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Marvel Pictures intenta recuperarse de sus últimos bastante tibios resultados en taquilla y se encomienda ahora a un filme con dos franquicias recuperadas de la Fox las cuales iniciaron en aquella compañía su trayectoria cinematográfica, como son X Men (en el caso concreto de este filme el personaje de Lobezno) Y Deadpool, el incorregible antihéroe que ya ha protagonizado dospelículas que siempre han presumido de irse más allá de lo políticamente correcto y de lo permisible en un filme de superhéroes recibiendo calificación de no aptas para menores. Parece que ahora el binomio Marvel-Disney en su cada vez más cargante visión de negocio y mercadotecnia con su Marvel Cinematic Universe quiere salirse de madre y hacer ver que no son unos moñas y por ello se apuntan al festival de tacos, gore, escatología y demás parafernalia en realidad nada transgresora y si maquiavélicamente premeditada en la tercera entrega de las andanzas Deadpool, con metarreferencias, guiños al fandom Marvel,ruptura de la cuarta pared y otros recursos manieristas que enrealidad no resultan muy estimulantes. El crossover con Lobezno es a priori el principal aliciente del filme y más si Hugh Jackman vuelve a encarnar por enésima vez (se supone que esta es la última) a uno de los héroes más carismáticos de la editorial, el mutante con garras y esqueleto de adamantium. Por supuesto, Ryan Reynolds vuelve a ser Masacre y a el y a Jackman se encomienda el peso del filme mixtura de acción y comedia gamberra: pues bien, ambos están como cabría esperarse sobreactuados y espesos y supeditados a los recovecos más o menos delirantes de un guion pobre y previsible lleno de las referencias a todo el universo Marvel antes citadas y con los cameos de un montonazo de personajes de la casa con sus intérpretes originales- la mayor parte aparecieron en la pantalla antes de la creación de Marvel Studios- en un premeditado batiburrillo cuyo mensaje es “ahora nosotros (Disney) controlamos todo el cotarro de los superhéroes Marvel en el cine” Puede, pero esta calro que todo esto esta concebido para consumo interno de seguidores de las películas del MCU y poco interesará a ajenos, curioso o simplemente aficionados medios al cine incluido el de acción. Deadpool and Wolverine pese a sus espectaculares escenas de acción, unos efectos visuales asombrosos y una puesta en escena coordinada y esforzada además de medida al más mínimo detalle no deja de ser un producto de laboratorio y de marketing descarado y en realidad como filme poco trascendente.
Chistes sexuales, amputaciones y sangre infográfica llenan una cinta en donde solo en contadas ocasiones hay un verdadero interés como filme de aventuras. La trama está demasiado estirada para ser en realidad una aventura de salvar el mundo y viajes a diferentes dimensiones de la realidad (en ese sentido allí se encuentran tal vez algunos de los chistes más ingeniosos) y el final de la historia se hace demasiado largo e interminable para ofrecer lo que todo el mundo espera. No obstante sería injusto no reconocer que el filme tiene sus puntos y en ocasiones su bien hacer formal y su sentido del espectáculo pueden resultar vibrantes pero de un modo u otro la película va dando altibajos y se queda en una anécdota. Por cierto, paree increíble pero todavía se ven a menores en las salas viendo un filme de estas características cuando ya se ha dicho de todas las maneras habidas y por haber que este no es un filme para todos los públicos. No obstante, lo peor de todo es que da la sensación que el MCU pese a los continuos intentos de relanzarlo cada vez da menos de sí.
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