
En el del siglo XX surgió un fenómeno editorial dentro de la literatura infantil que se convirtió en algo enormemente lucrativo para autores y compañías editoriales: las series de libros para niños sobre personajes concretos, que comenzó en serio en los años 20 con Just William (Guillermo el Travieso) de Richmal Crompton. Estas colecciones lanzaban uno, dos o haste tres títulos al año o cada dos años y ya las primeras (caso del ya citado Guillermo) tendieron a prolongarse en el tiempo por espacio de décadas y décadas, pese a que los pequeños protagonistas permanecían perennemente en la infancia y apenas crecían. Las primeras series literarias infantiles del siglo XX nacieron en el Reino Unido y Estados Unidos, pero pronto se expandieron y tradujeron por todo el mundo. Los primeros ejemplos de este, digamos, subgénero literario (aunque sería más correcto decir editorial) tenían como protagonistas a niños y niñas traviesos o ingeniosos que pronto se buscaban la complicidad y simpatía del pequeño lector, el cual se enganchaba al personaje y su mundo y deseaba la pronta aparición del siguiente número de la serie para devorarlo con fruición. En la primara mitad del siglo XX, Guillermo el Travieso, o Santa Clara de Enid Blyton (revadora del género literario infantil) presentaban historias cotidianas y costumbristas ambientadas muchas veces en colegios o internados, con mucho humor pero también con cierta intencionalidad didáctica hacia el público infantil. Eran aventuras escritas muy al estilo anglosajón, influenciadas por la literatura infantil de Mark Twain (Tom Sawyer, especialmente) y narradas en diferentes volúmenes, cada uno con una historia sobre el personaje, personajes o entorno autoconclusiva (a veces eran diferentes capítulos-historietas independientes), que lograron embrujar a niños y niñas de todo el mundo y que engordaron las arcas de sus autores y de las editoriales, cuando aún el término de franquicia y los derechos de copyright y sindicación no se habían estandarizado del todo. El rasgo más llamativo era el hecho de que los niños eran los protagonistas absolutos de esos libros, y que todas sus vivencias allí descritas giraban en torno al propio mundo infantil y a su percepción de la vida. No era esto algo nuevo en la literatura para niños, pero la popularización de estos títulos extendió la tendencia en diferentes campos como el cine, la televisión o el cómic. En España, en los años 30 Elena Fortún adoptó el formato de libros serializados para el público infantil con sus personajes de Celia y Cuchifritín.
No obstante, en la segunda mitad del siglo XX las series de libros infantiles experimentaron una significativa “reinvención” con el surgimiento de una nueva línea argumental, que iba más allá de las travesuras o las historias cotidianas: las aventuras vividas por niños. Tomando como inspiración la literatura de aventuras (Haggard, Verne, Salgari) y el género detectivesco (Doyle, Christie) pero enmarcando las historias en más o menos inocentes ambientes infantiles sin la parafernalia adulta de las novelas de eso géneros, tras la Segunda Guerra Mundial, varias pandillas de chavales y chavalas y algún que otro infante por su cuenta y riesgo se lanzaron desde las páginas de los libros a trepidantes aventuras de acción, suspense, detección, aventura e incluso terror. El gran éxito en las últimas décadas del siglo pasado de varias de esas series les otorgó una gran longevidad y un buen número de volúmenes publicados en cada colección, pero sobre todo lograron enganchar a la lectura a un buen número de nuevos lectores a lo largo y ancho del globo, que gracias a estos libros conocieron uno de los más grandes placeres de ser humano: la lectura
Efectivamente

La creación de los libros de niños aventureros corresponde sin duda a En

El primer libro de Los Cinco apareció en 1942 y hasta 1963 se editaron 21 volúmenes de sus aventuras, en los que como todo héroe infantil que se precie, apenas crecieron en el transcurso de 20 años. Varias generaciones de pequeños lectores de todo el mundo quedaron prendados de sus aventuras, y bastantes años después de la muerte de su creadora continuaban entre los libros infantiles más vendidos. Su reinado duró prácticamente hasta comienzos de la década de los 90, manteniendo toda su frescura y poder de atracción, aunque hoy en día se calcula que cada años se venden más de 2 millones de ejemplares de los libros de Los Cinco. En resumidas cuentas, la más exitosa serie infantil de libros de la historia.
Los Cinco era

