miércoles, abril 24, 2024

ROSALIE


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Freaks y fenómenos. Han dado mucho a la historia del cine y sus historias, reales o imaginadas, siguen siendo enormemente sugerentes y esta película francesa dirigida con bastante habilidad por Stéphanie Di Giusto lo confirma. Basada ligeramente en la historia real de la mujer barbuda de finales del siglo XIX Clémentine Delait, Rosalie es un canto a la reivindicación de la diferencia y también un drama bastante melancólico e intimista con la historia vista casi siempre a ojos de su atribulada protagonista, una joven cuyo hirsutismo galopante, que le hace crecer pelo por todo su cuerpo, le ha convertido en un ser inseguro y temeroso -su futuro nunca será nada claro para ella- pero al mismo tiempo su enorme sensibilidad le obligará a mantener su templanza y compostura y también su feminidad. Nadiçia Tereskiewicz, uno de los rostros más prometedores de la escena francesa, da vida a Rosalie, un muchacha entregada por su padre para un matrimonio de conveniencia a un tabernero rural en una situación económica apurada, Abel (Benôit Magimel) sin que este sepa nada de su condición, que al conocerla (él y todo el pueblo) se debatirá entre el rechazo, el afecto y la utilidad, ya que incluso la propia Rosalie termina por pretender sacar rédito económico de su físico y así mejorar la situación de la forzada pareja. Pero nada será sencillo.

Una excelente fotografía de regusto pictórico (muy adecuada a la hora de captar una atmósfera decimonónica) hace resaltar el acabado formal de la película cuyo guion se muestra trabajado y con interesantes aristas emocionales aunque tal vez también algo tópico. La dualidad de este filme entre romanticismo/realismo cuando funciona lo hace muy bien pero otras veces no aporta mucho. Es muy interesante el tono de cuento de hadas en que la película se imbuye muy inteligentemente y sin caer en el empalago, las interpretaciones ayudan mucho en este sentido y tanto Tereskiewicz como Magimel componen muy buenos papeles en una extraña relación amorosa imposible, inesperada, extraña. Hay cierta reminiscencia de El Hombre Elefante (1981) de David Lynch, pero la película tiene su propio tono. El cine francés sigue regalándonos buenos momentos.


lunes, abril 15, 2024

PEQUEÑAS CARTAS INDISCRETAS (WICKED LITTLE LETTERS)

 



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Interesante aunque insuficiente intento de recuperar la comedia británica con un material de partida basado en una historia real acontecida en el Reino Unido en los años 20 del siglo XX, pero tal vez por lo poco arriesgado de la puesta en escena y del guion no consigue ser este filme un trabajo memorable. Si, se trata de una comedia de actores con nombres ciertamente reputados de la escena británica en su reparto (de diferentes generaciones), con diálogos ingeniosos y la consabida encantadora peculiaridad del humor inglés y un tono de thriller paródico que rememora a la intriga más familiar y de Agatha Christie, pero su obcecación por ser eso, una obra con muchas referencias estilísticas le termina restando credibilidad y hace naufragar en cierto modo el resultado final. A ello se suma que la película apuesta por un tono más bien bufo y caricaturesco en el que se imbuye todo el reparto, incluidas sus dos esforzadas protagonistas, la cada vez más ubicua Olivia Colman, en el papel de la sufrida y aparentemente víctima de anónimos vejatorios solterona de clase media Edith Swan y Jessie Buckey como la deslenguada y disoluta joven de clase baja Rose Gooding.

Como toda buena historia clásica de intriga británica, la mayor parte del filme es un whodunit sobre la autoría de las cartas, pero también vemos una comida negra sobre las relaciones y prejuicios de clase en la Gran Bretaña de principios del XX (con tono más paródico que realista) y un alegato contra la hipocresía social, todo ello de una manera muy light y excesivamnte amable que hace de toda al historia casi una mera anécdota. Nada cabe reprochar no obstante a una ambientación muy cuidada, a momentos de comedia muy divertidos y a unas competentes interpretaciones en donde Colman echa el resto como una mujer contradictoria, hipócrita y patética hasta decir basta y mientras que Swan convence en su rol de granuja encantadora (un personaje cliché precisamente muy británico pero que pocas veces a tenido su versión femenina) También intervienen Timothy Spall, Anjana Vasan, Gemma Jones, Joanna Scanlan y Elileen Atkins, todos ellos más que correctos. Una película que se limita a cumplir el expediente pero que gustará a amantes de comedias con cierto (unque justo) contenido.

miércoles, abril 10, 2024

LA PRIMERA PROFECÍA (THE FIRST OMEN)

 



** y 1/2

Otra muestra más de la comercial y nada original tendencia a hacer remakes, reboots, secuelas tardías y precuelas de clásicos o éxitos en taquilla que, una vez más, en realidad poco aporta.Esta vez le ha tocado a La Profecía (The Omen) (1976) de Richard Donner, que sigue siendo un clásico del cine de terror que tampoco ha envejecido mal y de alguna manera siguió la estela de El Exorcista en apuesta por el terror sobrenatural de tema satánico. Tres secuelas y un remake todos ellos claramente inferiores trataron de estirar el chicle esterilmente y esta precuela dirigida por la debutante (forjada principalmente en el campo de la televisión) Akasha Stevenson no resulta tampoco nada nuevo aunque no cabría esperarse mucho. La planificación del nacimiento y el alumbramiento de Damien Thorn, el anticristo protagonista de esta franquicia, es lo que se nos cuenta en una historia íntegramente ambientada en la Roma y el Vaticano de 1971. El protagonismo es para una joven novicia estadounidense enviada a Roma, Margaret Diano (Nell Tiger Free) quien entra como cuidadora en un orfanato de niñas con regido por unas inquietantes monjas a cuya cabeza se encuentra la no menos intrigante aunque en un principio afable Hermana Silvia (Sonia Braga). Margaret, también huérfana, ha tenido desde niña horrobles alucinaciones que una vez en Roma parecen repetirse con más fuerza, especialmente cuando conoce a una huérfana de 13 años aparentemente enferma mental, Carlita (Nicole Sorace) a la que las religiosas mantienen casi aislada y frecuentemente castigada con horribles encierros. La conexión de este filme con la original The Omen, es la presencia del personaje del Padre Brennan, encarnado aquí por el británico Ralph Ineson (de extraordinario parecido con Patrick Troughton, el Brennan original), uno de los pocos elementos de esta película que con sus apariciones añade el mismo punto de inquietud y suspense maestro que la película original ya que el resto, pese a algún buen apunte, es simplemente un mal llevado pastiche del universo de la saga con un inapropiado intento de -una vez más- adecuar a los cánones del terror de consumo actual una historia que no tenía por que precisar de sustos efectistas ni de momentos truculentos visualmente explícitos, tal y como ocurre con esta The First Omen que apenas se salva de la mediocridad.

