domingo, marzo 03, 2024

LA ESTRELLA AZUL

 


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En la actual vorágine de bografías cinematográficas de músicos de rock tenía que haber sitio forzosamente para aquellos y aquellas situados en la categoría de los malditos; de momento no ha habido mucha película sobre estas figuras bastante abundantes en la historia del la música popular a excepción de Sixto Rodríguez, cuyo galardonado biopic documental Searching for Sugar Man (2014) es por cierto referencia hecha por la crítica española en relación a este sorprendente y muy logrado filme de ficción español que se acerca a la figura de un músico de culto no muy conocido pero con seguidores y muy talentoso: Mauricio Aznar (1964-2000), cantante, guitarrista, músico y poeta zaragozano cuya curiosa historia se nos cuenta en una película inclasificable y a caballo entre el docudrama y la ficción que de momento es una de las sorpresas más agradables de lo que llevamos de año en el cine español. Por supuesto, esperemos también que abra la veda a otros biopics musicales en el cine ibérico en años venideros, pero esta película hecha en coproducción con Argentina (en donde se ha rodado también gran parte) va más allá del biopic o del cine musical con una obra que en todo momento trata de huir del convencionalismo y que jugando con el drama, el costumbrismo y la comedia y con un constante enfoque antropológico y de retrato intercultural - en este caso entre Argentina y España focalizándose en la música- y con una sugerente utilización de la intertextualización metacinematográfica y de las fronteras entre lo real y lo recreado ofrece un espectáculo narrativo nada habitual en el cine comercial y que dejará con excelente sensación a cualquier gourmet cinéfilo. Javier Macipe, joven realizador forjado en documentales y cortometrajes, dirige magistralmente un filme que le augura un enorme futuro.

Esta historia de Mauricio Aznar, figura clave del rock aragonés, uno de los cabezas visibles del movimiento rockabilly en España, líder y fundador de la banda Más Birras y desde mediados de los 90 hasta su muerte volcado en difundir en la península el rico folclore argentino de la provincia de Santiago del Estero, esta centrada en la década de los 90 cuando precisamente Mauricio abandona la capital maña para viajar a Santiago del Estero para conocer de primera mano la música de ese lugar, que tanto le fascinaba y también para librarse de sus adicciones y tratar de reconducir su vida personal y familiar. Para ilustrar este aspecto que la película fija como clave se ha recurrido a las mismas y exactas localizaciones argentinas de la historia real con los mismos protagonistas sin trampa ni cartón: los Carabajal, la estirpre santiaguera de músicos que acompañó a Mauricio Aznar aquellos días ejerciendo en el tutela musical y personal y casi relación familiar se interpretan casi todos a ellos mismos, con el veterano cantautor y folclorista Cuti Carabajal interpretando a su hermano Carlos, mítico músico ya fallecido patriarca de los Carabajal y maestro de Mauricio. Ante estos datos, esta claro que estamos ante una película no muy usual en donde se recurren a todo tipo de recursos -dramáticos, poéticos, más costumbristas, y por no hablar de los momentos en los que se rompe la cuarta pared o la película de ficción se sale de si misma- para narrar un viaje inciático y de maduración, el de un ser desesperado en lo personal y superado por un negocio musical del que cada vez se siente menos parte que halla a bastantes kilómetros de su hogar el verdadero sentido de su existencia, unido a su cambio de percepción de la finalidad y la utilidad de la música y de la creación artística. Dentro de un casting lleno de juegos y trampantojos, Pepe Lorente, que encarna a Aznar, lo hace con solvencia, convicción y profesionalidad: se nota que el actor ha querido imbuirse del espíritu del personaje en una total inmersión - el mismo Lorente canta todas las canciones- y el resultado ha sido de chapó, con una interpretación matizada y prácticamnte diferente en cada uno de los instantes de la vida del personaje.

Con una excelente recreación de conciertos de Más Birras en los 90, una magistral oscilación y modelación dramática, unas interpretaciones de diez (con la mayoría no olvidemos actores no profesionales, especialmente los argentinos) y un especial cuidado en las escenas argentinas, La Estrella Azul ha resultado la sorpresa de la temporada. No faltan guiños como la presencia del no menos grande Gabriel Sopeña, gran amigo y colaborador de Mauricio, al final del filme o el cameo vocal de Enrique Bunbury, discípulo y admirador de Aznar, en forma de mensaje en el contestador. Una película que debe verse y degustarse.

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