Las aventuras de los Cinco eran entretenidas, inocentes, pero con muchísimo respeto por la inteligencia infantil, de la que estos chavales trataban de ser estandarte. Esta serie y otras de Enid Blyton fueran la principal influencia de otras de niños aventureros/detectives posteriores en todo el mundo. Los libros de Los Cinco fueron editados en el Reino Unido inicialmente por Hodder & Stoughton; en España los editó desde finales de los años 50 la desaparecida Editorial Juventud de Barcelona, que editó la mayor parte de la obra de Enid Blyton en España. Esta editorial continuó publicando la colección de Los Cinco hasta mediados de los 90, y siempre con buenísimas ventas y atrayendo a diferentes generaciones de lectores. Esta editorial, especializada en publicaciones infantiles y juveniles (editaba en España los cómics de Tintín), apenas modificó el diseño original de los libros de los Cinco de finales de los 50, y a los lectores de los años 80 nos parecía un poco rancio, la verdad. Pese al ambiente genuinamente británico de las historias de Los Cinco, a los críos de otros países del mundo no les costó familiarizarse con las campiñas inglesas, los picnics, las costas escarpadas y las ginger beers (cervezas de jengibre). Ese ambiente campestre, lúdico y veraniego que Blyton creó para Los Cinco irá siempre asociado a las los libros de aventuras de pandillas de chavales.

Enid Blyton también dio luz a otras dos series de aventuras de grupos de niños que también han gozado de enorme fama en todo el mundo, aunque sin llegar a los extremos de Los Cinco. Fueron las ya citadas Los Cinco Pesquisidores y el Perro (Five Find-Outers and Dog) y Los Siete Secretos (Secret Seven). Ambas series coexistieron en el tiempo con Los Cinco, y aunque mantenían similitudes con aquella, también es cierto que en algunos aspectos resultan algo diferentes. Los Cinco Pesquisidores, era una colección de novelas en donde los chavales protagonistas se enfrentaban a casos más policiales y detectivescos que a los que los Cinco hacían frente. El ambiente era más urbano, localizado en la ficticia ciudad de Peterswood, en Buckinghamshire y el tono era más humorístico, y por así decirlo, británico. Los Pesquisidores de marras eran Frederick Fatty Trotteville, el gordito líder, locuaz, ingenioso, inteligente, con don de gentes y as del disfraz, los hermanos Larry y Daisy Daykin, y los también hermanos Pip y Bets Hilton, además del perro Buster, mascota de Fatty. Estos chavales, en especial los hermanos Hilton (vaya premonición), eran más bien de clase alta aunque no resultaban especialmente remilgados, aunque si algo cursis. Fatty tenía dinero para dar y regalar. Los Pesquisidores actuaban más en plan detective y empleaban técnicas de detección y resolución de enigmas propias de novelas de misterio, gracias a la inteligencia de Fatty. Las novelas de detectives fueron clara inspiración para esta serie, y no en vano las 15 aventuras escritas entre 1943 y 1961 todas comienzan con las palabras El Misterio de… Esta serie influyó bastante en otras similares posteriores como la norteamericana The Happy Hollisters. También eran un club de detectives infantiles los Siete Secretos cuyas 15 aventuras se escribieron entre 1949 y 1963 y tras Los Cinco, fueron la serie de misterio de Enid Blyton más conocida en España, aunque yo no leí ninguna de sus novelas, por lo que poco puedo decir. Las aventuras de este grupo de críos (cuatro chicos y tres chicas, aunque acompañados por el perro de turno) se situaban durante el curso escolar.
La moda de los libros sobre niños resuelvemisterios alcanzó a todas p
artes del globo y llegó a Estados Unidos. Allí nacieron dos famosísimas series que en España gozaron de enorme aceptación y cuyos títulos fueron reeditándose año tras año con el mismo o más éxito en algunos casos que las creaciones de Blyton. En 1953, surgieron The Happy Hollisters (conocidos en castellano como Los Hollister) de los que se editaron 33 volúmenes hasta 1970. Podemos decir que Los Hollister eran la respuesta americana a Los Cinco, aunque sus andanzas eran más detectivescas, más cosmopolitas (se recorrieron casi toda Norteamerica y muchas partes del mundo), más sofisticadas y también bastante ñoñamente yanquis. Los Hollister eran cinco hermanos que en 17 años no variaron sus edades, Pete, el mayor de 12, Pam, de 10, Ricky, de 8, Holly, de 6 y la pequeña Sue, de 4. Los chavales resolvían casos y misterios (muchas veces había varias tramas en un mismo libro) en donde pululaban una gran cantidad de personajes secundarios, tanto aparecidos solo en un volumen, como recurrentes en diferentes libros de la serie. Los diferentes volúmenes de la serie están firmados por Jerry West, en realidad un pseudónimo creado por la agencia Straetemer Syndicate, quien decidió crear esta colección encargando a Andrew E. Svenson la escritura de los diferentes libros y la creación de los diversos personajes y aventuras, inicialmente bajo la supervisión creativa de la propia empresa. Al parecer, Svenson se inspiró en sus propios hijos para crear a los hermanos Hollister. Inicialmente Happy Hollisters fueron publicados por la editorial Garden City para luego pasar a Doubleday, obteniendo gran éxito y siendo traducidos a partir de principios de los 60 a varios idiomas, entre ellos el castellano. La editorial Toray comenzó a publicar en España Los Hollister a finales de los 60 y mantuvo en catálogo los diferentes títulos hasta bien entrados los 80, década en la que todavía sus libros eran de los preferidos entre la población infantil de toda Europa. No obstante, en USA, los Hollister empezaron a languidecer y hoy día ya no reimprimen sus libros en dicho país, como tampoco en el resto del mundo, siendo los rastros y librerías de ocasión los únicos lugares donde uno puede hallar ahora en venta libros de Los Hollister. Una pena, dada la significación sentimental de estos libros para gente que hoy tiene entre 30 y 45 años.