Pese a que el filme se esfuerza en homenajear a la fuente original tratando de calcar la apariencia de un filme de los 70 con una fotografía de colores tenues y granulosos y en general la ambientación en la época es correcta (salvo algún error garrafal en la banda sonora incidencial en alguna escena) a medida que el metraje va avanzando todo se sume en lo predecible y lo farragoso, en parte replanteando premisas básicas de la serie (la relativas a la concepción del pequeño anticristo) que solo llevan a la confusión. No obstante el personaje de Catherine resulta interesante -en parte por el buen trabajo de la actriz protagonista- aunque su historia psicológica (de lo mejor de la película) no está bien aprovechada del todo: las mejores escenas del filme tiene que ver con ella, incluidos algunos planos simbólicos, algunos realmente perturbadores, que nos dicen que por estos y otros apuntes del filme Akasha Stevenson puede ser una gran cineasta. Por lo demás, al película flojea definitivamente en sus compases finales que deberían ser paradójicamente los más decisivos hasta llegar a un epílogo que nos anuncia que incluso pude haber una secuela a esta película cuya historia corra paralela a la saga original. Que poco aportan precuelas y demás.


domingo, abril 07, 2024

PUAN

 


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Los cambios -casi siempre para peor- que están experimentando algunos países latinoamericanos están llegando a las temáticas de su cine. Argentina, un país siempre- y en especial en los últimos 25 años- con una cinematografía interesante y una industria cinematográfica que a trancas y barrancas y siempre con limitaciones económicas ha sabido abrirse paso incluso en los circuitos internacionales, esta viendo amenazado el futuro de su cine por la amenaza de la retirada de ayudas del gobierno ultraderechista de Milei además de otro tipo de recortes a la cultura y a al educación, que este inteligente y esforzado filme dirigido por la pareja María Alché y Benjamín Naishtat, denuncia y en cierto modo termina condicionando la trama. Pero Puan sobre todo es una entretenida y lograda comedia-drama de personajes que pone en solfa también los celos y las envidias profesionales y el cambio en los paradigmas de los modelos de líderes y de triunfadores; el contexto universitario e intelectual, concretamente en el ámbito de la filosofía, está también muy bien resuelto y se adecúa perfectamente al contexto y reflexiones del filme. El guion nos lleva a la facultad de Folosofía y Letras de una universidad bonaerense (sus modestas características a ojos europeos son una muestra más de la precariedad del mundo académico argentino incluso en estudios superiores) donde tras el fallecimiento de un catedrático el puesto parece que irá a su colaborador y amigo Marcelo (Marcelo Sibiotto), pero la súbita aparición de un antiguo compañero de Marcelo, el carismático, atractivo, embaucador y formado en Alemania Rafael Sijarchik (Leonardo Sbaraglia) con una visión diferente de la filosofía y el mundo universitario, pondrá en peligro dicha aspiración y Marcelo, un hombre de mediana edad enamorado de su profesión pero lleno de dudas morales y personales, ve su vida, sus principios y sus objetivos vitales tambalearse; ¿es el principio de un cambio?

La sobra de Woody Allen está muy presente en este filme, donde los actores protagonistas, de lo más selecto del panorama argentino, consiguen atrapar y convencer al espectador, especialmente Marcelo Sibiotto como retrato de un perdedor que jamar quiso ser tal y que se niega a serlo ahora. El resto del nutrido reparto por supuesto también cumple con interacciones y momentos sublimes. La aparición de viñetas y momentos de apariencia surrealista (las clases particulares de Marcelo sobre filosofía a una anciana rica o la bizarra fiesta que esta se monta con el profesor de improbable animador) no son más que ilustraciones de las contradicciones que el mundo intelectual parece vivir en ciertos contextos. En los momentos finales, la película muestra sus verdaderas cartas y asistimos a una catarsis-desenlace en los personajes que da sentido a toda la historia. Sin ser ninguna obra maestra, Puan cumple su objetivo de ser una película que hace pensar y además divierte

miércoles, marzo 27, 2024

CLUB ZERO

 

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Más excéntrica de lo habitual como comedia negra y con un oscuro tono de fábula social con demoledor tono crítico, esta coproducción entre distintos países capitaneada por BBC Film y rodada en el Reino Unido se antoja como un producto sorprendente y con bastante interés pese a no ser una gran película. Dirigido con tino por la austriaca Jessica Hausner bajo el planteamiento de película de actores- y en cierto sentido, coral- e historia sobre adolescentes, Club Zero alerta de los peligros de los fanatismos y el extremismo ideológico centrándose en el tan de moda mundo de las dietas nutricionales. Un grupo de alumnos de un elitista colegio privado de secundaria procedentes de distintos países acuden a la clase de nutrición de una joven y aparentemente carismática profesora, la Señorita Novak (Mia Wasikowska), quuien al principio les ofrece practicar una radical dieta de alimentación consciente para luego pasar tiempo después a no ingerir absolutamente nada, tal y como hace una organización a la que la docente pertenece, el Club Zero, una entidad de evidentes características sectarias. Los chavales, la mayor parte con motivaciones sociales, medioambientales o sociopolíticas (y también personales) terminan adoptando el delirante ideario del Club Zero lo que les enfrentará con sus padres por su negativa a ingerir alimentos y les cambiará su carácter e intereses pero, como suele ocurrir en estos casos, les unirá como grupo y les hará sentirse importantes. Pese al claro componente psicológico de la película (muy bien tratado desde la óptica adolescente) se apuesta más bien por el tono de crítica social en contra de adoctrinamientos y falsos profetas en un tiempo de influencers y tiktokers (aunque nada de estos elementos aparezca en el film ya que más bien toca el influenciamiento analógico) y en ese sentido el filme cumple bien su propósito.

La puesta en escena gélida y esquemática con escasos escenarios (dependencias del colegio y las lujosas casas de las familias principalmente) es un componente intencionado de una película que opta por la crudeza, lo áspero y lo desagradable para recalcar precisamente que estamos ante una historia bastante sórdida pese su aparente inocencia. La profesora que encarna Wasikowska es una antiheroína de aspecto más bien anodino de la que poco sabemos pero ni falta que hace para que pronto no se sienta mucha simpatía por ella (un buen trabajo de la actriz). También resulta muy interesante todo el universo de los alumnos, sus casi siempre difíciles relaciones familiares, sus no muy estructuradas aspiraciones y la relación entre ellos compartiendo ideario, aunque se echa en falta un mayor desarrollo de estos jóvenes personajes- muy bien interpretados, por cierto- ya que en la mayoría de las veces parecen demasiado arquetípicos e incluso recurrentes. A muchos les resultarán desagradables muchas escenas relacionadas con las bizarras costumbres alimenticias que los personajes van adquiriendo, pero estas escenas son parte del propósito de provocación de este filme, propósito que aquí no siempre se consigue de manera regular. Puede que los momentos finales sean un poco vagos y flojos después de todo el devenir de una historia más o menos compleja, pero Club Zero en todo momento se visiona como un filme sugerente e interesante.

martes, marzo 26, 2024

RADICAL

 


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Otrora una cinematografía rica y con títulos fundamentales en la historia del Cine (en la época de Buñuel, básicamente), la mexicana a trancas y barrancas intenta hacerse un hueco en la industria cinematográfica mundial con el lastre de la falta de medios debido a la situación económica del país. Este filme que nos ocupa, dirigido por Cristopher Zalla, de alguna manera trata de recuperar un cine social iberoamericano que llegó a cultivarse también en México (precisamente podría ponerse como muestra Los Olvidados (1950), de Luis Buñuel) e inspirándose en una curiosa historia real se ha logrado un trabajo más que digno, un testimonio muy honesto de la cruel realidad de ciertas regiones del país azteca y con un mensaje de esperanza claro y nada impostado. Y dicho sea de paso de nuevo nos encontramos también con un tipo de cine que siempre que este bien trabajado resulta de una emocionalidad y sugestividad supina: los filmes sobre profesores y alumnos. En este segundo aspecto se triunfa también a base de nuevo de verismo y honestidad (siempre claro está con alguna licencia o exageración dramática) en una película que moviéndose entre la comedia y drama ofrece una obra emotiva y con espacio para la reflexión.

