martes, diciembre 26, 2023

ANATOMÍA DE UNA CAÍDA (ANATOMIE D’UNE CHUTE)

 

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La Palma de Oro del Festival de Cannes 2023 no consigue ser la gran película que se presupone que es a juzgar por dicho galardón obtenido y se queda en una buena mezcolanza entre thriller, cine de juicios y drama familiar, siendo este último elemento el principal en la película y el que mejores momentos depara. Esta claro que su directora Justine Triet no ha querido en absoluto ceñirse en el cine de género y lo que pretende es presentar un drama novedoso en donde la intriga tradicional - en este caso a partir del mcguffin de la resolución de la causa de una muerte entre el suicidio o el asesinato- es una excusa para mostrar items intimistas como el deterioro de las relaciones de pareja, el dilema entre la responsabilidad con los demás y la libertad individual y los prejuicios personales y sociales. El resultado de todas formas no ha alcanzado sus altos propósitos de una manera clara y magistral pero sigue siendo un filme interesante y con algún momento de excelencia.

El gran acierto de Anatomía de una caída es la elección de su protagonista, Sandra Hüller, que encarna con una enorme fuerza a Sandra, una escritora alemana afincada junto con su familia en una casia aislada cabaña en los alpes franceses que tendrá que demostrar su inocencia en la muerte de su marido Samuel (Samuel Theis), el cual una mañana se cae desde el último piso de la vivienda matándose al instante, sin testigos ya que la caída no es vista ni por su mujer y por supuesto ni tampoco por su hijo de 11 años ciego Daniel (Milo Machado Graner).Las extrañas circunstancias de la muerte convertirán a Sandra en sospechosa y junto con su abogado y amigo Vincent Swann Arlaud)  tratará de llevar a cabo una defensa que por diversos e intrincados motivos no será tarea fácil. Sandra es un mujer ambiciosa y gélida a la que su marido Samuel, también escritor pero sin posibilidad de desarrollar su carrera por tener que anteponer la felicidad familiar a su carrera, llevando todo a una cruenta crisis matrimonial. A partir de allí la historia va desarrollándose entre el whodonnit, el drama judicial y los momentos más intensos de drama convencional psicológico y familiar, de manera generalmente bien alambicada pero falta de momentos de intensidad y de gran dramatismo, algo que la historia pedía a gritos pero que aparece solamente de forma muy atenuada. El recital interpretativo de Sandra Hüller es lo que consigie en realidad levantar la película junto con el oficio de la directora Justine Triet, de lo contrario podríamos estar hablando de una película del montón. También es digno de mencionar el rol del chaval ciego (en realidad con una deficiencia visual) que al final con su inocencia y su papel de testigo de la degradación de la relación de sus padres tiene la clave del caso: muy buena la interpretación del jovencísimo Milo Machado Graner. Una buena película, en definitiva, pero sus premios y el prestigio de su directora hacían caber esperar algo mejor.    

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