Mucho más auténtica que Los Hollister resultó otra serie americana, The Three Investigators (Los Tres Investigadores), tal vez después de Los Cinco, la pandilla de pequeños aventureros más conocida y leída en todo el mundo. Nació en 1964, cuando ya los chavales creados por Enid Blyton habían dejado de protagonizar aventuras originales, y fueron su relevo natural, pese a las diferencias entre ambas series. Es la colección más prolífica, con 43 títulos originales publicados entre 1964 y 1987, sin contar las 13 novelas de la segunda etapa editorial (¡publicadas solo entre 1989 y 1990!), los 94 títulos publicados en solo Alemania desde 1993 (algunos traducidos al inglés), y los 41 libros de The 3 Investigarors Kid Series, una especie de precuela con los protagonistas con solo 10 años que comenzó en 1999. Estas dos últimas colecciones aún continúan en Alemania, el país en donde estos libros han tenido más éxito.

Como todo el mundo de “taitantos” sabe a estas alturas, el título original de la serie, creada por Robert Arthur, Jr,, era Alfred Hitchcock and the Three Investigators (Alfred Hitchcock y los Tres Investigadores) , ya que su autor pensaba que el nombre del famoso director de cine, que era además uno de los personajes, sería un buen reclamo. El rey de Suspense cobró hasta su muerte una cantidad por derechos de imagen y hoy día es inevitable asociar a Los Tres Investigadores con la figura de Hitchcock, hasta el punto que no pocos creen que fue él el creador de la serie de libros. El papel del cineasta en los volúmenes en los que él aparece - hasta el nº 30, publicado en 1979, un año antes de su muerte - era el de mentor de los tres chavales protagonistas, a los cuales presentaba un caso, le asesoraba a veces durante su resolución y al final de cada libro mantenía una conversación con ellos sobre el transcurso de la investigación. Los libros de esta primera etapa (a partir de 1981 pasaron a llamarse The Three investigators in…) contenían un prólogo pretendidamente escrito por el propio Hitchcock, pero en realidad obra de Arthur y el resto de escritores que se hicieron cargo de la serie, en total cinco en la serie “clásica”. Aunque Robert Arthur dejó la serie en 1969, supervisó las historias y trazó algunos argumentos durante varios años.
¿Y quienes eran los Tres Investigadores? Pues tres chavalotes de sexo m

