El nacimiento de Pif el perro
En 1946
José Cabrero Arnal comienza a trabajar como humorista gráfico y dibujante de
historietas para L´Humanité, el
periódico oficial del Partido Comunista Francés. Allí comenzó a publicar tiras
dirigidas al público adulto con cierto contenido político (Clopinet, Bouldegomme et Zépherin).
Muy poco después fue requerido para colaborar con Vaillant, un semanario infantil creado en 1945 por miembros de al Resistencia Francesa. Allí
Cabrero Arnal -con la firma de C. Arnal- creará una nueva serie, Placid et Muzo, un zorro y un oso con
aventuras propias de pareja cómica al estilo de Laurel & Hardy. Sin salirse
del estilo gráfico que cultivó en los años 30 los dibujos de Arnal se van
haciendo paulatinamente más detallados y los gags son más chispeantes e
ingeniosos con ciertas dosis de costumbrismo dentro de un mundo fantástico de animales
antropomórficos. En 1948 L´Humanité le pide crear una historieta
destinada al público infantil y entonces es cuando nace el 28 de marzo de 1948
una leyenda del cómic europeo, Pif le
chien. Inicialmente, en las páginas de este periódico, Pif era un perro
doméstico propiedad de una familia de clase trabajadora formada por un padre,
una madre y un hijo, pero tenía la facultad de hablar y de comportarse como un
ser humano trayendo de cabeza a sus dueños con sus ocurrencias y su afán por
ayudarles no siempre de la mejor manera posible dentro de en un entorno en
donde los personajes bascaban solucionar problemas típicos de la postguerra
como la búsqueda de comida o de empleo. Marrón y amarillo y con reminiscencias evidentes
de personajes de dibujos animados (ahora el estilo de Arnal era más de Warner
que de Disney) Pif era una variante gráfica del perro Top creado por el
dibujante en su etapa española en los años 30. Por otra parte, al dibujante se
le niega la nacionalidad francesa, principalmente por su trabajo en un medio
comunista. Cabrero Arnal nunca obtuvo la nacionalidad española.
El éxito
de Pif fue enorme y ya a principios
de los 50 era el personaje de cómic mas popular de Francia pese a aparecer en
un periódico ideológicamente tan concreto como L´Humanité. Arnal había dejado de dibujar a Placid et Muzo en Vaillant
para centrarse en las andanzas del descacharrante can, que en 1950 contará con
la amistad del gato Hercule (Hércules), un hiperactivo y alocado minino blanco
y negro con el que compartirá aventuras y protagonista en los años sucesivos
hasta convertirse en una pareja inseparable y emblemática del tebeo francés del
siglo XX. En 1952 Cabrero Arnal deja L´Humanité
para instalarse en Vaillant a donde se
llevó a Pif, que abandona definitivamente a su familia humana y se
“independiza” para vivir en un mundo donde humanos y animales confraternizan y
viven juntos disparatadas situaciones. Vaillant
se estaba convirtiendo en un magazine de referencia en el cómic francés, el
cual estaba despegando con creaciones que nada tenían que envidiar a los
productos anglosajones. Pif en poco tiempo se convirtió en la estrella del
semanario, apareciendo en la cabecera de la revista y dando nombre a la sección
de pasatiempos. A partir de 1954 las historietas de Pif se publicarán en la
portada de Vaillant. Con un humor blanco e inocente pero con mensaje, Pif y su
amigo Hércules (con el que parecía que se llevaba a matar pero en realidad eran
grandes amigos y aliados) rivalizaban en sus propósitos descabellados, vivían
viajes y aventuras increíbles entre lo cotidiano y lo fantasioso y en
definitiva, entretenían y entusiasmaban a los niños y niñas de toda Francia
durante buena parte de la década de los 50 en un país dispuesto a olvidar la
amargura de la II Guerra
Mundial como prácticamente toda Europa. Un hombre que había estado al borde de
la muerte y había vivido auténticas penosidades se estaba convirtiendo en el
dibujante y guionista más conocido de
Francia con una obra que rezumaba optimismo, alegría y colorido y sin ninguna
nota política pese a la filiación comunista del medio donde se publicaban las
historietas. Decir que en Vaillant además de Arnal también publicaron grandes
del cómic francés como Paul Gillon o Raymond Poivet.
