****
J.A
Bayona se está consagrando como uno de los mejores realizadores españoles del
momento y además con una enorme proyección internacional, algo que ya apuntó con
el logrado terror psicológico de El
orfanato (2007) o la un tanto pretenciosa Lo Imposible (2012). Ya con un pie en Hollywood- va a dirigir la
nueva entrega de Jurassic Park- el mayor peligro es que este director se
estandarice en la industria norteamericana, una vez disipados los temores de
que caiga en la autocomplacencia y la mediocridad como otros directores
españoles que en su día se encontraron en una situación similar como Alejandro
Amenábar, ya que los argumentos cinematográficos del realizador catalán son de
mucho más peso. Pero dejando a parte lo que pueda ocurrir en un futuro hay que
disfrutar de Un Monstruo viene a verme,
una producción española con notable participación norteamericana rodada en el
Reino Unido en inglés y con la mayor parte del reparto británico. Basada en una
sugerente novela para niños y adolescentes de Patrick Ness- que además firma el
guión- , el filme resulta hasta el momento la mejor película de género
fantástico que se haya producido en España. Una historia de maduración centrada
en un chaval de 12 años, Conor (Lewis McDougal) que tiene que afrontar la
enfermedad terminal de su madre (Felicity Jones) y lo que parecen los últimos
días de ella en medio de otro drama personal, el del bulling que recibe por
parte de compañeros de colegio, además de la ausencia de su padre (Toby Kebell),
divorciado de su madre desde hace tiempo.
La llegada de una abuela estricta y severa (Sigourney Weaver) no
facilitará precisamente las cosas. Confuso y aterrado por las circunstancias,
Conor sueña con que el tejo junto al cementerio de su pueblo cobra vida y se
convierte en un ser que el mismo ha inventado y dibujado, un monstruoso gigante
arbóreo que se le aparecerá a Conor a una hora señalada durante días sucesivos
contándole historias con descorazonadoras moralejas.
Hay
que tener en cuenta que la historia es una mera fábula, tan sencilla como
profunda y sugerente al mismo tiempo, por lo que no procede que nadie se espere
un guión excelso e intrincado. No es una historia apta para criaturas menores
de 10 años pero es un relato que adultos pueden disfrutar siempre y cuando se
despojen de prejuicios y mantengan una pulcritud infantil ante un melodrama
fantástico conmovedor y poderoso en su sencillez que sabe combinar sin
artificios y tretas del cine más
comercial lo tremendo e impactante con lo tierno y delicado. Un Monstruo viene a verme es un canto al
derecho a la diferencia, a la esperanza y a la superación personal, una
inteligente metáfora sobre el crecimiento y la maduración en un contexto
dramático marcado por el miedo, tanto a la pérdida como a la agresión: al fin y
al cabo miedo a lo desconocido y al día después. Y ante ello el mensaje que se
nos da es claro: la imaginación puede con todo y el amor por los semejantes,
mucho más. Con unos espectaculares efectos digitales y un imponente diseño del
monstruo (con la voz de Liam Neeson en la versión original), la película cuanta
también con una estupenda fotografía obra de Oscar Faura repleta de imágenes de
notable belleza plástica y una estupenda
banda sonora del getxotarra Fernando Vázquez. También son de recibo las
secuencias de animación que ilustran las
historias contadas por el monstruo, un homenaje al Ralph Bashki de El Señor de los Anillos y al René Leloux
de Planeta Salvaje. Tanto Felicity
Jones como Lewis McDougal están soberbios en su dramática relación
materno-filial – que pivota el sentido de la historia- , aunque en el plano
interpretativo tal vez hubiese resultado más acertado que en la versión
española la voz del monstruo hubiese sido doblada por la voz habitual de Liam
Neeson, Salvador Vidal, en lugar de Camilo García (Anthony Hopkins, Nick Nolte)
quien pese a todo hace un excelente trabajo. A día de hoy por cierto este filme
está haciendo una taquilla de órdago para una cinta de producción
mayoritariamente española, en parte debido a la agresiva campaña de marketing
que está teniendo y que se basa en su componente emotivo, algo que en realidad
no necesita y que puede volverse en contra de la película. La modesta
recomendación es que se vaya a ver Un
monstruo viene a verme ya que nos devuelve la fuerza de las bellas
historias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario