principios de los 70 basándose en una novela de Pierre
Boule revolucionó el cine de ciencia ficción. Tres años después de El Origen del Planeta de los Simios
conocemos las nuevas andanzas del inteligente chimpancé Cesar (Andy Serkis, que
como el resto de actores que interpretan a los simios ha interpretado a su
personaje por motion capture) que ha creado en un bosque a las afueras de San
Francisco toda una comunidad de chimpancés, gorilas y orangutanes ya con
inteligencia casi humana y capaces de comunicarse con lengua de signos e
incluso de articular palabras viviendo como hombres primitivos mientras la raza
humana agoniza por una pandemia que ha diezmado a la población y que trata de
organizarse como puede en un entorno planetario devastado por las últimas
guerras humanas. Con un tono mucho más moral y filosófico que su predecesora y
poca concesión a golpes de efecto fáciles, la película convence por su buen
pulso narrativo y por la sobriedad de una historia interesante (aunque
predecible) trufada de cuestiones morales, antropológicas y sociológicas que
viene a poner en duda- aunque de manera superficial- la relación de los eres
humanos con la naturaleza y consigo mismos a veces utilizando a los simios como
vehículo de expresión y otras a los propios humanos, así como algunas
cuestiones antropológicas como el origen de las guerras y los conflictos
marcados por el odio parecen tratar de explicarse aquí con el ejemplo de una
nueva e inocente sociedad primitiva, la de los simios, que trata de abrirse
camino en el planeta tierra. Pese a todo, siempre hay que tener presente que la
película está planteada desde el más puro entretenimiento y en ese sentido el
filme de Matt Reeves cumple con creces su cometido.
Con
una buena puesta en escena, una cuidada fotografía y un uso inteligente de los
efectos especiales infográficos y del motion capture, El Amanecer… plantea el conflicto entre humanos y simios (que se
supone desencadenará la aniquilación total de los primeros) como una lucha en
donde los propios primates aprenderán a convivir con nuevos conceptos para
ellos como el odio entre semejantes, el odio al diferente, la venganza, la
tiranía y la guerra. El personaje de Cesar actúa como catalizador de las
diferentes opiniones y sensaciones de los simios ante la intromisión de los humanos
procedentes de la colonia de supervivientes de San Francisco en su territorio,
con el vengativo e impulsivo simio Koba (Toby Kebbell) como antítesis de todo
lo que defiende Cesar, aunque al final el resultado que se nos muestra del
conflicto sea bastante tópico. Si en su primera mitad de metraje el filme se
detiene tal vez demasiado y no muy convincentemente en mostrarnos los avatares
de la sociedad de los simios y de las penurias de los humanos produciendo
cierta sensación de reiteración, en la segunda mitad la película retoma vuelo y
muestra sus mejores cartas avanzando hacia el desenlace con momentos de cierta
épica. Es de mencionar lo bien que están rodadas y presentadas las escenas de
guerra entre simios y humanos rodadas como escenas de películas bélicas al uso
y sin la parafernalia visual y empacho de efectos de las escenas de acción del
cine-espectáculo. Una buena opción de cine de verano, evasivo pero con mensaje.
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