Pif Gadget y El triunfo de Pif
A finales
de los 50 y principios de los 60 José Cabrero Arnal convierte a Pif en un
fenómeno social con multitud de juguetes y artículos de merchadising con su
efigie o la del gato Hércules. Aún Asterix
de Uderzo y Goscinny no se encuentra en la cima de su popularidad (esto
ocurrirá a mediados de los 60) y por el momento Pif es el personaje de cómic de
Francia por excelencia. Aunque en el cómic francés se estaban poniendo ya de
moda las historietas con continuación publicadas en revistas y que posteriormente
se recopilaban el álbumes y el magazine Pilote era ya la revista de cómics más
popular de Francia, Pif y la publicación Vaillant
gozaban de una inmensa popularidad aunque el tipo de dibujo de Arnal y su
querencia por los Funny Animals le
alejaban de una escuela franco-belga en alza y con tendencia al cómic de
aventuras, ya bien sean realistas o humorístico-caricaturescas.
En 1965
Vaillant pasó a llamarse Vaillant, le
Journal de Pif (el Períódico de Pif) consolidándose allí las historietas de Pif y
su peculiar universo: el sufrido Hércules y su esparadrapo rojo en el hocico, Pifou
el hijo de Pif o el malvado supervillano Krapulax que introducirá en la serie un elemento
aventurero muy sugerente aunque todo siempre tamizado por el humor y el surrealismo.
Además de publicarse en otros países francófonos como Bélgica y Suiza, los
cómics de PIf comienzan a editarse a finales de los 60 en países como Italia o Alemania, pero nunca
alcanzarán la popularidad obtenida en el país galo. En 1969, los directores de
la revista, conscientes de que Vaillant,
le Journal de Pif – aún regido por personas de ideología izquierdista-
debía de ofrecer algo diferente al ya superpoblado mercado comiquero francés,
deciden ampliar su formato a más páginas, aumentar la tirada y contratar a
nuevos dibujantes con nuevos personajes y series ya que hasta el momento la
revista estaba demasiado centrada en Pif. Será no obstante Pif el estandarte
absoluto de esta nueva etapa, ya que el 24 de febrero de 1969 le Journal de Pif pasa a llamarse Pif
Gadget aunque conservando la numeración que se inició con Vaillant. Dos novedades principales eran el principal atractivo de
la cabecera: la apuesta por historietas autoconclusivas en lugar del
“continuará” de la mayor parte del cómic francobelga, y sobre todo los
sencillos juguetes de regalo que el semanario ofrecía en todos sus números:
peonzas, aviones pequeños, sencillos juegos de montar…
Pif Gagdet aparecía
todos los jueves y en los 70 se convirtió en todo un fenómeno editorial siendo
la revista semanal de cómic más vendida en Francia. Su tirada llegó a oscilar
entre los 700.000 y el millón de ejemplares. Fue la revista favorita de la
chiquillada francesa que disfrutaba con las aventuras de Pif y del resto de
personajes de la publicación y se lo pasaba pipa con los gadgets que regalaba. Pif
Gagdet en un número podía prescindir de las aventuras de Pif u otros
personajes y publicar mini-álbumes
completos de una determinada serie al mismo tiempo que otras semanas se
publicaban series con historietas más cortas. En los 70, la época dorada de Pif Gadget, publicaron Hugo Pratt (su
mítico Corto Maltese), Marcel Gottlib
(Gai-Luron), Nikita Mandryka (Les Aventures potagéres du concombre masqué)
y otras series emblemáticas del cómic francés como Rahan, Les Pionniers de
l´Espérance o Arthur le Fantome
Justicier. La revista, como muchas otras en Francia, ofrecía una
interesante combinación de tipos y estilos de cómic que la hacían un objeto
preciado para diferentes públicos. Pese a la calidad del resto de series, las
historietas de Pif continuaron siendo la estrella de Pif Gagdet hasta la muerte de Arnal.
El 6 de
abril de 1970 Pif Gagdet consiguió
una tirada de un millón de copias con su número de aquella semana, algo que se
repitió en septiembre de 1970. Ambos records continúan vigentes como el mayor
número de cómics vendidos en Europa. La media de ejemplares vendidos cada
semana de la revista en Francia era de más de 700.000 ejemplares. A mediados de
los 70 la revista se empezó a publicar en Suiza y en Bélgica y se hicieron
versiones para los países de Europa del este, algo insólito en la época de la
guerra fría en donde los países de Europa occidental no veían factible ningún
tipo de relación comercial con los miembros europeos del “Bloque Comunista”.
Obviamente, la ideología comunista de Pif
Gadget influyó en esto y así países como RDA, Rumanía, Hungría o Polonia
pudieron disfrutar por vez primera de un cómic de la Europa occidental. En lo
que a las aventuras de Pif respecta, estas siguieron igual de frescas de
siempre con las nuevas correrías y catástrofes de Pif y Hércules, si bien la
fórmula ya daba muestras de agotamiento. Desde la segunda mitad de los 70
Arnal- al que buena parte del público tomaba erróneamente como un francés de
posible nombre “Claude Arnal”- comienza a padecer problemas de salud y recurre
entonces a diversos ayudantes que comienzan a dibujar y guionizar historietas
de Pif completas. A finales de los 70 llegarán a las páginas de la revista
dibujantes de gran valía como el español Alfonso Font (Los Robinsones de la
Tierra)
Redescubriendo a Cabrero Arnal
En 1978 la
editorial española Tuc S.A editó la versión en español de Pif Gadget titulada Pif.
Era la primera vez después de la Guerra
Civil española que cómics de Cabrero Arnal se publicaban en
España. El dibujante estaba completamente olvidado en su país de nacimiento e
incluso los creadores y aficionados al cómic españoles más jóvenes pensaban que
era un autor francés. El Pif español tenía bastantes menos páginas que su
homólogo francés pero regalaba también los célebres Gadgets (“cada semana un
juguete distinto”, rezaba el slogan) La edición española no obtuvo éxito y
desapreció en 1979 tras 37 números. A principios de los 80, Arnal ya apenas
dibuja a causa de su salud, con las historietas de Pif realizadas por otros
artistas. El 7 de septiembre de 1982 fallece en Antibes, un día después de
cumplir 73 años. Su muerte fue apenas reseñada en la prensa francesa: en
realidad, poco se había llegado a saber sobre él en su país de adopción: había
concedido pocas entrevistas y no se dejaba ver demasiado por salones del cómic
y actos públicos, aunque sus creaciones con Pif a la cabeza seguían gozando de
enorme fama en Francia. Desde su exilio en el país galo a finales de los años
30 José Cabrero Arnal jamás regreso a España, donde él y sus tebeos franceses
eran casi unos completos desconocidos y ni siquiera la fallida publicación de
Pif en España pudo cambiar la situación. Las historietas de Pif se siguieron editando en Pif Gadget-
junto a reediciones de planchas antiguas firmadas por Arnal- dibujadas y
escritas por otros artistas y guionistas; mientras el creador había muerto la
criatura había alcanzado la inmortalidad. Pif Gadget estuvo publicándose hasta
abril de 1993, pero la revista ya había entrado en una imparable decadencia
desde mediados de los 80 al tiempo que las ediciones publicadas en los países
del este de Europa fueron desapareciendo fruto de los repentinos cambios que estos países
experimentaron desde finales de los 80 con la caída del bloque comunista: y es
que una revista comunista en su origen, por muy dirigida al público infantil
que fuese ya poco futuro tenía a finales
del siglo XX. Para entonces, La revista Pif había comenzado a incluir cómics
serializados contraviniendo los propósitos de sus orígenes, que era ofrecer
historietas completas.