En 1981, tras la muerte de Hitchcock, los 3 Investigadores tendrán un nuevo mentor hasta el final de la primera serie en 1987, el detective Hector Sebastian, un personaje inventado. En las reediciones norteamericanas de los volúmenes de la “etapa Hitchcock”, las menciones al director se omiten así como las introducciones del director se ven sustituidas por otras “hechas” por Sebastian. No obstante, en España los volúmenes de Alfred Hitchcock y los Tres Investigadores son con mucho los más conocidos y de hecho la mítica Editorial Molino, que se encargo de editar en España las aventuras de los Tres Investigadores desde finales de los 60, siempre obtuvo más ventas de estos 30 primeros volúmenes. Las historias de Jupiter, Pete y Bob eran entretenidas, bien escritas, inteligentes aunque algo previsibles, ya que siempre tenían el mismo esquema. Los tres chavales estaban desigualmente presentados en sus páginas, ya que el carismático Jupiter Jones con mucho era el personaje central y los otros dos, meros comparsas. Prácticamente, todos los elementos de los mitos del terror, de las historias de fantasmas y de lo sobrenatural se dieron cita en estos libros. Cuando se dio el cese de la serie original en 1987, el público de varios países, entre ellos España, donde tuvieron gran éxito en los 70 y 80, estaba perdiendo el interés en ellos y de hecho los últimos títulos de la etapa de Hector Sebastian tuvieron muy poca repercusión. Por ello, la siguiente “temporada” que la ediorial Random House inauguró en 1989 subtitulada The Crimebusters Series (en donde los protas tenían ya 17 años), lazando volúmenes en poco más de un año a la velocidad de la luz, no tuvo apenas éxito en España, ya que los hábitos de lectura de los chavales de la nueva generación eran diferentes a las de sus padres o hermanos mayores. No obstante, el éxito internacional de la serie ha sido masivo, y en países como Alemania son todavía todo un fenómenos editorial, con casi 100 volúmenes originales editados por la editorial teutona Kosmos desde 1993 (10 de ellos publicados en EEUU traducidos al inglés), más de 100 dramatizaciones radiofónicas basadas en títulos de las series americanas y alemanas (algunas publicadas en disco con gran éxito de ventas) más populares que los libros, una serie de 41 libros precuela (The Kid Series), e incluso libros para aprender inglés.

No sería justo omitir en este recuerdo otras series de libros de jóvenes aventureros que llegaron fuera del mundo anglosajon y que a buen seguro forman parte de la educación sentimental de muchas personas de treintaitantos o cuarentaitantos. En Francia nació Los seis amigos (Les six compagnons) (1961-1988), editados España por Toray. En Alemania, en donde este género goza de una gran receptividad surgieron Pakto Secreto (TKKG) (1981- ), que aún continua en el país germano y que tuvieron gran popularidad en la península Ibérica a finales de los 80 . En España los intentos de crear pandillas de jóvenes exploradores patrios no conocieron el éxito, y ni Los Bloc (editados por Juventud a principios de los 70), Diez en acción, y Los Jaguares pasaron de ser nunca una serie B en el género.
Muchas aventuras, muchos misterios que resolver, mucha amistad, muchas páginas, grandes emociones. Eran los libros que leías y con los que creciste.
Muchas aventuras, muchos misterios que resolver, mucha amistad, muchas páginas, grandes emociones. Eran los libros que leías y con los que creciste.
Me ha encantado esta entrada, has hecho un resumen muy completo de toas esas series de libros. Yo, como cualquier treintañera que se precie, era fan de Puck y de Los Cinco, sobre todo, aunque también me leí algunos libros de Los Hollister, Los tres investigadores, Los 7 secretos, y creo recordar que incluso calló en mis manos alguno de Torres de Mallory y de otra serie por el estilo. Muchas gracias por hacer este "reportaje", me has traído muchos recuerdos ;).
ResponderEliminarllevo buscando mucho tiempo una coleccion que leia por la epoca de esta que era de unos niños tipo duendes o duendes que parecian niños que eran varios libros. en cada uno venian varios capitulos y hablaban sobre la responsabilidad, la bondad. Estaban ilustrados con dibujos de estos duendes y eran de tapa dura. Alguien sabe de que libros hablo? Me podeis ayudar?
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