viernes, septiembre 18, 2015

UN DIA PERFECTO / RICKI (RICKI AND THE FLASH)



UN DIA PERFECTO




 ** y 1/2




El intento de Fernando León de Aranoa de dar un salto cualitativo hacia un cine con vocación más internacional sencillamente no ha dado el resultado esperado.  Ampliando su registro temático de la problemática social y económica española - que quedó retratada en Barrio o Los lunes al sol, cintas ya emblemáticas del cine español de los últimos años- hacia temas que sin dejar el docudrama y el apunte verista tienen un alcance geográfico más global, el realizador madrileño se ve poco atinado en Un día perfecto, una cinta española rodada en un inglés con un eficaz reparto internacional con estrellas de Hollywood incluidas y ambientada en la guerra de los Balcanes de los años 90. No parecía a estas alturas muy propicio volver la mirada a aquel funesto conflicto bélico que ya originó varios filmes pero lo cierto es que esta trata de ser algo más que una película bélica que nos cuenta una historia mil veces oída, sino un esforzado retrato de los avatares del esfuerzo humano en situaciones límite no exento eso sí de la esperable denuncia de los desastres de la guerra. Tomando como partida una novela de Paula Farias, León de Aranoa ha trazado una película irregular donde pese a que el drama se alía excelentemente con la comedia falta emoción, credibilidad, mayor desarrollo de los personajes y un retrato un poco más certero de la contienda bélica en la antigua Yugoslavia, aquí reducida a un escenario apenas explicado y eso deja cojo al filme a la hora de matizar sentimientos y motivaciones de los personajes y determinadas situaciones. Un desarrollo lineal con elementos de western y de road movie que solo a  ratos logra enganchar y en donde se suceden momentos inspirados y otros de mero relleno.  



Un pozo con un cadáver en una población en plena guerra desencadena la acción cuando un grupo de cooperantes de varios países ante la rotura de la cuerda que utilizaron previamente para sacar el cadáver deciden recorrer la zona más próxima  para ir a buscar otra cuerda en una búsqueda que será todo menos sencilla. Mambrú (Benicio del Toro), un puertorriqueño que se erige involuntariamente en jefe de la misión, B (Tim Robbins) nortemericano, Sophie (Mélanie Thierry) francesa, Katya (Olga Kurylenko) rusa, junto con el intérprete bosnio Damir (Fedka Stukan) y un niño abandonado por sus padres ansioso por recuperar su balón en la casa en donde vivió (Eldar Residovic) serán los protagonistas de una historia a ratos entretenida pero muchas veces tediosa y predecible. No hay nada que reprochar al multinacional elenco interpretativo que funciona compenetrado y entregado pero sus personajes, apenas esbozados con historias de fondo pésimamente tratadas no dan para más (hay algunos como el de Sergi López que no pintan demasiado en lo que no es poco más que un cameo del actor catalán). La puesta en escena ágil y dinámica y un potente montaje perfectamente adecuado para este tipo de películas (ayuda mucho además el poder haber transformado un agreste paisaje granadino en una árida zona de guerra en los Balcanes) no logran enderezar un filme irregular y fallido pese a sus muy buenas intenciones. Una importante revalida cinematográfica debido a la ambición económica y temática de este filme que Fernando León de Aranoa por desgracia no ha pasado y ya es su segundo traspiés desde Amador (2010). Veremos si se va recuperando.        




 

RICKI (RICKI AND THE FLASH)





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En los últimos años cada vez que Meryl Streep hace comedia nada bueno puede esperarse de la calidad de sus películas. La veterana e hipergalardonada actriz parece últimamente abonada a comedias destinadas a un público familiar tendiente a la mediana edad (es decir, a los padres y madres de las familias) en productos tan inofensivos como esta Ricki and the Flash, un vehículo para su lucimiento en donde la intérprete nos muestra sus dotes canoras interpretando a una vieja rockera que realiza bolos en bares mientras su ex marido e hijos adultos hacen sus vidas aparentemente normales y respetables al margen de la irresponsabilidad de la susodicha Ricki. Un papel que la actriz interpreta correctamente en un conjunto en donde sobre predecibilidad, moralina y chistes con poca gracia. Jonatahan Demme, en otro tiempo un director apreciable (El Silencio de los Corderos, Philadelphia) pierda el tiempo y el norte con esta nada convincente mezcla de comedia y melodrama familiar con algun leve apunte musical – un pobre reencuentro de Demme con la música después de haber dirigido multitud de videoclips en los 80 y 90 además de documentales musicales como el mítico Stop Making Sense (1984) con Talking Heads)- que solo sirve para pasar el rato.    



A Streep le secundan en este filme Kevin Kline, el televisivo ochentero y rockero Rick Springfield o su propia hija, Mamie Gummer, clavadita a su madre y con bastante madera de intérprete versátil como su progenitora. El filme es una sucesión de enredos familiares, malentendidos predecibles y un muestrario manido de los efectos del regreso de una madre peculiar y disfuncional a un hogar que aspira a la armonía pero que también tiene sus miserias. Solo para fans de Meryl Streep.  

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