Tras su
muerte, la figura de José Cabrero Arnal fue cayendo en el olvido en Francia,
aunque Pif siempre se ha seguido considerando un personaje emblemático del
cómic francés. No obstante, los cómics de Pif comenzaron a ser infravalorados
por parte de algunos sectores de la crítica especializada por su carácter
eminentemente infantil y esto hizo mella en la valoración en su justa medida de
Cabrero Arnal. En 2004 hubo un intento de revivir Pif Gadget, pero tres años
después la compañía editora fundada para la ocasión (Pif Editions) quebró. Con
todo, Pif y Cabrero Arnal nunca dejaron de tener sus defensores entre las
gentes de la historieta y el público en general y desde la década de los 80 fueron
muchos los que le dedicaron artículos y glosaron la influencia de Pif en su infancia
constatando además que Cabrero Arnal contribuyó decisivamente al boom del cómic
franco-belga después de la II Guerra
Mundial. En España varios autores y periodistas empezaron a interesarse por
Cabrero Arbal desde mediados de los 80 rescatando y valorando su obra en la
II República española y descubriendo la
increíble biografía del artista, bastante desconocida en Francia por entonces. A partir de finales de los 80 en Francia se
empieza a valorar a Arnal en su justa medida (se llega a hacer una serie de
dibujos animados sobre el personaje) y en el momento actual ya es considerado
uno de los grandes del cómic francés a la altura de Hergé, Uderzo o Goscinny. En
España, historiadores e investigadores del cómic se esmeran desde la década de
2000 en divulgar la obra española de Cabrero Arnal en exposiciones, páginas web
o reediciones de sus cómics de los años 30, así se han editado en un solo
volumen Guerra en el país de los insectos,
sus curiosas historietas sobre una guerra entre insectos aparecida en la revista
Pocholo y álbumes recopilatorios del
perro Top y de Paco Zumba. En 2011 el profesor de Historia y dibujante francés
Phillippe Guillen, nieto de exiliados aragoneses, publicó la primera biografía
de José Cabrero Arnal :José Cabrero Arnal. De la
République espagnole aux pages de Vaillant, la vie du
créateur de ‘Pif le chien’ escrita tras
un minucioso proceso de investigación que le llevó a entrevistarse con
familiares españoles del dibujante y amigos y conocidos, varios de ellos
también exiliados españoles. Guillen entre otras cosas llegó a averiguar el
verdadero lugar de nacimiento del dibujante que siempre se había creído que fue
Barcelona
En 2015 ya
muchos aficionados al cómic conocen quien fue en realidad José Cabrero Arnal,
un superviviente del horror que parecía abocado al olvido después de su muerte
pero que afortunadamente no ha sido así: un hombre sencillo, vitalista y genial
cuyas ganas de vivir le ayudaron a sobrevivir a guerras, a campos de exterminio
y al hambre y que se convirtió en una de las primeras figuras de éxito masivo
del cómic francés, una de las principales potencias mundiales del noveno arte.
Y sirva también esta semblanza de un gran dibujante y humorista radicado en Francia para mostrar la indignación de rayosc con los bárbaros atentados contra la revista Charlie Hebdo. Una persona como Cabrero Arnal se habría indignado también
Hace poco tiempo descubrí el arte de este genial Dibujante. Y es que, de pequeño, ya veía los dibujos animados llamados Pif y Hercules que sin saberlo eran obra de Cabrero Arnal.
ResponderEliminarNo sé cómo has sido capaz de recoger tanta información sobre alguien que, como bien dices en tu post, ha sido olvidada casi por completo.
Me encantaría hacerme con su obra completa pero tras buscar por los lugares que conozco, me ha sido imposible dar con algo físico que haya publicado...¿tú sabrías dónde se puede conseguir algo?
Me ha encantado tu artículo y me gustaría seguirte en las redes sociales a ser posible. Un saludo y gracias.
Desde la Cooperativa Cultural Rocaguinarda, estamos preparando un libro ilustrado y con muchos documentos gráficos en homenaje a nuestro antiguo vecino José Cabrero Arnal. Pensamos que aparecerà per Sant Jordi del año próximo en que se cumpoliran 40 años de su fallecimiento. Si estais interesados escribirnos a: coop@rocaguinarda.org
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