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No necesita mucho esta película para cumplir su
objetivo, que es el de ofrecer un melodrama social-costumbrista en donde la
conciencia de estar en una situación social y económica desfavorable con
respecto a otros contextos y condicionada estructuralmente por la circunstancia
socieconómica de un país, es lo que mueve los sentimientos y actuaciones de su
protagonista, una mujer brasileña treintañera cuya existencia como miembro de
una familia de escasos recursos (como la mayor parte en el país carioca) comienza
a cuestionarse a causa de un acontecimiento inesperado y fortuito. El miedo al
cambio, acentuado además por un sinfín de condicionantes desfavorables, es lo
que comienza a perturbar a Irene (Karine Teles) cuando su hijo adolescente
Fernando (Konstantinos Sarris) es contratado por un club alemán de balonmano
como una gran promesa en este deporte. Con un marido bastante mayor que ella,
cuatro hijos (los mayores tenidos en la adolescencia) y varios problemas
económicos y familiares, tanto de ella como de seres queridos, Irene afronta la
inminente marcha de su hijo priemero esperanzada por la gratificación económica
que esto supondrá a su familia y después desencantada ante la evidencia de que
en realidad las cosas no cambiarán mucho
La película es una parábola de la situación de muchos
países latinoamericanos donde supuestos cambios a mejor económicos y sociales
al final se quedan en nada por los problemas estrcuturales de muchos de estos
países (corrupción, abuso de las clases más poderosas, aprovechamiento por
parte de las compañías multinacionales y de muchos países). Karine Teles está
espléndida como una mujer que representa el desencanto de una generación en
Latinoamérica (sobre todo del sexo femenino) cuya situación muy difícilmente
pueda mejorar. Momentos dramáticos intensos descritos de manera realista y
costumbrista sin concesiones a la galería y con lo justo que refuerzan la
credibilidad de un film pequeño pero con personalidad. Muy buena muestra del
cine brasileño que seguramente nos dará otras pequeñas y grandes sorpresas.
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