Uno de los videos musicales mas controvertidos de la historia. Si tenemos en cuenta que el grupo autor de la canción Smack my Bitch up (algo así como, “soba a mi puta”) es The Prodigy, una de las bandas más polémicas y provocadoras de los 90, no era de extrañar que en cualquier momento sorprendiesen a la humanidad con algún soporte audiovisual bastante salido de madre. Pero lo que nadie pensaba en aquel 1997 es que fuesen tan lejos, o al menos eso era de lo que estaba convencida la bienpensante sociedad americana que despreciaba el cine de Tarantino, Danny Boyle se la refanfinflaba, e ignoraba a toda la subcultura clubber yanki (y Europea), especialmente a aquella que le daba a todos los palos toxicológicos y sexuales. El caso es que - cuando Youtube aún no existía- a los programadores de la MTV y otras muchas cadenas este videoclip les pareció todo una apología de sexo, droga y violencia, y no supieron muy bien que hacer con el, como algunas las emisoras de radio americanas y británicas que censuraron este tema por su (escuetamente) escabrosa letra. Eso si, al grupo de electropunk británico eso se la sudaba y ellos siguieron interpretándolo en directo y promocionándolo, hasta convertirlo en un clásico del Pop Rock de los 90.
El video en cuestión, al igual que el tema, pasó por la tijera de la censura en algunas escenas polémicas y fue prohibido en muchos países. En la MTV, que inicialmente decidió no emitirlo, ante la demanda de los espectadores comenzó a pasarlo pero solo en horario de madrugada. Obviamente algo estaba cambiando en el gusto del público. El videoclip, dirigido por el reputado sueco Jonas Akerlund (autor del también polémico y bestia My Favourite Game, de The Cardigans, visto en esta sección), esta rodado con cámara subjetiva desde el punto de vista del protagonista del corto, del cual asistimos a una movida tarde-noche de su vida, desde su domicilio hasta el garito de turno donde inoportuna a las chicas, monta broncas salvajes, se pelea y golpea a todo quisqui y termina en su casa montándoselo con una stripper. Asociaciones feministas criticaron al video de misógino y de hacer apología de la violencia contra las mujeres. Pero el hecho de que al final en el vídeo se muestre que el cafre protagonista sin rostro es una mujer, neutralizó algunas de esas denuncias y puso las cosas cuanto menos un poco confusas
Esta versión del videoclip de Smack My Bitch Up (tema del LP The fat of the land), contiene el audio de la versión completa pero no así todo el video, ya que a partir de al mitad más o menos ya no se ve nada. Lo siento, pero no he podido encontrar en Youtube una versión mejor o más completa, aunque al menos aquí aparecen la mayor parte de las escenas más polémicas (algunas censuradas en su día), tan solo se hecha en falta la escena sexual y el sorprendente final al que hemos aludido antes. Este filme sigue apareciendo en los primeros puestos de numerosas listas de los vídeos musicales más polémicos o impactantes de la historia, y por derecho propio. Bestial.
viernes, enero 08, 2010
THE GREAT VIDEOCLIP LIBRARY (14). THE PRODIGY: SMACK MY BITCH UP (1997). ASI ES LA VIDA NOCTURNA…
jueves, enero 07, 2010
El aparatito de Lumiere - BIENVENIDOS A ZOMBIELAND (ZOMBIELAND)
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El cine de zombies esta de moda, como también el de vampiros. Lo malo del primero es que últimamente parece haber cambiado sustancialmente el concepto de zombie en cuestión y, bueno, ya nada parece ser lo mismo; ¿Dónde quedaron aquellos zombies muertos resucitados, en lugar de víctimas de epidemias infecciosas como los que nos presentan últimamente? Precisamente esta es la premisa de esta entretenida y gamberra comedia fantástica (con poco de terrorífica), más una lectura friki y pastiche que una película que con pretensiones de un mínimo de originalidad. Zombieland, es una divertida broma a costa del subgénero “zómbico” y de sus tópicos, con una historia que arranca en unos EEUU asolados por la epidemia de muertos vivientes de turno y unos escasos supervivientes que tratan de defenderse contra viento y marea del resto de ciudadanos norteamericanos, convertidos en salvajes zombies hambrientos de carne humana. Un excéntrico veinteañero (Jesse Eisemberg), un pendenciero cazador de zombies armado hasta los dientes (Woody Harrelson), y dos hermanas también de armas tomar (Emma Stone y Abigail Breslin), llevan a cabo un desquiciado viaje por las desoladas carreteras mientras sortean las amenazas de los muertos vivientes. Una Road Movie ingeniosa e inofensiva cuyo fin es únicamente entretener al espectador y que cumple con creces su cometido, incluso para aquellos no aficionados al cine fantástico, ya que en realidad funciona como una parodia.
Hay momentos divertidos y otros un poco más cargantes, ya que la peli, como cinta de acción, adolece de ritmo, y en ese sentido puede defraudar a los que esperen algo más movido. No hay mucha sangre pero si bastante violencia y un cierto tono tarantiniano de manual. Son especialmente graciosas las escenas en Beverly Hills con cameo de Bill Murray interpretándose así mismo y homenaje a Cazafantasmas incluido. Por cierto, se deja la puerta abierta a una secuela. No hará historia como saga, pero seguro que cuando se edite en DVD creará algún pequeño séquito de fans.
miércoles, enero 06, 2010
LA EDAD DE DE ORO DE LOS JUGUETES: 1975-1985
En España, el Baby Boom más importante del siglo XX se produjo en el periodo comprendido entre finales de la década de los 60 hasta el año 1979, época que coincidía con el fin del Franquismo y la llegada de la democracia a la península ibérica. Es decir, que durante los 70, 80 y buena parte de los 90 el número de niños y niñas en España fue enorme, y por lo tanto buena parte de las políticas públicas tuvieron que dirigirse a este sector de población, fundamentalmente en lo concerniente a educación, ayudas, ocio, etc, y en definitiva, todo lo que garantizase al bienestar de los infantes, el cual constituyó durante varios años un cohorte poblacional considerable. Como todo el mundo sabe, la situación demográfica española poco tardó en revertirse y lo que parecía un rejuvenecimiento de la población pronto dio paso a un envejecimiento debido al aumento de la esperanza de vida, pero esas son ya otras historias. El caso es que durante buena parte de los 70 y 80, la población infantil, por su magnitud, constituyó el público objetivo y la clientela de un gran número de empresas de varios sectores (editorial, papelero, musical, de ocio, audiovisual, de comunicación juguetero) es decir, toda una industria focalizada en la infancia. No sería exagerado decir que durante el periodo 1975-1985 gran parte de la economía española estuvo sustentada en el público infantil.
En realidad, la industria española no hizo nada diferente a otros países del mundo en aquella época, donde demográficamente la situación era similar. Los años 70 y 80 vieron crecer, en la sociedad occidental, al fenómeno del marketing y el merchandising correspondiente al cine, la televisión (que en los 70 era ya la principal fuente de distracción de toda una generación), los deportes y la industria del entretenimiento en general, además de ser testigos de unos niveles de bienestar que hacían inevitable que la oferta de productos de hogar, ocio y comunicación aumentase considerablemente en cuanto a cantidad y calidad. En otras palabras, la sociedad del consumo despegó, algo que estaba ensayando en décadas anteriores. Y el público infantil, por su especial situación de dependencia y de proyecto de futuro, dentro de esta vorágine debía de ocupar un lugar principal. Había que vender y ofrecer los sueños de la niñez; pues a ello. En los 70 y 80 en Europa occidental, el continente americano, Japón y prácticamente todo el mundo, la industria del entretenimiento (libros, publicaciones, juguetes, cine, TV, informática, parques de atracciones, etc.) comenzó a focalizarse en el público infantil. Y no tardó en verse que era un gran negocio, gracias sobre todo al la cultura de la comunicación de masas.
En lo que al Estado Español respecta, en la segunda mitad de los 70, además, se pasó a una nueva situación política y social que tuvo como efecto más notable en lo que a sociedad del consumo se refiere la liberalización de la oferta al público infantil por parte de la empresa privada en cuanto a variedad temática, algo que hubiese sido mas difícil en tiempos de regimenes totalitarios como el franquismo. Efectivamente, el Baby Boom español, propició una generación (nacidos entre 1968 y 1979) que además de crecer y educarse en una sociedad democrática le tocó vivir una época en la historia de España en al que el cierto crecimiento económico acarreó un desarrollo de la sociedad del consumo como jamás antes se había experimentado en la historia de España y que aún estamos viviendo. Pero es que, en aquel momento (años 70-80), la población infantil en España era tan grande que, al igual que en otros países, la industria del ocio y por supuesto la educativa, sustentándose en esta cohorte generacional, alcanzaron un enorme desarrollo. Dentro del sector del ocio y del entretenimiento, esta claro que un producto debía de ocupar el lugar principal, por razones educativas, morales, de desarrollo, y de bienestar: el juguete. Durante el periodo 1975-1985, el sector juguetero en la aún joven democracia hispana vivió su era de esplendor, gracias al Baby Boom de años anteriores, el aumento de la creatividad en la sociedad española, la cultura de al comunicación, el influjo de los Mass Media en la población infantil, la consolidación del marketing, y en fin, un gran número de factores imposibles de enumerar y entre los que siempre alguno se nos escapará. Pero esta claro que el influjo del cine y la tele, ya muy extendidos gracias al comienzo de la globalización en la comunicación, fue fundamental, ya que mucha de la oferta infantil juguetera y editorial estaba basada en los nuevos ídolos de los niños, generalmente surgidos de la pantalla grande o pequeña (sobre todo de esta), sin olvidar tampoco a la música o el deporte.
En España, la industria juguetera siempre fue importante; ya lo era durante el franquismo, época de su desarrollo fundamental, pero fue a partir de la segunda mitad de loa 70 cuando se dio su mayor crecimiento, gracias al aumento demográfico de su público objetivo y de la aplicación de nuevas técnicas de producción, todo ello con la ayuda de la publicidad y el marketing, ya bastante desarrollados en España a partir de aquellos años. Sin pretende hacer una historia de los juguetes en España, es inevitable referirse a que la industria juguetera en España nació en Ibi (Alicante) a principios del siglo XX, y que tuvo a otra localidad alicantina, Onil, como foco principal de las empresas jugueteras en España durante la segunda mitad del siglo pasado. Poco imaginaban esas compañías que a finales de la centuria se convertirían en lagunas de las empresas más prósperas de España, cuando el plástico se convirtió en el material principal de los juguetes desplazando al metal. La edad de oro de los juguetes en España abarcó aproximadamente 10 años, aquellos en los que la generación del Baby Boom hispano ya tuvo edad de “pedir” y en los que el número de empresas jugueteras españolas fue ciertamente enorme y su dinamismo espectacular, con una oferta juguetera realmente rica, variada, y estimulante. Luego llegaron los tiempos de vacas flacas, con menos críos, menos dinero en las jugueteras y un descenso alarmante en la calidad creativa de los juguetes. Los que pertenecimos a esa generación que pudo disfrutar de aquellos maravillosos juguetes siempre estaremos agradecidos a aquellas compañías por ofrecernos aquellos productos que nos marcaron para siempre y cimentaron nuestra educación y nuestra maduración y desarrollo personal. Los momentos de felicidad vividos por varias generaciones de hoy adultos y adultas con clicks, barriguitas, nancys, fuertes de Comansi, coches de Rico, madelman y todo tipo de juguetes fueron innumerables e inolvidables. Una influencia total en la vida de muchos.
La mayor parte de la oferta juguetera de aquellos años fue ideada y fabricada en la península, aunque también se distribuyeron y adaptaron juguetes nacidos en otros países, principalmente en EEUU, la mayor industria juguetera mundial, mediante empresas filiales y sucursales. Un repaso a todos los juguetes de aquella época, por somero que sea, sería interminable y siempre nos dejaríamos algo en el tintero, pero vamos a tratar de hacer une esfuerzo memorabilia para recordar algunos de los juguetes mas significativos de toda una era.
Empezamos con muñecas. Algunas de las muñecas emblemáticas de aquellos años vieron la luz años antes, en la década de los 60, con el plástico como material principal y firmando el acta de defunción de las muñecas de cartón y porcelana. La empresa “muñequera” española por excelencia fue Famosa (Fabricas Agrupadas de Muñecas de Onil S.A), radicada en Onil, y si no monopolizó la producción de muñecos durante los 70 y 80, poco le faltó. La legendaria Nancy, lideró durante el periodo 1966-
Famosa no fue la única compañía que fabricaba muñecas. Jesmar, Berjusa, Vicma, también se hicieron de oro en Aquila época. Posiblemente, coetáneas de género femenino conocerán mejor aquellos productos que un servidor, ya que al no tener aquel tipo de juguetes no me alcanza la memoria para enumerar diferentes modelos de muñecas existentes en aquellos años. Eso si, siempre serán recordados los muñecos calvos que trataban de asemejarse (es un decir) a un bebé de 5 o 6 meses y sus “secuelas”, ya con más edad u pelo, pero siempre de un tamaño y gordura descomunal. Hubo muñecas de todo tipo, tamaño y condición que andaban, gateaban, tomaban el biberón, etc. Ya en otro plano muñequil, desde EEUU llegó a finales de los 70 Barbie, la mítica muñeca adulta de rubios cabellos que desde los años 50 era el juguete mas vendido en USA. También desde allí llegó, en 1984, la famosa Cabbage Patch Kids, a.k.a. en España “Muñeco Repollo”, con sus revolucionarios certificados de nacimiento y adopción bajo el brazo y sus no menos novedosos rasgos individualizados; incluso tuvo algún sucedáneo en España, comercializado incluso antes que sus inspiradoras yankis.