Un artículo en la revista estadounidense Wired sobre una niña mexicana de 12 de la ciudad fronteriza de Matamoros con altas capacidades intelectuales (especialmente en ciencias) que gracias a la ayuda de su profesor pudo sortear las barreras económicas y sociales de su depauperado y socialmente conflictivo entorno geográfico para conseguir ser una de las estudiante más destacada de México, llevó a su director y al actor protagonista el veterano y polifacético actor y cómico Eugenio Derbez a interesarse por la historia de ese profesor, Sergio Juárez y sus alumnos de la Escula primara José Urbina López, acaecida en 2011 y que para muchos constituyó un milagro ya que aquel profesor nuevo con métodos pedagógicos inusuales consiguió ampliar la sed de conocimiento de su alumnado, niños y niñas provenientes de familias pobres, con pocas ganas de estudiar y sin ningún estímulo para ello y cuyo destino en la mayoría de los casos se encontraría en el crimen organizado o el narcotráfico inherentes a la zona. La película, con un buen elenco de pequeños actores que se esfuerzan en hacer creíble- y lo consiguen- el drama de unos niños limitados por su pésimo entorno, resulta un grato espectáculo para público de todas las edades por su elemento aleccionador y la positividad de sus mensajes. Eugenio Derbez se encuentra muy cómodo en el papel del maestro Juárez, un hombre dispuesto a lo que sea para sacar el potencial de su alumnado y enfrentado, claro está, a la dirección de su centro e incluso a loas corruptas autoridades municipales, una lucha muy difícil y con altibajos pero que él hará posible. Tal vez, Derbez resulte un poco mayor para un personaje que en teoría es más joven, pero su trabajo es estupendo. Momentos muy dramáticos hacen que no nos olvidemos de la realidad de esos menores pero siempre están los momentos más costumbristas y entrañables especialmente centrados en las figuras de los alumnos. Una película para todos aquellos que crean en que la educación es algo más que el programa escolar.


lunes, marzo 25, 2024

EL CLAN DE HIERRO (THE IRON CLAW)

 


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No se le puede negar a este filme voluntad y recursos para ofrecer una historia interesante, un sugerente drama familiar basado en una historia real bien presentado pero irregularmente resuelto aunque logra una difícil coherencia ya que su trasfondo es el casi siempre bizarro mundo del wrestling profesional (la lucha libre americana). Se nos cuenta la trágica historia de los hermanos Von Erich, luchadores cuyo padre Fritz (Holt McCallany en la película) antiguo exitoso wrestler se esforzó en que fuesen los mejores pero la obsesión enfermiza por el éxito, el consumo de sustancias dopantes y otro tipo de desgracias inesperadas acabó literalmente con la vida tres de tres de ellos a excepción del mayor, Kevin (un mazado Zac Efron, de lo mejor de la película). Sean Durkin, joven director independiente pone de su parte y muestra en varios momentos que puede ser un gran director pero no logra dar con la tecla: como drama-tragedia flojea bastante ya que el guión, aunque más centrado en el personaje de Kevin, quiere abarcar lo más posible las historias de los otros tres hermanos tomando demasiados retales y sometiendo la historia a diversas fragmentaciones que si bien no impiden la correcta narración de la película si resienten su intensidad y su credibilidad. Con todo, el intento de hacer un drama deportivo (un subgénero no suficientemente reivindicado ni reconocido pero que ha dado grandes momentos en la historia del cine) digno se ha logrado, lo mismo que la excelente recreación de los 70 y 80 -donde no falta una muy interesante BS con temas de la época de Tom Petty & The Heartbreackers , Blue Oyster Cult o Rush- es digna de mención, así como el mundo de la Lucha Libre y sus coreografiados combates esta recreado de manera minuciosa ye espectacular.

Esta claro que este filme ha apostado por ser una película de actores, donde aparte de los mencionados interviene como el resto de hermanos Von Erich Jeremy Allen (Kerry), Harris Dickinson (David y Stanley Simmons (Mike), quienes realizan interesantes trabajos aunque sus personajes estén desigualmente dibujados. No obstante,es precisamente en la relación entre los hermanos y sus circunstancias donde reside el principal fuerte de la película, una lucha de egos, de fidelidad y de supervivencia además de amor fraternal. Una lástima que al final del filme todo se quede a medio gas, pero no por ello este deje de ser un trabajo interesante de ver, sobre todo para quienes gusten de dramas familiares con chicha.

jueves, marzo 14, 2024

DESCONOCIDOS (ALL OF US STRANGERS)

 


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La tradición británica de la ficción de fantasmas parece que se resiste a desaparecer, al igual que muchas de las ánimas de las historias de este género, pero lo más sorprendente (y grato) es que aún puede deparar en obras magníficas en el arte cinematográfico, como ya ha ocurrido en otras ocasiones, tal y como lo demuestra esta curiosa y un tanto extraña pero efectiva y poética mezcla de drama, intimismo, historia familiar, amor y fantasía sobrenatural que ha dado como resultado un filme realmente fascinante. Pero es necesario señalar que el guion de esta cinta británica esta inspirado en la novela japonesa del mismo nombre de Taichi Yamada, fusionando teóricamente dos de las visiones del tema espectral más influyentes de la cultura universal, la nipona y la inglesa, aunque lógicamente en esta versión se decante por la segunda. Con todo, esta claro que All os us strangers no es solo una historia de fantasmas ya que su propósito es claramente intimista y humanista, centrado en el duelo y la reacción ante la muerte de seres queridos y todas las consecuencias que conlleva, el lamento por las oportunidades perdidas con las personas fallecidas y el deseo por mantener su recuerdo de la manera más positiva, aunque a veces esto no siempre sea posible. A ello se le añade tangencialmente una extraña historia de amor gay entre dos seres por razones distintas desesperados, melancólicos y desubicados que buscan un nuevo sentido a su existencia aunque diferentes acontecimientos convertirán esa relación en algo muy, muy extraño. Andrew Haigh dirige y gioniza con clase y determinación y no pocos elementos de cine indie y guiños audiovisuales y comunicacionales contemporáneos una película que es de lo mejor en lo poco que llevamos estrenado en este 2024.

Adam (Andrew Scott, estupendo) es un guionista y escritor rayando la cincuentena que aparentemente vive una vida bastante anodina y solitaria en un piso de un gris barrio de Londres, rodeado de recuerdos de infancia y viejos vinilos de los 80. Una tarde sale hacia las afueras de la ciudad para visitar la casa donde pasó su niñez antes de la trágica muerte de sus progenitores, ahora abandonada. Pero la vivienda está ocupada precisamente por sus padres (Jamie Bell y Claire Foy) quienes conservando su apariencia de treintañeros cuando murieron reciben con naturalidad a su hijo ya adulto mientras que el propio Adam aunque tal vez sobrecogido interiormente acepta ese “regreso” con una mezcla de ilusión por recuperar lo perdido y desconcierto. Las visitas de Adam a sus padres se repetirán como un intento de redención pro ambas partes mientras que el escritor inicia una relación con su misterioso pero locuaz y carismático vecino, el joven Harry (Paul Mescal). El extraño viaje que emprende Adam parece extraño e inquietante y no solamente con sus encuentros con sus padres fallecidos sino porque todo lo que le rodea a partir de ese momento- incluida su historia con Harry- parece incongruente y pesadillesco. Para mostrar todo esto la película no escatima recursos narrativos desconcertantes y varios trampantojos de guion y de imagen que remiten a Roman Polansky o David Lynch pasados por un tamiz modernista, recursos que hacen del filme a veces algo incómodo de ver pero que de modo alguno suprimen o reducen otras aristas del filme en cuanto a sus propósitos, el principal el de mostrar un psicodrama familiar con la muerte como telón de fondo en toda su crudeza: aquí la dialéctica entre los padres y el hijo al que nunca vieron madurar resulta efectiva, emocional y conmovedora con excelentes momentos cargados de inquietante simbolismo. La historia de la relación sexual y amorosa entre Adam y Harry lleva a otra simbología que enlaza el “poder del amor” (soberbia la utilización de la legendaria balada de Frankie Goes to Hollywood) con la victoria sobre la muerte y que quiere rememorar de manera reivindicativa retroactiva la dificultad del declararse homosexual en los años 80, década que se homenajea a su manera en este filme especialmente en su BSO. Puede que el final sea excesivo y la poca explicación de todo confunda a algún espectador, pero Desconocidos es una película diferente que puede gustar a públicos variopintos.

lunes, marzo 04, 2024

DUNE: PARTE DOS (DUNE: PART TWO)

 


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Era prácticamente un hecho que tarde o temprano la segunda entrega de la nueva adaptación del inmortal de la ci-fi Dune por parte de Dennis Villeneuve- cuyo primer capítulo llegó en 2021- iba a asomar por las pantallas y también era totalmente esperable que su calidad iba a ser pareja a la de aquella magnífica primer parte. No solamente eso, se puede decir que esta Dune Parte Dos es ligeramente superior, algo en lo que influye también que se trata de la adaptación de la segunda parte de la primera novela original, el tramo más interesante de la obra que Frank Herbert escribió en 1965: la proclamación de Paul Usul Muad´Dib Atreides en líder de los Fremen de Arrakis/Dune y su caudillaje en la guerra contra los canallescos y siniestros Harkonnen y contra la corrupta casa imperial galáctica al tiempo que su viaje de iniciación y maduración personal parece concluirse, aún a costa de parecer un arrogante líder mesiánico destinado a gobernar todo el universo. El guion adaptado de Villeneuve y Jon Spaihts vuelve a ser esforzado y con enorme tino a la hora de abarcar la complejidad de una historia que une aventura, filosofía, religión o ecología y además triunfa a la hora de mostrar el devenir de la historia y sus varios recovecos, aún a costa de variar ligeramente algunos acontecimientos. Dennis Villeneuve demuestra ser un director con recursos y polivalente como muestra en en superproducciones como esta; está de todas formas por ver si se conducirá de modo similar en otro tipo de cine que no sea la ciencia-ficción o las grandes producciones, pero a buen seguro hará también allí buen papel puesto que en no pocos pasajes más dramáticos o intimistas de este filme demuestra buenísima mano.

Timothée Chalamet vuelve a encabezar el coral y eficaz reparto internacional en donde con respecto a la primera parte repiten Rebeca Ferguson (Dama Jessica), Javier Bardem (Stilgar), Zedaya (Chani), Josh Brolin (Gurney Halleck), Dave Bautista (Glossu Raban), Stellan Skarsgard (Barón Harkonnen) y Charlotte Rampling (Reverenda Madre Gaius Helen Mohiam) y se incorporan como rostros más destacados Cristopher Walken (Emperador Padishah Shadam IV), Florence Pugh (Princesa Irulan) , Léa Sydoux (Margot Fenrig) y el actor en alza Austin Bultler como Feyd-Rautha Harkkonen, sobrino del barón y malvado a machacamartillo que Butler interpreta con solvencia. De nuevo con escenarios y paisajes fastuosos (sobre todo los que se desarrollan el desértico planeta Arrakis) y escena de acción y batalla hechas con seso y con nada de la parafernalia barata que gusta de hacerse ahora, la película parece beber del encanto de viejas superproducciones como Los Diez Mandamientos o Cleopatra pero Villeneuve que es un tío listo y que además muestra ser un fan de la saga literaria no se queda en solo en eso sino que se permite insertar las diatribas filosóficas y oníricas de la novela original de una manera inteligente y magistral - en base a digresiones narrativas y consabidos insertos “visionarios” y de nuevo en el plano formal también nos regala curiosas y espectaculares secuencias como la filmada en blanco y negro que ilustra un combate de gladiadores, escena de la novela muy querida entre sus seguidores que por cierto David Lynch no pudo incluir por falta de tiempo en su adaptación de 1984 (¿homenaje al director de Montana?). Y por supuesto, una vez más, tenemos unos efecos especiales de los que quitan el hipo.

La renuncia a mostrar el acontecimiento apoteósico con el que finalizaba la novela y el hecho de que Lady Jessica no haya dado a luz a su hija Alia (ojo, sorpresa a con este personaje en este filme) indican que puede que haya al menos una nueva entrega de l nuevo Dune cinematográfico en forma de adaptación de las secuelas del primer libro, El Mesias de Dune e Hijos de Dune. Pues veremos, pero de momento, estas dos adaptaciones del primer título de la saga de Frank Herbert son verdaderamente excepcionales, esperemos que nuevas generaciones de espectadores y lectores sepan gracias a ellas que al ciencia ficción no es solo un espectáculo vacuo de buenos y malos.  


domingo, marzo 03, 2024

LA ESTRELLA AZUL

 


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En la actual vorágine de bografías cinematográficas de músicos de rock tenía que haber sitio forzosamente para aquellos y aquellas situados en la categoría de los malditos; de momento no ha habido mucha película sobre estas figuras bastante abundantes en la historia del la música popular a excepción de Sixto Rodríguez, cuyo galardonado biopic documental Searching for Sugar Man (2014) es por cierto referencia hecha por la crítica española en relación a este sorprendente y muy logrado filme de ficción español que se acerca a la figura de un músico de culto no muy conocido pero con seguidores y muy talentoso: Mauricio Aznar (1964-2000), cantante, guitarrista, músico y poeta zaragozano cuya curiosa historia se nos cuenta en una película inclasificable y a caballo entre el docudrama y la ficción que de momento es una de las sorpresas más agradables de lo que llevamos de año en el cine español. Por supuesto, esperemos también que abra la veda a otros biopics musicales en el cine ibérico en años venideros, pero esta película hecha en coproducción con Argentina (en donde se ha rodado también gran parte) va más allá del biopic o del cine musical con una obra que en todo momento trata de huir del convencionalismo y que jugando con el drama, el costumbrismo y la comedia y con un constante enfoque antropológico y de retrato intercultural - en este caso entre Argentina y España focalizándose en la música- y con una sugerente utilización de la intertextualización metacinematográfica y de las fronteras entre lo real y lo recreado ofrece un espectáculo narrativo nada habitual en el cine comercial y que dejará con excelente sensación a cualquier gourmet cinéfilo. Javier Macipe, joven realizador forjado en documentales y cortometrajes, dirige magistralmente un filme que le augura un enorme futuro.

Esta historia de Mauricio Aznar, figura clave del rock aragonés, uno de los cabezas visibles del movimiento rockabilly en España, líder y fundador de la banda Más Birras y desde mediados de los 90 hasta su muerte volcado en difundir en la península el rico folclore argentino de la provincia de Santiago del Estero, esta centrada en la década de los 90 cuando precisamente Mauricio abandona la capital maña para viajar a Santiago del Estero para conocer de primera mano la música de ese lugar, que tanto le fascinaba y también para librarse de sus adicciones y tratar de reconducir su vida personal y familiar. Para ilustrar este aspecto que la película fija como clave se ha recurrido a las mismas y exactas localizaciones argentinas de la historia real con los mismos protagonistas sin trampa ni cartón: los Carabajal, la estirpre santiaguera de músicos que acompañó a Mauricio Aznar aquellos días ejerciendo en el tutela musical y personal y casi relación familiar se interpretan casi todos a ellos mismos, con el veterano cantautor y folclorista Cuti Carabajal interpretando a su hermano Carlos, mítico músico ya fallecido patriarca de los Carabajal y maestro de Mauricio. Ante estos datos, esta claro que estamos ante una película no muy usual en donde se recurren a todo tipo de recursos -dramáticos, poéticos, más costumbristas, y por no hablar de los momentos en los que se rompe la cuarta pared o la película de ficción se sale de si misma- para narrar un viaje inciático y de maduración, el de un ser desesperado en lo personal y superado por un negocio musical del que cada vez se siente menos parte que halla a bastantes kilómetros de su hogar el verdadero sentido de su existencia, unido a su cambio de percepción de la finalidad y la utilidad de la música y de la creación artística. Dentro de un casting lleno de juegos y trampantojos, Pepe Lorente, que encarna a Aznar, lo hace con solvencia, convicción y profesionalidad: se nota que el actor ha querido imbuirse del espíritu del personaje en una total inmersión - el mismo Lorente canta todas las canciones- y el resultado ha sido de chapó, con una interpretación matizada y prácticamnte diferente en cada uno de los instantes de la vida del personaje.

Con una excelente recreación de conciertos de Más Birras en los 90, una magistral oscilación y modelación dramática, unas interpretaciones de diez (con la mayoría no olvidemos actores no profesionales, especialmente los argentinos) y un especial cuidado en las escenas argentinas, La Estrella Azul ha resultado la sorpresa de la temporada. No faltan guiños como la presencia del no menos grande Gabriel Sopeña, gran amigo y colaborador de Mauricio, al final del filme o el cameo vocal de Enrique Bunbury, discípulo y admirador de Aznar, en forma de mensaje en el contestador. Una película que debe verse y degustarse.

domingo, febrero 25, 2024

BOB MARLEY: ONE LOVE

 


*** y 1/2

Los bopics de leyendas de la música popular siguen su marcha por las pantallas con filmes, como este que nos ocupa, más que eficientes. Bob Marley (1944-1981) el padre del reggae y una de las más influyentes figuras del rock de todos los tiempos tiene por fin su película en una producción honesta y esforzada aunque sin grandes alardes que dirige con habilidad Reinaldo Marcus Green. Focalizada entre los años 1976.1978 con algunos flashbacks en la década de los 60 - un importante acierto a la hora de tratar la historia- One Love trata de hacer una semblanza más personal y social que espiritual (que también hay y mucho) de Marley y pese que en ocasiones parece que está hecha con formulario y tópicos sobre biopics realmente logra sus propósitos de manera clara. Una cuidada ambientación en la Jamaica de los 70, una esforzada contextualización en la peculiar y conflictiva realidad politicosocial de la isla en la época y una introducción a la filosofía de la religión Rastafari refuerzan la credibilidad del filme, trufado de vistosas imágenes - espectaculares recreaciones de conciertos- y las canciones de Bob Marley, a veces interpretadas por el auténtico y otras veces por del Marley de la pantalla, Kingsley Ben-Adir, quien realiza un excelente trabajo.

La lucha de un hombre en un país pobre y casi sin esperanza, y sus ideas sobre la libertad y la paz extrapolables a cualquier contexto todo ello con la música como arma de combate son el patrón que marca el devenir del argumento del filme, centrado en la personalidad del músico y sus desvelos y contradicciones: su difícil relación con la industria discográfica, la tumultuosa vida familiar y la no fácil convivencia que tenía con su esposa Rita (Lashana Lynch) y las dificultades de mantener una vida personal y profesional plena y satisfactoria en su propio país son los aspectos más oscuros que trata el filme, los cuales se encuentran perfectamente situados en al narración. Por contra, cierto recurso a la simbología onírica para tratar el lado más espiritual de Bob Marley como rastafari se encuentra algo difuso y con demasiados recursos fáciles. No obstante, en líneas generales One Love: Bob Marley resulta un filme biográfico musical más que dgno que gustará tanto a seguidores del músico jamaicano como a quienes apenas han oído sobre él (y ene se sentido la propia película nos regala en su sountrack algunos de sus mejores temas, una gloria oírlos)

domingo, febrero 18, 2024

PRISCILLA

 



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Todavía relativamente reciente el Elvis de Buz Luhrmann la figura de Elvis Presley vuelve a asomarse por la gran pantalla, pero esta vez desde un prisma diferente ya que Sofia Coppola se ocupa en su nueva película de la esposa del “Rey”, Priscilla Wagner, conocida internacionalmente como Priscilla Presley. Con el beneplácito de la viuda de Elvis, que es productora ejecutiva de la cinta, y basándose en su libro de memorias Elvis and Me, la ilustre heredera del clan Coppola firma un biopic bien hecho, voluntarioso y que como gran acierto va directamente al grano: el mostrar la infelicidad de la joven esposa en su matrimonio con una gran estrella del show bussiness; pero sin embargo la cinta se percibe como coja en muchos aspectos. Es cierto que la joven Cailee Spaeny pone toda la carne en el asador para dar vida a Priscilla entre los 14 y los 29 años (la actriz cumple este año 26 años) y ella es prácticamente toda la película y que la ambientación en los 50, 60 y 70 es perfecta, pero tal vez lo poco dinámico de la escenografía (casi todo pasa en la mansión de Graceland ) y lo un tanto obvio y manido en la descripción de la relación tóxica del matrimonio (ninguneo, ausencias, algún conato de violencia) solo consiguen que Priscilla sea un buen filme a secas y eso que Sofia Coppola da muestras a que no renuncia a ser un autora y de vez en cuando haya destellos de su buen hacer y genialidad hereditaria. Y tampoco es que la interpretación del australiano de origen vasco Jacob Elordi como Presley, demasiado plana aunque esforzada y a bastante distancia de la que hizo Austin Butler, sea lo que necesite la película. Para más inri, casi no se oyen canciones del artista en todo el filme por problemas con los derechos, lo que lo lastra irremediablemente (la cosa se compensa con un buen puñados de clásicos de los 50 y 60 en la BSO). Pero que nadie se asuste, porque en Priscilla hay buen cine y una aproximación bastante esforzada a la realidad de Elvis, Priscilla y el complejo mundo que se urdió entre ambos.

La historia comienza en Alemania en 1959 con una adolescente Priscilla a la que la ya famosísima estrella del Rock le termina cortejando iniciando una relación casi secreta que no culminará realmente hasta la boda de ambos en 1967. Tutelada durante largo tiempo por el propio Elvis y el padre de este, la joven Priscilla tuvo que madurar a marchas forzadas pero jamás tuvo en su marido una relación amorosa propiamente dicha. Todo esto aparece muy bien reflejado en la película, en donde se presta especial atención a todo el séquito de colaboradores, parientes, amigos, músicos, y empleados que rodeaban a Elvis en su vida más o menos doméstica, en la cual Priscilla a duras penas encaja. Como biopic, la película triunfa y es convincente, lo mismo que como drama intimista, pero se echa en falta más emoción y algún momento verdaderamente de gran cine. Pero como opción de ver algún buen filme en los próximos días, Priscilla no defraudará.


martes, febrero 13, 2024

SALA DE PROFESORES (DAS LEHRENZIMMER)

 



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Funciona a las mil maravillas la ambientación en el mundo escolar y docente de este efectivo drama alemán que sin ofrecer tópicos manidos del cine protagonizado por profesores y alumnos y sin caer en el melodrama fácil e impostado muestra una serie de situaciones muy reales y extrapolables a cualquier entorno de la sociedad occidental sin una conclusión exacta y plausible. De hecho el personaje central de la idealista e ilusionada profesoratermina convirtiéndose - justa o injustamente- en una antiheroína y casi en una villana en una historia en donde la multiplicidad de visiones, los errores, las diferentes opiniones, la búsqueda de la verdad y el sentido de la justicia son leiv motivs que prácticamente terminan diluyéndose para ofrecer una crónica de ciertos males sociales de nuestro tiempo (prejuicios raciales, corporativismo, bienquedismo, egoísmo) en donde más que obervarse soluciones sencillamente se limita a exponer dichas deficiencias. Es cierto que a la película le falta garra, convicción y más dosis de buen cine desde el punto de vista dramático y por ello no deja de ser solo una buena película a secas, pero su planteamiento resulta enormemente intersenate a si como su convincente realismo naturalista.

