sábado, septiembre 24, 2022

EL ACUSADO (LES CHOSES HUMAINES)

 


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Hay que comenzar diciendo que Les Choises Humaines no es un drama judicial en el sentido estricto de la palabra pese a que un juicio constituye la base de la película ni tampoco es una película que se proponga tratar a muy a fondo un tema tan actual como es la violencia sexual y todas sus consecuencias y posturas sociales, pero esta claro que es un filme hecho para reflexionar y remover conciencias sobre un asunto bien espinoso como es donde esta el límite entre la violación y el consentimiento. Yvann Atal (Una razón brillante) es evidente que es un director brillante a la hora de moldear dramas sociales más bien complejos (reflejando contradicciones existentes en la vida real) haciendo partícipe al espectador a la hora a la hora de atar cabos en la historia y sobre todo en valorar los hechos. Con esta película, el público de la misma se eleva a la posición de juez a la hora de elaborar un veredicto escuchando a los diferentes protagonistas de un caso, veredicto que por cierto oímos en el filme y con el que podremos estar de acuerdo o no. El guión, en donde no falta la crítica social actual en diferentes vertientes y no solo en el tema de la violencia de género y las políticas sobre la materia, esta espléndida y cuidadosamente dispuesto para ofrecer un relato duro pero inteligentemente sugerente.  

El joven Ben Attal, hijo del realizador, encarna muy dignamente a Alexandre Farel, un inteligente universitario hijo de un reputado periodista (Pierre Ardati), y de una intelectual feminista (Charlotte Gainsbourg) que es acusado de violación por su hermanastra Mila (Suzzanne Joannet) hija de la nueva pareja de su madre a la que acaba de conocer. Alexandre está convencido de su inocencia y Mila de ser víctima de una agresión sexual, mientras los padres del joven tratan por todos los medios de que todo salga lo mejor posible para él especialmente por el revuelo mediático ocasionado al ser hijo de dos personas públicas. La posición de Claire, la madre, por su condición de feminista militante (enfrentada con otras feministas más radicales) queda en entredicho mientras que Jean, el progenitor, reflexiona si su condición de mujeriego ha influido en la conducta de su hijo.  Acusaciones, razonamientos de los protagonistas, contradicciones en las declaraciones legales, reflexiones sobre la masculinidad y la sumisión de las mujeres, recapitulaciones de los hechos, todo desfila con buen hilo conductor hasta llegar al momento culminante del juicio que narrativamente se superpone con flashbacks del momento de los acontecimientos en donde no se nos muestran intencionadamente momentos clave, tal vez ni siquiera haga falta.

Es cierto que la duración un tanto dilatada del filme lleve a veces a la fatiga y que  falta cierto elemento pasional, pero es que El Acusado es un trabajo que trata de ser realista y no ceñirse demasiado a apaños estilísticos del medio cinematográfico. El reparto, donde también se encuentra Mathieu Kassovitz, está estupendo tal y como corresponde a un filme de estas características. Una película necesaria y honesta.  

lunes, septiembre 19, 2022

LA VIDA PADRE

 


 

** y 1/2

El cierto encasillamiento que ha experimentado Karra Eljealde desde Ocho apellidos vascos parece haber ocasionado un subgénero dentro de la comedia española, el de la comedia vasca con Karra Elejalde. Allí podría adscribirse esta divertida aunque algo irregular cinta en donde el intérprete gasteizarra es amo y señor echando mano una vez más a su peculiar vís cómica pero repitiendo una vez más los tics de su ya mítico personaje de Koldo Zugasti: un vasco maduro cascarrabias pero entrañable. Sobra decir que este filme muy difícilmente hubiera podido ser concebido sin Elejalde, pero sería injusto no admitir que la película atesora una cierta personalidad propia con un humor inteligente entre Woody Allen y la comedia francesa y buenos momentos cuando se inserta un componente melodramático de inspiración familiar, especialmente en los compases finales. No obstante, su eusko costumbrismo a veces ramplón, lo poco trabajado de varios aspectos claves de su guión (obra del veterano Joaquín Oristerll), una dirección demasiado rutinaria y su ya comentada supeditación a la interpretación de Karra malogran lo que podía haber sido una más que aceptable comedia.

Pese a que muchas veces la película no facilita muchos momentos de excelso lucimiento actoral, el reparto funciona perfectamente - y no solamente su protagonista- con un Enric Auquer que demuestra ser un actor versátil y con futuro y un buen elenco de intérpretes (Megan Montaner, Maribel Salas, Gorka Aguinagalde, Lander Otaola), en su mayoría vascos, que consiguen momentos creíbles y algunas veces entrañables. La química entre Auquer y Elejalde funciona muy bien y en ella se basa la credibilidad del film, el primero como un joven y exitoso chef bilbaíno que con el restaurante heredado de su supuestamente fallecido padre parece haber tocado techo personal y el segundo como el increíblemente retornado progenitor que con una extraña amnesia parece haberse quedado estancado en el año de su desaparición (en 1990) y lo ve todo (la ciudad de Bilbao incluida) como si nada hubiese cambiado creyéndose aún el jefe de cocina de cocina del local. Entre la ternura, la ironía, el equívoco y la crítica social (la consabida cultura del éxito y el competitivo mundo de la alta cocina) el filme pese a no ser nada perfecto consigue entretener y generar sonrisa, al fin de cuentas el objetivo de cualquier comedia.