La popularización del plástico llevó a que los muñecos y miniaturas humanas, humanoides o animales fuesen omnipresentes en esos años, para gusto del consumidor, tanto para niños como para niñas, dos públicos que en aquella época se consideraban totalmente separados, aunque a la hora de la verdad los chicos jugaban también con juguetes de chicas y estas con los de chicos. Un análisis de los juguetes del periodo dorado, no debe excluir najo ningún concepto los muñecos de plástico más legendarios para los pequeños españolitos de entonces: los Clicks de Famobil (posteriormente de Playmobil). Estos diminutos, rudimentarios y entrañables muñequillos comenzaron a fabricarse en España en 1976, procedentes de Alemania, donde nacieron en 1971 de la mano de la empresa Playmobil con enorme éxito. Durante los 70 diferentes empresas de distintos países obtuvieron licencia para fabricarlos y comercializarlos, entre ellos Famosa, quien creó para ellos la marca Famobil, aunque a finales de los 80 se crea la sucursal ibérica de Playmobil y el término Famobil pasará al terreno de la nostalgia. Se podría escribir un post entero sobre los clicks, la verdad; su mundo de escenarios y accesorios era interminable, pues a parte de venderse clicks individuales de diferentes modelos (piratas, vaqueros, soldados medievales, séptimo caballería, albañiles, guardias de tráficos, toreros…) existían cajas con chulísimos galeones piratas, circos, oasis árabes, fuertes, poblados del Oeste, y todos ellos montables (lo del modalismo en pequeña escala para los críos fue una constante en los juguetes de esos años). Hoy en día, aunque con más pena que gloria, los clicks se siguen fabricando, pero lo más importante es que son objetos de coleccionista y no son pocas las exposiciones que se hacen con los innumerables modelos y sus míticos dioramas, complementos y maquetas. Un juguete mítico.
Los clicks crearon escuela y desde España se les trató de dar respuesta. La “réplica” mas conocida de los clicks en España fueron sus primos catalanes, los no menos míticos Airgamboys, que entre 1976 y 1986 también vendieron lo suyo. Eran de mayor tamaño que los clicks, y aunque también rudimentarios, algo más elaborados y con apariencia de adultos, ya que los pequeños germanos asemejaban más a niños. También había infinidad de modelos y sus trajes eran más logrados que los de los Famobil. La verdad es que sus vehículos, accesorios y cosas en general eran mejores y más atrayentes que los de los clicks, y sus creadores y diseñadores demostraban tener ideas e imaginación. Hubo una línea de ciencia-ficción, con astronautas y extraterrestres, otra de personajes de terror, se superhéroes, de fútbol (conformando una especie de mini futbolín). Existían unos 10 modelos de careto diferentes, a parte de cabezas ya diferentes para líneas concretas (monstruos, extraterrestres) y al igual que los clicks con las clicks, existía también una versión femenina, Miss Airgam. La empresa que los fabricaba, Magriá S.A, les dejó de fabricar en 1986. Aparte de los airgamboys, hubo también otros muñecos del tipo que no tuvieron tanta popularidad como los clicks o airgamboys.
