domingo, septiembre 20, 2020

TENET

 

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Una pequeña decepción es lo que ha supuesto el nuevo filme del tal vez sobrevalorado Cristopher Nolan, un director que ya empieza a mostrar demasiada orientación comercial y un cierto efectismo cada vez más pedante. De nuevo como en Origen (2010), nos encontramos con una película de ciencia ficción empachada de pretensiones y bastante estructurada en audacias técnicas visuales conseguidas por unos vistosos efectos especiales y una narración temporalmente intrincada- esta vez como en Memento- que requiere de la complicidad del espectador, aunque su presentación es  tan equívoca que este terminara en muchos casos por cansarse y desentenderse de los intríngulis propuestos. Nolan, eso si, sabe hacer mantener el interés en momentos clave y desde el principio del filme, saca muy buen partido de las pistas y de los McGuffins  y de nuevo demuestra saber coordinar espectáculos grandiosos en diversos escenarios y con profusión de personajes, pero todo esto no ha resultado suficiente para que Tenet resulte una buena película.

El concepto de la temporalidad en la ficción (viajes en el tiempo, paradojas temporales, digresiones varias) es un material que suele resultar bastante goloso y rico para trabajar y la historia que nos ocupa parte de una premisa dentro de esa idea: alguien, en un tiempo futuro, ha inventado una tecnología que permite una entropía inversa que permite a personas y objetos moverse atrás en el tiempo y esto esta siendo utilizado para sonados actos terroristas y actividades delictivas diversas y se estima que con una finalidad aún más siniestra. Un innombrado agente de la CIA (John David Washington, hijo de Denzel Washington) es contratado por una organización secreta llamada Tenet para impedir que los responsables del malévolo invento lleguen a destruir la humanidad. Todas las pistas llevan a Sator (Kenneth Branagh), un millonario ruso cuya joven esposa Kat (Elizabeth Debecki) se alía con nuestro protagonista, también ayudado por un misterioso agente llamado Neil (Robert Pattinson). Acción y violencia a raudales, intriga de thriller tradicional, excursión jamebondsiana a localizaciones europeas y de otras latitudes y momentos de cierta reflexión matemática sobre el galimatías (muy cargante lo de los algoritmos) llenan una película que llama principalmente la atención por lo vistosas que pueden resultar algunas escenas cuando la acción transcurre al revés (en el aspecto técnico esto es más que de recibo) y algún momento de inspiración de cine negro y de espionaje, pero en conjunto es todo excesivo, gratuitamente confuso y sobre todo demasiado reiterativo en cuento a las fórmulas más manidas del cine de acción, sin olvidar la influencia de rigor la saga Matrix cada vez que una película toca temas similares. Poquita chicha para una película rutinaria y poco estimulante.  

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