Carla Nowak (Leonie Benesch) es una joven profa de matemáticas y educación física en un instituto de educación secundaria que ante una racha de robos en el centro que apuntaba erróneamente a un alumno de origen turco decide con la mejor de sus voluntades investigar por su cuenta colocando una cámara cerca de la sala de profesores, captando el dispositivo la entrada de la secretaria del instituto en la sala d, previa a la desaparición de dinero de la propia Carla. La propia ilegalidad de la acción con la cámara, la aseveración de la secretaria (madre además de un alumno de Carla) de su inocencia, las consecuencias para el chaval por la presunta culpabilidad de su madre y la cada vez mas agobiante situación de la docente en el centro tanto con el resto del profesorado como con el alumnado, los padres y madres de alumnos, con la dirección y consigo misma terminarán tejiendo una tela de araña en la que cada vez es más difícil salir y en la que cualquier solución se vislumbra difícil. La maestría del guion consigue una historia apasionante y bien contada realista y con mensaje, pese a que en ocasiones la multitud de temas abordados no parece el mejor recurso para ofrecer una historia concluyente. Con unos intérpretes adolescentes que están maravillosamnte bien- en especial Leonard Stettnisch que encarna al atribulado hijo de la acusada, en el que caerá casi todo el peso el caso y la ira de sus compañeros- y un rparto en general que funciona con creces. Sala de Profesores pese a no ser ningna obra maestra merece algo más de ser la típica película que en el futuro se pondrá en cineforums de enseñanza secundaria. De momento, allí está entre las nominadas a Mejor Película Internacional en los Oscar 2023.

miércoles, febrero 07, 2024

POBRES CRIATURAS (POOR THINGS)

 


**** y 1/2

Que aún queden directores personales, innovadores y sorprendentes como Yorgios Lanthimos es una excelente noticia. El realizador griego ya es autor de un filmografía tan fascinante como inquietante en sus temas que culmina de momento con la que es hasta la fecha actual su obra maestra, un inclasificable cuento fantástico con un inusualmente presentado mensaje de empoderamiento femenino y de rebelión personal y contra las injusticias que trata de despistar inteligentemente al espectador y sobre todo de hacerle partícipe de una historia inverosímil y extravagante que pese a todo termina atrayendo enormemente, gracias sobre todo a la curiosa atracción y carisma que ejerce su protagonista Bella Baxter, una antiheroína de manual en un primer análisis pero que esconde mucho más. Emma Stone, una estupenda actriz cada vez en mayor ascenso, da vida de manera magistral a esta joven victoriana pero fuera de cualquier contexto espaciotemporal en su bizarro proceso de maduración en la Europa y la América decimonónicas caricaturizadas en una suerte de anacronismos y recursos fantásticos varios.

Hay que tener en cuenta que ante todo Poor Things es un filme enmarcado dentro del género fantástico pero con una historia que aspira a ser realista con eso si su poso simbólico. Lanthimos, en un inteligente ejercicio de metaficción, no se ha andado con remilgos en esta cinta a la hora de mostrar abiertamente (y a veces de forma descarada) referencias cinematográficas y literarias varias: el H.G Wells de La Isla del Dr. Moreau, el Julio Verne más imaginativo, el Frankenstein de Mary Shelley, Metropolis de Fritz Lang, el comic francobelga (Tintín, Blake et Mortimer, Adele Blanc-Sec), la novela gótica, el steampunk...y todo perfectamente dispuesto e hilvanado para mostrar una historia que pese a todo resulta cien por cien original. Bella es el nombre que el Dr. Godwin Baxter (Willem Dafoe) un científico con el rostro desfigurado y extraños problemas físicos que tienen su (extravagante) explicación, ha dado a su “creación”, una anónima joven suicida revivida a la que el doctor ha trasplantado el cerebro del bebé que llevaba en su vientre, teniendo que educar desde el principio a la adulta como si de una niña se tratase. Para tal cometido cuenta con la colaboración del joven estudiante de medicina Max McCandles (Ramy Youssef) quien no tardará de quedarse prendado de Bella pese a que la muchacha, debido a su curiosa génesis, es impredecible, tosca y le cuesta distinguir entre lo que esta bien y lo que está mal. La entrada en escena de Duncan Wedderburn (Mark Ruffalo), un rico y pedante abogado, hace que Bella se decante por este para desesperación de Max debido a que gracias a él la joven puede conocer el mundo y la vida visitando diferentes países.

Plagada de detalles y guiños de todo tipo en sus imágenes -la fotografía tanto en blanco y negro como en color de Robbie Ryan es espectacular- que rinden homenaje tanto al expresionismo alemán como al Art Decó o la ilustración victoriana, la película no solo resulta una experiencia visual asombrosa, sino que la historia pese a su aparente simplicidad también llega a seducir al espectador gracias a sus curiosos diálogos, su teatralidad intencionadamente maniquea y en definitiva su condición de inteligente fábula grandguiñolesca. Detalles turbadores como los inquietantes, bastos e imposibles híbridos animales que prueban la mansión del Dr. Baxter o sorprendentes como los matices que Watson otorga a Bella- un personaje fascinante- y su evolución/maduración son otros pluses que la película presenta y que la alzan como uno de los mejores estrenos de los últimos meses.

domingo, enero 28, 2024

LA ZONA DE INTERÉS (THE ZONE OF INTEREST)

 


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Ya hace más de diez años que Jonathan Glazer rodó Under the Skin una turbadora cinta de ciencia ficción-terror que rompía no sólo con los convencionalismos de dichos géneros sino con los del lenguaje del cine, y en ese tiempo este sorprendente y dotado director proveniente del campo del videoclip no ha rodado nada pero la espera ha merecido la pena ya que el cineasta británico la ha vuelto a hacer con una película tan fascinante como extraña e incómoda (como lo era de otra manera Under the Skin) pero esta vez con una temática tomada de la historia contemporánea real - partiendo de una novela de Martin Amis- como es el holocausto judío llevado a cabo por el nazismo. El propósito del filme es claro: mostrar el terrorífico contraste entre la vida cotidiana y familiar del responsable del tristemente célebre campo de concentración de Auschwitz Rudolf Höss (Cristian Friedel en la película) con la propia existencia de dicho campo, contiguo a la residencia de los Höss y del que prácticamente no vemos su interior (ni nada de lo que sucede en él) en toda la película, tan sólo se contemplan sus límites y se oyen los siniestros sonidos (gritos, disparos, sirenas, ruidos de maquinaria) provenientes del complejo. El juego perverso de la película es evidente, y se vale de él para mostrar un espectacular trampantojo en donde se juega con la sugestión, la omisión de escenas, una cierta puesta en escena teatralizada y manierista que en realidad quiere apuntalar el verismo de la historia deconstruyendo lo que puede ser una filmación doméstica veraz y natural, actuaciones gélidas (y por ello tal vez más naturales), fotografía granulosa-amateur a la manera antigua y el ehcho de narrar una historia mínima o casi inexistente, donde sólo el ascenso profesional del comandante Höss en Berlín (que propicia las únicas imágenes filmadas fuera de la casa y Auschwitz) y las repercusiones que esto trae con su familia es lo único que puede considerarse como narrativo. Un peculiar filme de terror psicológico en resumidas cuentas que intencionadamente disfrazado de melodrama familiar Jonathan Glazer nos cuenta, también premeditadamente, sin pasión ni esperables recursos dramáticos cinematográficos. Digamos que formalmente el cine de Glazer se está convirtiendo casi la traslación al cine de aquel Duque Blanco que David Bowie creó en su música a mediados de los 70, algo que es notable en esta película.


