domingo, febrero 09, 2025

MARIA CALLAS (MARIA)

 


** y 1/2

Se esperaba con entusiasmo el biopic de la gran diva de la ópera por excelencia, la grecoamericana Maria Callas (1923-1977) pero las expectativas solo se han visto cumplidas en parte. Parecía un papel genial par una actriz intensa, eficaz, versátil y con glamour como Angelina Jolie, pero la propia intérprete, que realiza un excelente trabajo, parece querer comerse el personaje desde el minuto uno de la película, casi como tratándonos de recordar que ella es ahora la imagen de María Callas y que el público ha de recordar a partir de ahora la imagen de la intérprete operística con los rasgos de Jolie. Insistiendo una vez más que no es culpa de la actriz lo descafeinada que resulta a veces esta biografía hay que referirse a las pretensiones de este filme, que son las de trazar un retrato psicológico de la Callas a través de las vivencias en sus últimos días de vida -prácticamente solo con la única compañía de su servicio, amargada, con dependencia a los fármacos- con insertos-flashbacks desigualmente resueltos pero que cuando funcionan son de lo mejor del filme. El chileno Pablo Larrain, eficiente director que fuera de su país ya ha dirigido dos biopics de mujeres célebres del siglo XX con similares pretensiones (Jackie, sobre Jackie Kennedy y Spencer, sobre Diana de Gales) hace un muy esforzado trabajo otorgando un cuidado estilo arty y casi documental con fotografía retro chillona setentera (la mayor parte del filme transcurre claro está en 1977) y blanco y negro en varios saltos atrás temporales, pero el guión y el desarrollo de la historia son morosos y con la perenne sensación que no se está explotando del todo a un personaje tan complejo y fascinante como María Callas.

El neófito sobre la figura de la prima donna griega no terminará sabiendo mucho de ella con este filme; lo que no impide que ya desde el punto de vista cinematográfico no puedan degustarse muchos buenos momentos principalmente servidos por la buena interpretación de Angelina Jolie y, por que no, con los muchos fragmentos de piezas interpretadas por la propia soprano que son todo un deleite. Hay que decir que los escasos momentos en que al película se pone en serio con la atormentada personalidad de la Callas son también bastante de recibo (sus fobias, los recuerdos de su juventud desdichada, su incapacidad para mantener relaciones amorosas como mandan los cánones) aunque recursos como las visiones y delirios por el excesivo consumo de medicamentos son desiguales: es sugerente el eprsonaje del periodista imaginario y biógrafo Mandrax (Kodi Smit-McPhee) pero su “reencuentro” con personas de su pasado muertas en realidad lo que es aportar no aportan ni dicen nada. Sus escenas con Onassis (Haluk Bilginer, que está clavado) aunque previsibles, tiene su aquel, cosa que no se puede decir de lo tramposos que resultan sus encuentros con los Kennedy (Caspar Philipson haciendo por enésima vez de JFK), A ratos interesante, otros tediosa, esta María Callas no pasará a la historia como un gran biografía cinematográfica.