Pero los muñecos para chicos que eran los mas “in” y que arrasaban eralas que serían las primeras “action figures” que se comercializaron en España, y que eran realistas muñequillos masculinos. En el lugar preponderante se encontraban los Madelman, figuras de unos
La reproducción lo más fiel posible de la vida real y del mundo de los adultos era la inspiración de gran parte de los juguetes de la época, por lo que proliferaron los coches teledirigidos, las motos, los trenes eléctricos. Las casas Rico y Payá, dos de las más antiguas jugueteras de España, eran las especialistas en vehículos en miniatura, juguetes muy preciados para regalos de navidad o de reyes. Ibertren fue el tren eléctrico de varias generaciones de mozalbetes ibéricos. Pero si hubo alguna vez un juego mítico, preciado, recordado y con gran nivel de culto ese fue el mítico Scalextric, superviviente en el siglo XXI (aunque ahora gusta más a los adultos) y en constante evolución. Esta era una patente británica que arribó en España en 1962 de la mano de Exin, convirtiéndose durante muchos años en un juguete muy popular en la península, con sus carreras caseras de coches de competición que iban renovándose en el tiempo en la medida en la que surgían nuevos modelos de Formula 1, Rally, GT, etc. con gran realismo. Agarrar el mando de un coche de Scalextric era una sensación única. Como también eran únicos, por la diversión que proporcionaban, las nuevas versiones en plástico del tradicional futbolín de madera y metal, como las que fabricaba Innovac Rima, quien introdujo modificaciones en el diseño original eliminando las barras y poniendo en su lugar o bien mandos mecánicos o simplemente muelles en los pies de los “futbolistas” de plástico, para que chutasen haciendo efecto palanca. Hasta el basket conoció su miniversión, el Exin Basket, aunque este se lanzó ya por 1986, por obra de Exin, una de las jugueteras punteras.
Hubo muchos juguetes de fabricación exclusiva española que ocupan un lugar fundamental no solo en la memoria y la nostalgia, sino en la educación sentimental de la sociedad española, como lo pueden ser los Juegos Reunidos Geyper, una serie de cajas con varios juegos de mesa y de azar que a lo largo de casi 30 años (¡de
Turno para la creatividad y la imaginación. Si lo que se trataba era de hacer y construir, el Mekano de toda la vida ya se había quedado obsoleto, ahora se estilaban los ladrillitos de plástico. De Dinamarca llegó a finales de los 70 uno de los mejores juguetes de la historia, Lego, que en la actualidad sigue siendo unos de los juguetes mas vendidos en todo el mundo y todo un emporio económico. Se podían hacer casas, aviones, barcos, personas, ciudades enteras, con o sin los muñecos complementarios de Legoland, casi tan populares como los cliks. Tan divertido como instructivo, y con modelos para todas las edades, su riqueza de posibilidades era, y sigue siendo, enorme. Y durante unos años a los lego les salió un competidor español, Tente, de Exin, en donde se daba más importancia a los planos y las instrucciones para hacer modelos de barcos, naves, etc (aunque en Lego también había) y en ese sentido las posibilidades de improvisación y verdadera creatividad con esos juguetes eran menores.
Ya antes hemos adelantado varios de los juguetes de patentes extranjeras que triunfaron en España en al edad de oro de los juguetes, pero aún hubo muchas más. La casa Congost comercializó- a parte de Barbie y Big Jim- muchos juguetes de la multinacional yanki Mattel y también de MB. A finales de los 70 y principios de los 80 Congost hizo muy popular en España juguetes como el Tragabolas, el juego de los cuatro hipopótamos que atrapaban bolas con sus fauces de plástico y que logró durar muchos años, ya fabricado por MB cuando se estableció en España. Otros juguetes muy populares de MB de aquellos años fueron Operando, Enredos (Twister) o Simon, juegos con su componente educativo y que acercaron la globalización juguetil a
Tampoco hay que olvidar los juegos de una marca mítica como Educa, empresa madrileña que aun continua al pie del cañón con sus juguetes educativos, aunque ya nada es como antes, aunque hayan entrado con acierto en el campo de los videojuegos. En aquellos años los puzzles (la especialidad de Educa) eran un juguete popular y uno de los regalos de reyes y de cumpleaños mas preciados; ahora ya solo parece un entretenimiento residual para personas mas bien adultas. En fin, que en este recorrido por la era dorada del juguete en España no hemos podido abarcar todo lo que desearíamos- sería imposible dada la inmensa variedad del sector en aquellos años - y muchas cosas se nos han quedado en el banquillo. La ramificación es inmensa. Pero es evidente que los juguetes vivieron el la península ibérica entre 1975 y 1985 una época irrepetible que dejó marcada a toda una generación. Jamás se hicieron juguetes con tanta calidad (pese a algunos errores) y que cumpliesen tan bien su función, la de divertir, entretener y educar.