Aunque paradojicamente lo que pretenda presentar sea una especie de documental sobre la vida de una familia, The Zone of Interest en su huida de los convencionalismos apuesta por el concepto arty del cine e invoca en dicho propósito a Alejandro Jodorowsky o David Lynch: los efectos de sonido turbadores y desagradables - que en la eplícula se antojan clave-; largas secuencias sin imagen solo con banda sonora, planos fijos; secuencias extrañas , inexplicables e inquietantes (esas escenas con luz nocturna, tan fascinantes como desconcertantes) otorgan un tono tan irrespirable como cautivador al filme. Pero lo más inquietante es desde luego mostrarnos el día a día de los Höss, él tratando de ser un padre modélico (cuatro hijos) y marido ejemplar volcado con su familia -las escenas con los niños, donde apreciamos una extraña mezcla de frialdad y amor entre la convicción y la impostura, son desde luego que reveladoras- cuya ocupación le convierte en un ser en realidad amoral e hipócrita y ella (la eficiente Sandra Hüller, vista recientemente en Anatomía de una caída) típica esposa del nacionalsocialismo devota de su esposo con un turbador lado déspota que muestra en inesperados momentos. La idílica vida familiar es la gran fachada de algo aterrador que nos vemos. Un gran ejercicio cinematográfico el de Jonathan Glazer que pese a que puede que no sea plato para todos los gustos, merece la pena ser visto.


martes, enero 23, 2024

PERFECT DAYS

 


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A sus casi 80 años Wim Wenders no solo sigue aún firmando grandes películas sino que es capaz de seguir evolucionando e incluso experimentando, si bien esto último de una manera más bien contenida. Cierto que el mítico realizador alemán autor de El Amigo Americano, El Estado de las Cosas, Paris,Texas o El Cielo sobre Berlín ya no es aquel sorprendente artesano-filósofo de la imagen que tanto influyó en el cine europeo e internacional independiente de los 80 y 90, pero aún se muestra inquieto y con ganas de aprender de la cultura y cinematografía de otros países, como es en este caso el cine nipón aunque nos ea la primera vez que el cineasta se imbuye en el mundo japonés. Perfect Days es, efectivamente, una película japonesa (aunque en coproducción con Alemania) rodada en japonés con reparto de ese país y que a través del drama-comedia con tintes intimistas y el protagonismo de personajes extraños y solitarios marca de la casa Wenders explora la temática de la rutina de la existencia humana y de como una actitud más o menos entusiasta y dispuesta hacer todo lo mejor posible disfrutando de pequeños placeres de la vida aunque estos solo puedan ser nimios o incluso insignificantes puede llevar a la felicidad pese a que, en resumidas cuentas, todo sea una mierda. Una casi inapreciable e inconsciente rebelión contra la mediocridad y lo anodino de la vida llevada a cabo por un personaje, Hirayama (Koji Yakusho), que con su existencia solitaria, silenciosa y rutinaria consigue vivir su vida de un modo para él satisfactorio.

El curioso elemento que centra el devenir del filme es la ocupación profesional de Hirayama, que es la de limpiador de los sorprendentes y un tanto bizarros aseos públicos japoneses, atrea a la que se entrega en cuerpo y alma y que es la que principalemente le depara su más bien pobre contacto con la gente. Asistimos a diferentes días en la vida del protagonista en donde repite todo de manera ritual (su empleo por la mañana, su costumbre de recoger ramas y esquejes y guardalos en su apartamento, su gusto por oír todas las mañanas en su coche viajas cintas de cassette de clásicos del rock de los 70 y 80) haciéndola variar mínimamente. Naturalmente para que una historia así lleguea (muy) buen puerto se necesita un guion sólido y una puesta en escena impecable, elemntos que esta película cumple con creces y es que, claro está, detrás está todo un Wim Wenders. Un filme que presenta la cualidad más atmosférica e hipnótica de parte de su filmografía remozada con los tropos habituales del cine oriental actual -parquedad descriptiva, ritmo más bien pausado- en los que el veterano cineasta obviamente se desenvuelve con soltura. Como también es característico en el cine de Wim Wenders el uso prácticamente narrativo de la banda sonora, en este caso con clásicos de Lou Reed (como el temazo que da título al filme), Velvet Underground, Patti Smith, Van Morrison y otros. Otra gloriosa muesca más en la extensa filmografía de un mito viviente del cine.

domingo, enero 21, 2024

VALLE DE SOMBRAS

 


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Un nuevo buen intento de consolidar el cine de género en España, esta vez sin logros extraordinarios pero cumpliendo más que dignamente propósitos. Salvador Calvo, responsable que fue de Los Últimos de Filipinas (2016) parece empeñado en dotar de una patina internacional a sus producciones rodándolas en escenarios no ya solo no españoles sino alejados de Europa, en este caso presentando una historia (inspirada vagamente en un hecho real) que se desarrolla casi exclusivamente en la zona indio-afganesa del Himalaya. Mezclando una sugerente (pero algo forzada) historia de maduración personal con el drama y el cine de aventuras, Valle de Sombras es una película muy esforzada desde el punto de vista técnico y también bastante efectiva en cuanto a su argumento, pese a algunas irregularidades y el recursos a diversos tópicos. El rodar con gran parte del reparto procedente de la India, Pakisitán o Afganistan, en los idiomas locales y con localizaciones en (muy bellos) lugares reales de la cordillera Himalaya es otro reto que el filme ha superado con admirable eficiencia, con una fotografía obra de Alex Catalán verdaderamente de recibo y a la altura de las circunstancias. No obstante, es en gran parte de soberbia interpretación de Miguel Herrán lo que consigue que esta película posea credibilidad desde la vertiente humanística y dramática de su argumento pese a que la cinta en sí carezca de un clímax acorde a sus propósitos y que en algunas ocasiones se pierda por vericuetos que podían haberse evitado.

Herrán encarna a Quique, un joven que en mitad de un ambicioso viaje aventurero por la zona india del Himalaya junto con su novia, Clara (Susana Abaitua) y el hijo de esta, Lucas (Iván Renedo) ve como estos son atacados y asesinados por unos individuos cuando los tres pernoctaban en una tienda de campaña. Horrorizado, traumatizado y malherido, Quique corre a buscar ayuda por el remoto paraje hasta que es recogido y llevado a una pequeña aldea entre las montañas cercana a un monasterio budista. Los monjes le someten a su disciplina y a sus normas y le comunican que deberá esperar al invierno para salir de la ladea y denunciar en la ciudad el crimen, pero para ello deberá realizar un peligroso trayecto del que puede que no esté preparado. Una joven y enigmática monja budista, Prana (Alexandra Masangkay, un descubrimiento el de esta actriz de origen filipino) y un muchacho del pueblo, Hara (Stazin Gonbo), serán sus mentores en esos extraños días. Rodada con mucha precisión y oficio, Valle de Sombras constituye una nueva muestra de la positiva evolución del cine español en los que a grandes producciones se refiere. Y mencionar también que la música del gran Roque Baños es excelente. Salvador Calvo se postula cada vez más como un director excepcional.

lunes, enero 15, 2024

YO CAPITÁN (IO CAPITANO)

 


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Un drama social de triste actualidad (la inmigración desde el áfrica subsahariana) contado por un cineasta total como Matteo Garrone. Y de una manera espectacular y efectiva, como él sabe. Sin filtros dulcificadores, sin excesivas dramatizaciones pero curiosamente sin renunciar al cine como espectáculo dotándose de un nada desdeñable presupuesto para rodar en diferentes localizaciones africanas desde Senegal hasta Libia pasando por el desierto del Sahara. Efectivamente, parece este un filme de aventuras y en realidad eso es lo que cuenta: la aventura de dos adolescentes senegaleses, Seydou (Seydou Sarr) y Moussa (Moustapha Fall) por llegar a Europa y huir de la pobreza labrándose un futuro como estrellas mediáticas en la sociedad occidental de tiktokers y youtubers .Obviamente el viaje será duro y dramático casi desde el primer momento: concesiones a las mafias de inmigración, difíciles controles de fronteras, detenciones, secuestros, amenazas de las mafias y de militares, torturas, dramáticos viajes a pie por el desierto...y todo esto antes de llegar a Libia, donde tampoco la cosa será fácil en el propósito de viajar por mar hasta Italia. Toda una visión hiperrealista, cruda y cruel de la experiencia migratoria de aquellos que son capaces de jugarse todo por una vida supuestamente mejor y aunque muchos se queden en el camino. Rodada con actores africanos no profesionales, escenarios reales, con situaciones presumiblemente extraídas de experiencias auténticas (es notorio que ha habido un enorme trabajo de documentación y entrevistas previo) y sin en ningún momento abandonar el realismo pese a mostrar viñetas fantásticas extraídas de los sueños de Seydou -en concomitancia con una suerte de realismo mágico onírico- se puede decir que Io Capitano es la mejor película sobre la inmigración de Africa-Europa que se ha hecho hasta el momento. Mateo Garrone demuestra que domina los tempos cinematográficos y que sabe narrar una historia enormemente dramática como nadie sin dejar de ser atractiva y sobre todo tocando al conciencia del espectador, el fin último de este filme, tal vez la obra maestra del director trasalpino.

Hay que tener en cuenta que esta no es una visión paternalista ni buenista del fenómeno migratorio, sino que trata ser una crónica lo más honestamente contada. Seydou, un chaval idealista y animoso que sueña con ser una celibrity en Europa se irá encontrando en su epopeya hasta Libia junto con su primo Moussa y otros emigrantes de Senegal y otros países del África negra con todo tipo de penalidades que ponen en juego su fe en conseguir su objetivo y que le separarán de Moussa sin que sepa cual ha sido el destino de su primo. Los dos chicos son dos héroes trágicos a su pesar, personajes inocentes y con pájaros en al cabeza a causa de su edad y de su entorno que no tardarán en madurar. El momento culminante del relato es cuando Seydou tendrá que comandar una destartalada embarcación cargada con medio centenar de personas desde Trípoli hasta el sur de Italia: la prueba definitiva para un niño de 16 años que busca ser algo más de lo que estaba destinado a ser en su país. Con momentos sublimes y destellos deslumbrantes de buen cine, su crudeza y dramatismo no debe impedir apreciar y disfrutar con una película de muchísimos kilates.

domingo, enero 07, 2024

LOS QUE SE QUEDAN (THE HOLDOVERS)

 


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Otro excelente ejemplo de que el cine norteamericano cuando trata de rendir homenaje a algunas de sus épocas más gloriosas -como en este caso el Nuevo Hollywood de finales de los 60 y principios de los 70- consigue películas de sublimes niveles más allá de pretensiones comerciales y búsqueda de éxitos en taquilla. Aunque también es cierto que para que ocurra esto hace falta que tras la cámara se encuntren directores talentosos, como lo es el hasta hace poco irregular Alexander Payne que con The Holdovers firma su mejor película con una comedia-drama ambientada a principios de los 70 en donde la historia de maduración personal juvenil de uno de los personajes se funde con la crónica de sujetos fracasados en el otro protagonista para dar en una suerte de historias personales paralelas que convergen en un relato común en donde coexisten la sátira, la crítica social y personal, la ternura, el drama personal más intenso, la chanza y la enseñanza moral en un tono que fluctúa efectivamente entre lo agridulce y lo optimista. Un guiño a las películas setenteras de Hal Ashby como los Harold y Maude o The Last Detail en donde la relación entre personajes muy diferentes llevaba a una historia sorprendente y espectacular, tal y como ocurre en Los que se quedan en donde el tributo a aquella época se extiende también a la presentación y los títulos de crédito con logos corporativos vintage, grafía setentista e incluso ya dentro de la película en una imagen que emula el grano del filme en los setenta llevando a cabo todo un metahomenaje que evidentemente tampoco se queda en eso.

El mundo académico es por otra parte el entorno donde se centra esta película, un elemento que ha dado muy buenos momentos a la historia del cine y que Payne ha sabido explotar especialmente en la caracterización de los personajes. Paul Hunham (Paul Giamatti) es el inflexible, un tanto excéntrico y huraño profesor de historia antigua en un elitista instituto-internado de educación secundaria en Nueva Inglaterra: en las navidades de 1970 tendrá que hacerse cargo de cinco algunos que por diversos mitivos no pueden pasar las fiestas con sus familias, cometido que le desagrada. Cuatro terminarán yéndose a los pocos días gracias a la intervención de la familia de uno de los chavales quedándose unicamente el rebelde, indeciso, inmaduro, tramposo pero inteligente Angus Tully (Dominic Sessa), que además es un caso claro de niño rico desacreditado por su familia. La relación entre el profesor y el pupilo esos días- con la presencia de la cocinera Mary (Da´Vine Joy Randolph) como poderoso y significativo testigo- no será fácil por las extrañas y desafiantes personalidades de ambos, pero diversos acontecimientos harán establecerse entre ellos una curiosa alianza. Puede que la historia no suene demasiado original ni en su planteamiento, ni en su nudo ni tampoco en su desenlace, pero el guión está salpicado de momentos más que geniales y de todo tipo (cómicos, dramáticos, esperpénticos, sentimentales) que elevan el tono de la película, un relato que hecho a partir de sketches, líneas de diálogo elaborados y momentos inesperados consigue ser una auténtica delicia. Merece mención especial la interpretación de Paul Giamatti que da total credibilidad a un personaje contradictorio y con secretos del que al principio no se sabe si sentir simpatía, compasión, desprecio o comprensión pero que termina siendo una especie de héroe inesperado, sin olvidar lo bien que está el joven Dominic Sessa como otro patético outsider que encontrará su camino en al figura de una improbable pero honesto mentor y sobre todo Da´Vine Joy Randolph como una mujer que revierte su sufrimiento y amargura en una honesta esperanza. Una película que puede tener su momento en los próximos Oscar.